/ jueves 28 de abril de 2022

El amenazante efecto del desplazamiento de especies en Puebla

Las actividades humanas han provocado que cientos de especies de fauna nativa sean desplazadas

Las actividades humanas están causando que cientos de especies nativas de fauna sean desplazadas por aquellas que son exóticas. Aunque existen varias razones detrás de este fenómeno, las más comunes son abandono de mascotas en sitios aleatorios, introducción de animales en ecosistemas ajenos, contaminación y hostilidad de las personas contra estos seres. Se estima que, a nivel nacional, son más de mil 100 las especies que se encuentran en esta situación y los especialistas alertan sobre el desbalance medioambiental que esto está provocando.

A decir de José Alfredo Hernández Díaz, curador de reptiles y anfibios en Africam Safari, muchos de estos casos siguen sin ser documentados, pues en gran medida sólo se conocen aquellos que afectan de forma directa o indirecta a los seres humanos. Sin embargo, en varias ocasiones las especies exóticas compiten de forma voraz contra las que son endémicas, sobre todo las más pequeñas, al punto de erradicar poblaciones enteras.

Para este punto, Hernández Díaz, quien es también biólogo por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), pide ser cautelosos sobre los términos utilizados para describir este fenómeno. Si bien la academia lo conoce bajo el nombre de “especies invasoras”, puede que más bien “los invasores seamos nosotros”, advierte el especialista.

“[Si una especie] existe, no tiene porqué dejar de existir. Sin importar si tiene función o beneficio para nosotros, no tienes que reemplazarlo (...) Estamos perdiendo especies nativas (...) [y] [en Puebla], estamos perdiendo [los] hábitats disponibles”, asevera.

En la entidad poco se sabe sobre los efectos a gran escala de esta situación, sin embargo, de lo que sí se conoce deja mucho que desear. Tan sólo en el ecosistema de la ciudad de Puebla y su zona conurbada existen diversas especies que ejemplifican este hecho. Un caso bastante grave es el de La Malinche, ya que, gracias a la deforestación, la flora y fauna nativa está migrando o desapareciendo.

Ese efecto se traslada a otras zonas de la capital. En las inmediaciones del Parque Ecológico vuelan de forma constante los llamados loros monjes o cotorras argentinas. Se trata de peculiares aves que fueron traídas hace un par de lustros desde el sur global al país, como parte del comercio de fauna silvestre. De forma inicial, su introducción fue con fines domésticos, sin embargo, a la par que lo apropiaron como mascota en muchos hogares poblanos, este animal empezó a ser abandonado a su suerte.

De forma natural, las especies buscan la forma de sobrevivir y cumplir con sus funciones ecosistémicas mediante la adaptación y la reproducción. En el caso de este colorido ejemplar, el lugar más óptimo para hacerlo fue en ese pulmón metropolitano: “Finalmente, los parques son los únicos refugios que hay para las aves dentro de la ciudad”.

No obstante, al aumentar su presencia en la zona, el loro monje comenzó a desplazar a otras aves. Tal es el caso de los gorriones y los zanates. Si bien en este momento ninguna de esas dos poblaciones ha dejado de existir, ni tampoco se encuentran en categoría de riesgo, el peligro de que la sobrepoblación de los loros monjes amenace la supervivencia de los animales endémicos es bastante alto, sobre todo a largo plazo.

Otro ejemplo de cómo el abandono de mascotas afecta el balance ecológico es el creciente e imparable fenómeno de desamparo de perros.

Muchas personas ignoran que poseer un animal debe ser sinónimo de responsabilidad y que, al acceder a uno, debe existir garantía de que se cuenta con las condiciones óptimas y necesarias para su desarrollo.

Sin embargo, la falta de criterio ante la tenencia responsable de animales está provocando que la población de caninos aumente vorazmente, principalmente en las zonas urbanas. Hernández Díaz refiere que el problema de las jaurías ferales va en aumento, especialmente en las periferias de Puebla capital.

No muy lejos de Africam Safari, en las inmediaciones del Lago de Valsequillo, varios caninos avanzan en manada y además de atacar personas compiten con otras especies, como zorros, cacomixtles y roedores, principalmente.

