Mientras la vida silvestre se gestaba en diferentes lugares del planeta, paradójicamente, el mayor depredador de la tierra ha luchado por sobrevivir a la pandemia. Y es que, contrario a lo que puedas creer, la especie más voraz de la naturaleza en todas sus expresiones, es el hombre, y no grandes mamíferos o reptiles, anfibios y arácnidos que con todo y su peculiar apariencia, cumplen una función vital en el ecosistema.
Descubre a los nuevos habitantes del Museo Viviente en un sorprendente recorrido de 45 minutos en el que además, conocerás a la rana más pequeña y letal de la tierra, una cobra escupidora, al animal de la eterna juventud, la araña más venenosa de México y a la emblemática serpiente que es devorada por el águila en el escudo nacional.
Para que aprendas y te diviertas con total seguridad se han implementado las medidas sanitarias oficiales. Los animales se encuentran en resguardo dentro de sus terrarios pero el Museo Viviente es un considerado un lugar de alto riesgo por las especies que alberga, por ello todos los recorridos son guiados por un especialista que resolverá tus dudas y supervisará que se cumplan las normas de seguridad e higiene.
Desde la entrada cuenta con tapete sanitario e información del reglamento para visitantes en el que se leen las medidas que debes seguir, entre ellas: uso de cubrebocas o careta obligatoria, mantener sana distancia en grupos máximo de 10 personas, respetar los límites de las zonas marcadas en el piso y evitar tocar cualquier superficie (cristales, muros).
Después de pagar tu entrada deberás hacer uso de gel antibacterial dispuesto en taquilla donde te tomarán la temperatura, asegúrate de no presentar síntomas de enfermedad para poder acceder. En su interior cuenta con señalamientos de sana distancia, estaciones de gel antibacterial y un contenedor de residuos biológicos por si deseas desechar cubrebocas o guantes.
TU VISITA AYUDA A LAS ESPECIES
“El museo está habilitado para recibir a un millar de personas durante las nueve horas que permanece abierto al público los 365 días del año y, simultáneamente a 300. Un día de fin de semana hemos recibido hasta 700 personas, desde su reapertura nos han visitado solo el 10 por ciento de esta cantidad”, expone Juan Carlos Gómez, gerente del museo.
Definitivamente tu visita ayuda mucho considerando que hay alrededor de 600 animales de 70 especies entre reptiles, anfibios y arácnidos que hay que mantener, algunos en exhibición y otros en cuarentena. Eso sin contar la plantilla de seis colaboradores y personal administrativo que labora en el recinto y a los que durante la pandemia, se sumaron un grupo de voluntarios entre estudiantes, practicantes y profesionales.
Con tu visita al Museo Viviente ayudas a conservar y preservar las especies que alberga, muchas de ellas traficadas ilegalmente por lo que están en peligro de extinción. También cambiarás tu percepción hacia estos animales que con el rol que desempeñan en su hábitat natural, contribuyen al beneficio de los ecosistemas.
SU DIETA ES ALIMENTO VIVO Y MUERTO
La dieta de los animales varía de acuerdo a sus características: especie, tamaño, edad. En su mayoría son carnívoros y se alimentan de roedores o aves, otros comen alimento vivo como grillos, moscos, cucarachas o gusanos.
“Tenemos un bioterio y un vivario donde reproducimos el alimento vivo que le ofrecemos a las ranas, lagartijas o arañas, porque si no ven movimiento no capturan a la presa y no se la comen. Las iguanas son animales herbívoros que comen diario y ayunan una vez a la semana. En el caso de los que comen pollo o rata, les damos el alimento recién sacrificado debido a las normas mexicanas que dictan que se debe dar muerto para evitar el sufrimiento o el maltrato al animal”, advierte el entrevistado.
DESCUBRE UN MUNDO NATURAL SORPRENDENTE
Los habitantes del museo en su mayoría son reptiles, más de 30 especies: tortugas, lagartijas, cocodrilos y serpientes, de estas últimas venenosas como la mamba verde y 10 especies diferentes de víbora de cascabel como la “cola negra” del escudo nacional, de las cuales nacieron 5 durante la pandemia junto con 17 boas y, 2 víboras de bufadoras que son lo nuevo.
Conoce el esqueleto de un pitón de más de 3 metros de largo, la víbora de Gibón que es la más letal de África con colmillos de 5 cm, la rana dardo cuya piel es venenosa y letal, la araña come carne cuyo veneno es 100 veces más potente que el de una serpiente, además tarántulas, cucarachas de campo y escorpiones.
También podrás conocer al anfibio endémico del sistema lacustre de la Cuenca de México en peligro de extinción: el ajolote, se mantiene siempre en fase larvaria y es capaz de regenerar hueso, músculo y piel. Y la tortuga de concha blanca que llega a medir con el cuello estirado hasta 1 metro con 60 cm.
“Más grandes o más pequeños, venenosos o no, todos los animales cumplen un rol vital en su hábitat natural, unos son controladores de plagas o incluso presas para otras especies, otros llegan a servir como dispersores de semilla o polen y así se cumple la cadena trófica y el ciclo biológico del medio ambiente. Sin anfibios no habría serpientes, sin serpientes tal vez no habría aves y sin aves a lo mejor no habría mamíferos. Todos tienen una función vital en este ecosistema”, concluye Gómez.
El Museo Viviente es un proyecto hecho por poblanos para los poblanos y es el único de esta índole en el estado, ¡visítalo!
