Trabajar en el extranjero es el sueño de muchos mexicanos, y a pesar de que no es nada sencillo por los riesgos, los miedos y los trámites burocráticos que hay que hacer –que sí son bastantes- tampoco es imposible; una muestra de ello es Carolina Arévalo Álvarez, una poblana de 32 años de que actualmente vive y labora en Alemania dentro del mismo gobierno.
“Me dedico en la parte administrativa, como funcionaria pública en las aguas residuales en el municipio de Wörrstadt. Estoy en el área de Aguas residuales, pero en el departamento de la canalización pluvial y la canalización en aguas residuales o domésticas”, comentó en entrevista con El Sol de Puebla.
Carolina estudió la carrera de Ingeniería Ambiental en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y se graduó hace aproximadamente 16 años; en 2015 trabajó en el tema de seguridad industrial para dos empresas automotrices (con subcontratistas): Audi y VW, aquí en Puebla, sitio donde en 2017 conoció a su actual esposo, una de las razones por las que tuvo que irse a vivir a Alemania.
“El motivo por el que llegue a Alemania fue por amor en 2017 (…) Normalmente aquí en Alemania, las personas que son casadas con alemanas o alemanes, llegando aquí y haciendo tu trámite, tienes por derecho conseguir un trabajo ya fijo como si fueses un ciudadano”, expuso.
Y a pesar de que su matrimonio fue de las razones por las que tuvo que viajar para instalarse en el país germano, el conseguir su actual empleo no fue tarea fácil, pues antes tuvo que aprender el idioma, revalidar muchos papeles de estudios y sobre todo aprender sobre la cultura del país.
“En 2015 Alemania aceptó diferentes tipos de nacionalidades, que fue en el periodo de guerra en Siria, y en ese periodo se tuvo que reorganizar Alemania para que ellos se integraran, es decir, tomar un curso de idioma que es llegar hasta el nivel B1 y aparte hacer un curso de orientación, saber sobre la cultura alemana, la historia de Alemania y su política, y en ese periodo que yo llegué que fue en 2017, y creo que aún sigue vigente, todos los que son extranjeros tienen que tomar esos cursos hasta el nivel B1 del idioma y el curso de orientación”, explicó.
Mientras estudiaba el idioma, obtenía su licencia de manejo y la revalidación de algunos documentos de la universidad, estuvo trabajando en un “Minijob” (lo que en Alemania le llaman mini trabajos de 450 euros por mes), ya que se había postulado para varias ofertas laborales y lamentablemente nadie le escribía o le respondía, por lo que decidió hacer un “Ausbildung” (aprendizaje parecido a una carrera técnica) en el área de aguas residuales.
Para su suerte, había una vacante en la cual la postularon sus jefes después de la entrevista que le hicieron y fue así como en noviembre del 2019 le ofrecieron la oportunidad de hacer unas prácticas dos meses, y terminando ese periodo le dieron el trabajo.
Fue así como a base de mucho sacrificio, estudio y sobre todo constancia, Carolina logró conseguir su puesto en el gobierno donde se desempeña desde hace más de un año, en el tema de canalizaciones, alcantarillado y conexión del alcantarillado público, junto con las conexiones residenciales.
Pero el estudio no ha sido la única barrera a la que se tuvo que enfrentar esta joven al llegar al país europeo, pues en su experiencia, aseguró que la gente y el clima, fueron otros de los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar, sin embargo, confesó sentirse muy afortunada de siempre contar con el apoyo de la familia de su esposo, el de su pareja y sobre todo el de su suegra, que hace un año falleció y a quien consideraba como una segunda madre.
“No ha sido nada fácil, número uno por el idioma es una gran barrera, el inglés me ayudó para comunicarme con las demás personas, pero para el trabajo, aquí no se habla inglés solo alemán; número dos las personas, normalmente aquí en Alemania las personas no son muy abiertas cuando llega una persona extranjera, no es como en México que te abren los brazos o te saludan y número tres el clima también lo es, aquí las estaciones del año son muy marcadas”, platicó.
Con aires de nostalgia, Carolina manifestó que, a pesar de tener una vida feliz al lado de su esposo, lo que más extraña de México es su cultura y sus playas, mientras que de Puebla echa de menos a toda su familia y sobre todo a la comida.
"Como seres humanos nunca sabemos dónde vamos a parar, pues el destino es el que nos guía…lo único seguro es que tenemos que enfrentar las adversidades", por lo que invitó a las nuevas generaciones a no rendirse en la vida, pues a pesar de que en la vida hay altas y bajas, aseveró que siempre hay que seguir adelante y sobre todo fijar los objetivos, para forjar metas y así hallar áreas de oportunidad como lo hizo ella, remató.