Otro ejemplo ocurre en la localidad de Cohuatichan, en el municipio de Cuetzalan del Progreso. Ahí, muy cerca del relleno sanitario, en la zona boscosa de la demarcación, grupos de perros ferales cazan fauna nativa y su impacto empieza a ser percibido como motivo de alerta. Al respecto, hace hincapié en que ambos ejemplos corresponden al abandono y maltrato de estos seres: “Son perros previamente domesticados. No existen perros silvestres en esa región”.

En la actualidad, la liberación ilícita al medio natural de fauna silvestre exótica se encuentra prohibida en el artículo 27 bis de la Ley General de la Vida Silvestre y es considerada un delito en el artículo 420 bis, fracción tercera del Código Penal Federal.

Personas olvidan que deben contar con condiciones óptimas y necesarias para desarrollo de las mascotas. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

LO MÁS PELIGROSO ES EL ABANDONO

A Africam Safari llegan decenas de animales que son desairados por sus dueños o que simplemente dejaron de ser funcionales para satisfacer vanidades. A ese lugar sólo ingresan ejemplares que fueron previamente recuperados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), no obstante, un puñado de los que ahí habitan fueron abandonados, sin remordimiento alguno, al interior del parque, enuncia el especialista en Biología.

En ese contexto, los animales que más sufren esas consecuencias son los reptiles, en particular las tortugas de orejas rojas. Años atrás, este ovíparo era vendido con mayor frecuencia en mercados y tianguis de animales, en acuarios, por lo que muchas personas lo adquirían con libertad.

Cuando a estos animales se les alimenta adecuadamente, pueden crecer caparazones de más de 40 centímetros. Algo muy similar ocurre con las llamadas tortugas sulcatas, solo que, en este caso, sus caparazones pueden alcanzar los 80 cm. Por esa razón muchas personas se separan de ellas ante la argumentación de que sus cuidados son insostenibles: “Si se va a comprar [estos animales], [hay que] informarse sobre cuánto van a crecer, para [determinar] si se pueden tener a largo plazo”, subraya.

Entre abandonadas y otorgadas por la Profepa, Africam Safari mantiene a su cuidado poco más de 100 ejemplares de reptiles. Empero, el especialista hace hincapié en que bajo ningún contexto los animales pueden ser dejados en el parque, ni tampoco pueden ser entregados a su personal.

Ahí, este fenómeno es recurrente, pues de forma semanal se reciben entre tres y cinco solicitudes de personas que quieren donar sus mascotas debido a que no pueden cuidarlas más tiempo. Aunque en su mayoría son reptiles, otros animales como aves o incluso mamíferos más grandes entran en ese contexto. Todas las peticiones son rechazadas, pues la autoridad responsable en esa situación es la Profepa.

No obstante, Hernández Díaz admite que muy probablemente sólo algunos animales son entregados a esa dependencia y la gran mayoría son abandonados a su suerte en cualquier sitio natural.

Sitios como Africam Safari mantiene a su cuidado poco más de 100 ejemplares de reptiles. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

CONTAMINACIÓN ES UN RIESGO LATENTE

Si bien el Lago de Valsequillo es un cuerpo hídrico artificial, al pasar de los años se ha consolidado como un sitio de importancia para diversas especies que aguardan en la entidad, como parte de sus procesos migratorios.

No obstante, ese lugar es el destino final de las aguas residuales industriales y domésticas. Aunque existen plantas de tratamiento del líquido que corre por la cuenca del Río Atoyac, muchos contaminantes se esparcen por toda la superficie acuática de ese embalse.

“Ahorita, las aves migratorias que llegan toleran esa situación y sobreviven, pero si la contaminación sigue aumentando, esas aves ya no van a llegar aquí y no hay otro lago [cercano] con las características de Valsequillo al que puedan llegar”, puntualiza.

Resalta que, de experimentar una modificación en el trayecto de esos ejemplares migratorios, las condiciones medioambientales que actualmente persisten en la zona dejarían de ser las mismas y ello sería desfavorable para el ecosistema.

