El 26 de abril se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Lésbica, una fecha que sirve para reflexionar sobre la importancia de crear una sociedad más inclusiva, que forme espacios seguros para esta comunidad que lo largo de la historia ha sido discriminada, rechazada y agredida.
Su lucha tomó notoriedad al formar parte del colectivo LGBTIQA+ siendo la letra “L” de la comunidad, no obstante, su pelea inició años antes de que las asociaciones a favor de la diversidad sexual se expandieran por todo el mundo, pues se detalla que es un sector doblemente estigmatizado.
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“Las mujeres lesbianas conforman un grupo que sufre una doble discriminación, la primera por su género y la segunda por el estigma al que está asociado su orientación sexual”, así lo señaló a través de un comunicado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y se espera que este escenario cambie.
¿POR QUÉ SE CONMEMORA EL DÍA DE LA VISIBILIDAD LÉSBICA?
Fue en España en el año 2008 cuando varios manifestantes proclamaron este día para recordar la lucha de la población lésbica, con el tiempo esta conmemoración se extendió por varios lugares del planeta, llegando a otros países como Ecuador, Venezuela, Perú y México.
Entre sus principales objetivos está el reconocimiento de sus derechos, y su inclusión en la sociedad, pues cuando la gente suele hablar de la homosexualidad piensa únicamente en hombres gays, y ellas terminan siendo opacadas,
De la misma forma, han sido excluidas de la comunidad LGBT+, pues al referirse a este sector se hace con la frase ‘orgullo gay’, lo cual es incorrecto porque solo están haciendo énfasis a un parte, y dejan de lado al resto, contando a las lesbianas, quienes son igual de importantes en el movimiento.
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También, buscan no ser objeto de consumo para cierto grupo de varones, que las usan para hacer contenido sexual que difunden en páginas web de pornografía, en donde comparten videos para cosificar sus cuerpos, bajo una falsa imagen de lo que es ser lesbiana, y que luego traspasa a otros medios de comunicación, como en películas en donde plasman relaciones homosexuales entre mujeres, pero bajo una perspectiva masculina.
“Forma parte de un deseo irracional: las lesbianas son el único grupo de mujeres que jamás estarán interesadas en un hombre heterosexual. Y es esta erotización de las mujeres lesbianas, vistas únicamente como entes sexuales aceptadas cuando se destinan al placer masculino, donde se encuentra el problema”, comentó la periodista Olga Khazan.
Esto quiere decir que, bajo el sistema dominado por los varones, las mujeres lesbianas serán aceptadas, siempre y cuando su comportamiento resulte satisfactorio para ellos, pero si esto no es así, serán rechazadas, esto es lo que ellas quieren erradicar, pues no están intentando complacerlos, solo quieren vivir su orientación.
“Las caricaturas exageradas e inexactas de las relaciones entre mujeres son el centro de la fantasía en estos videos que cosifican a las mujeres lesbianas, y que son producidos para un público masculino. Estas escenas de tienen como objetivo fetichizar una orientación sexual y jugar con estereotipos que a menudo tergiversan cómo son realmente las relaciones lésbicas”, se indicó en un artículo realizado por Fight The New Drug.
LA LUCHA LÉSBICA EN MÉXICO
De acuerdo con la asociación Fuera del Clóset en el año 1970 el ‘Movimiento lésbico-homosexual’ fue uno de los precursores de la lucha LGBT+ dentro de México, cinco años después Marcela Olivarrieta formó la primera organización lésbica.
En 1977 las mujeres lesbianas comenzaron a tener más apoyo cuando se unieron a los grupos feministas; varias militantes participaron en ambos espacios de resistencia.
En este periodo Nancy Cárdenas se declaró abiertamente lesbiana en el programa ’24 horas’ conducido por Jacobo Zabludovsky, siendo la primera en hacerlo.
La primera organización lésbico-feminista fue creada en 1978, por Yan María Yaoyólotl bajo el nombre de Oikabeth. En 1980 debido a la crisis sanitaria provocada por el VIH/sida esas fundaciones desparecieron.
En 1997 la lucha se retomó cuando Patria Jiménez se convirtió en la primera diputada federal abiertamente lesbiana, a su vez, Enoé Uranga hizo lo mismo al convertirse en legisladora de la Ciudad de México. Es así que en el año 2003 se llevó a cabo la primera marcha ‘lencha’ en el país.