INDISPENSABLE CONSIDERAR LOS CONTEXTOS SOCIALES

Al este de la entidad, en la Laguna de Quechulac, pobladores de la zona introdujeron truchas a ese cuerpo de agua, con el objetivo de subsanar una necesidad económica, pues las mismas se venden en abundancia con fines gastronómicos.

Sin embargo, ese sitio es hogar del emblemático Ajolote de Alchichica, uno de los tantos ejemplares endémicos de ajolote en el estado de Puebla. Ante la sobrepoblación de truchas para consumo humano, la sobrevivencia de esta especie se encuentra amenazada y de seguir con ese mismo comportamiento, ese anfibio podría desaparecer en poco tiempo.

Esto sería muy similar a lo que ocurrió en los canales de Xochimilco, en la Ciudad de México, pues a consecuencia de la entrada de otras especies exóticas –truchas incluidas–, el ajolote mexicano, endémico de ese lugar, está a nada de declararse extinto.

Al respecto, Juan J. Morales-Trejo, maestro en Ciencias por el Instituto de Ecología (Inecol) A.C., considera que el desplazamiento de especies es un fenómeno que debe ser observado desde diferentes aristas y la principal, dice, es la social.

En entrevista con esta casa editorial, el también biólogo por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) señala que es importante recibir alfabetización ecológica, pues muchos de los daños medioambientales son generados desde el desconocimiento e ignorancia sobre sus consecuencias.

Si bien el detrimento ecosistémico no tiene justificación, reitera que es necesario contemplar que los contextos individuales son predeterminados en ocasiones por la situación sociocultural y brechas de accesibilidad al conocimiento: “Muchas personas no tienen los medios para evitar el daño al ambiente y esos medios pueden ser no sólo económicos, sino también educativos. (...). No siempre hay dolo”, destaca.

En ese sentido, admite que es indispensable conocer las afectaciones que los animales causan a las vidas humanas también, pues en todo momento debe existir un equilibrio entre la dignidad de las especies y los derechos humanos.

José Alfredo Hernández Díaz señaló que las especies exóticas compiten de forma voraz contra las que son endémicas Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

DESPLAZAMIENTO OCASIONA MOLESTIAS

A principios de 2022, en el municipio de Tehuacán proliferó la molestia en algunos pobladores de esa demarcación ante la presencia masiva de una especie exótica de garzas, específicamente en las inmediaciones de la Escuela Primaria Oficial “Ing. Pastor Rouaix”, pues personas de la zona acusan que las mismas son un problema de salud, sobre todo para los aprendientes.

En el mismo predio del centro educativo se encuentra plantado un gigantesco árbol con copas anchas. En los últimos meses, vecinos de la zona y padres de familia presenciaron la llegada de cientos de ejemplares de la Bubulcus ibis, mejor conocida como garza ganadera.

Se trata de un ave asociada al pastoreo de especies de mamíferos domésticos y salvajes, pues una de sus fuentes principales de alimentación son las garrapatas que generan esos animales. Aunque aún faltan estudios por realizar, ambientalistas de la zona piensan que la razón por la cual esa especie se desplazó y apropió de ese espacio, fue por la reubicación del rastro municipal en esa zona de la ciudad. Esto, además de múltiples factores como la tala de árboles o agotamiento de ecosistemas cercanos, pueden ser otros de los motivos por los cuales las garzas llegaron a la zona urbanizada de Tehuacán.

El Sol de Puebla realizó una visita al lugar. Mediante un sondeo realizado a vecinos aledaños al sitio de interés, se constató que las quejas principales son el exceso de materia fecal que yace en el suelo y el excesivo trinar de las aves, sin embargo, se trató de una minoría considerable.

Por el contrario, un número mayor de personas expone que si bien la presencia de las garzas ganaderas genera grandes cantidades de heces e incluso de plumas que caen cuando emprenden el vuelo, la solución debe ser aprender a vivir junto a ello y no en contra.

Perda, propietaria de una tienda de mascotas, piensa de esa manera. En entrevista con este diario, señala que la mejor forma de hacer frente a la situación es tomar acciones individuales y preservar la vida de las aves, pues ellas sólo cumplen con su función natural. Ante ello, propone que el gobierno municipal, en colaboración con la ciudadanía, ponga en marcha un programa de limpieza permanente, en lugar de realizar actos que atenten contra la vida de las aves.

Sea como sea, hoy el árbol se encuentra con varios moches y vacío, al menos con garzas vivas, pues en distintas ramas, e incluso en el suelo, se encuentran diversos ejemplares muertos. A decir de los vecinos consultados por este impreso, la razón detrás de su fallecimiento es la implementación de medidas drásticas por un grupo inconforme de personas y respaldadas por la autoridad.

A petición de algunos, el ayuntamiento de Tehuacán colocó un altoparlante que emite sonidos específicamente diseñados para ahuyentar a las garzas, sin embargo, activistas de ese municipio advierten sobre el posible estrés que esa acción está ejerciendo sobre los animales. Aunado a ello, algunas personas colocaron sustancias químicas que buscan lastimar a las aves, e incluso, causarles la muerte.

La reubicación del rastro municipal en esa zona de Tehuacán provocó el desplazamiento de la garza. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

FALTA DE INTERVENCIÓN MUNICIPAL

Este medio se reunió con integrantes de la asociación civil TAC, Una Protección al Entorno. Mediante una entrevista realizada en sus oficinas, Catalina Aguilar Delgado, encargada de la vinculación jurídica y gubernamental, informa que los altavoces se colocaron durante el gobierno de Andrés Artemio Caballero.

Explicó que, a finales del 2020, ante la carencia de sustento técnico en la toma de decisiones sobre bienestar ecológico, TAC presentó una queja ante el Instituto de Bienestar Animal (IBA), perteneciente a la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (Smadsot). De forma casi inmediata, el organismo respondió y lo hizo con una recomendación dirigida al ayuntamiento de Tehuacán.

En ese documento emitido el 10 de diciembre de 2020 se ordenó a las autoridades locales promover una estrategia de gestión urbana, apegada a la conservación de la garza ganadera. Ahí, se enfatizó que toda acción de control debería abstenerse de incluir métodos que puedan asustar o estresar a los animales, tal como hoy lo hacen los altavoces instalados en esa demarcación.

Ante esa realidad, la agrupación ciudadana pidió al ayuntamiento conocer los estudios técnicos tras esa decisión, sin embargo, sólo les entregaron un documento elaborado en 2007, lo cual puso en evidencia que no se cuenta con fundamentos, resalta la activista.

En ese contexto, el biólogo Morales-Trejo agrega que, en caso de carecer de sustento técnico para la colocación de esos objetos, muy probablemente pueda tratarse de una medida ineficaz e insegura para los animales, pero también para los humanos: “A las personas se les olvida que el ruido también, no solamente va a afectar a las especies que están llegando, también va a afectar a otras que posiblemente sean benéficas, incluso para los mismos seres humanos. La contaminación es algo que existe y genera estrés”.

UN ACTO DE ABERRACIÓN CONTRA LAS AVES

Por su parte, Patricia Aguilar, vocera de TAC, recuerda que la agresividad contra estos seres empezó en otro punto de la ciudad: el Paseo Hidalgo. Este emblemático parque que acompaña la Avenida Héroes de la Independencia tiene variedad arbórea y por años sus copas se han visto repletas de aves diversas.

Sin embargo, en octubre de 2020, un grupo de personas lanzó altas cantidades de pirotecnia directamente a los árboles, con el firme propósito de asesinar a la mayor cantidad de garzas y evitar su propagación en el municipio. Producto de esa acción, al menos una decena de aves se desvaneció fugazmente, mientras que el resto pudo escapar: “Las garzas caían muertas y eso, creo que eso rebasa un límite. Es un acto de aberración en contra de los animales (...) Los humanos nos creemos dueños del territorio”.

Por su parte, Ismael Abad Cadena, representante del organismo, explica que la apuesta es mantener vigente la agenda de protección al medio ambiente en esa demarcación, de la mano con las autoridades locales actuales. Detalló que si bien ya se realizó una reunión con personal de la administración de Pedro Tepole Hernández, presidente municipal, aún debe evaluarse el desempeño de la autoridad con acciones materializadas.

Concluye diciendo que no pueden permitirse más decisiones infundadas y sin planeación, pues al hacerlo de esta manera se atenta directamente con las vidas animales y humanas: “Todas las medidas hechas al azar son incorrectas”.

SE REQUIERE UN PLAN DE RESTAURACIÓN

El común denominador de las fuentes consultadas por esta casa editorial es que se requiere la implementación de una política pública enfocada en la democratización del conocimiento ecológico, pues esta será la única forma de impedir que más especies sigan desplazándose a consecuencia de las actividades humanas.

Al respecto, el maestro Morales-Trejo está particularmente convencido de que el cambio comienza con cada individuo: “Si cada persona puede poner de su parte para que se contribuya a que tengamos un medio ambiente mejor, es [lo más importante]”.

Primero, a gran escala, propone que dentro del marco legal de cada región exista un estatuto que promueva la creación de planes de desarrollo territorial para cada zona, pues es imposible medir a todo el estado con la misma vara, especialmente por la dicha de ser un territorio diversificado.

Ahí mismo entran los programas de control y regulación de especies, pues lo ideal debe ser cuidar que las poblaciones no crezcan excesivamente y afecten las condiciones ecosistémicas. Contemplando el ejemplo de las mascotas, en particular el caso de perros y gatos que se vuelven ferales después del abandono, el especialista resalta la urgencia de implementar una estrategia de esterilización y adopción de ejemplares.

No obstante, la clave está en la socialización del conocimiento a cada individuo: “Hay una gran desinformación general, tenemos medio de acceso a la información (...), tenemos que lograr hacer llegar la información a la ciudadanía de a pie (...). [Necesitamos] que la población, poco a poco se haga dueña de la información que le va a servir para defender mejor su territorio”.

Finalmente, resalta que esto último es importante, pues el desconocimiento sobre el área en la que vivimos es predominante, no sólo entre los ciudadanos sino también en los gobiernos. Ejemplificando el caso de las garzas ganaderas en Tehuacán, el especialista puntualiza que antes de tomar cualquier decisión, debe entenderse el por qué ese ejemplar en particular se estableció ahí.

“Si esa garza o cualquier otro organismo exótico es exitoso en otro lugar, hay que ver por qué es exitoso. Hay que ver qué es lo que cambió en ese [sitio], regularmente es el uso de suelo”, remata.

Las actividades humanas están causando que cientos de especies nativas de fauna sean desplazadas por aquellas que son exóticas. Aunque existen varias razones detrás de este fenómeno, las más comunes son abandono de mascotas en sitios aleatorios, introducción de animales en ecosistemas ajenos, contaminación y hostilidad de las personas contra estos seres. Se estima que, a nivel nacional, son más de mil 100 las especies que se encuentran en esta situación y los especialistas alertan sobre el desbalance medioambiental que esto está provocando.

A decir de José Alfredo Hernández Díaz, curador de reptiles y anfibios en Africam Safari, muchos de estos casos siguen sin ser documentados, pues en gran medida sólo se conocen aquellos que afectan de forma directa o indirecta a los seres humanos. Sin embargo, en varias ocasiones las especies exóticas compiten de forma voraz contra las que son endémicas, sobre todo las más pequeñas, al punto de erradicar poblaciones enteras.

Para este punto, Hernández Díaz, quien es también biólogo por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), pide ser cautelosos sobre los términos utilizados para describir este fenómeno. Si bien la academia lo conoce bajo el nombre de “especies invasoras”, puede que más bien “los invasores seamos nosotros”, advierte el especialista.

“[Si una especie] existe, no tiene porqué dejar de existir. Sin importar si tiene función o beneficio para nosotros, no tienes que reemplazarlo (...) Estamos perdiendo especies nativas (...) [y] [en Puebla], estamos perdiendo [los] hábitats disponibles”, asevera.

En la entidad poco se sabe sobre los efectos a gran escala de esta situación, sin embargo, de lo que sí se conoce deja mucho que desear. Tan sólo en el ecosistema de la ciudad de Puebla y su zona conurbada existen diversas especies que ejemplifican este hecho. Un caso bastante grave es el de La Malinche, ya que, gracias a la deforestación, la flora y fauna nativa está migrando o desapareciendo.

Ese efecto se traslada a otras zonas de la capital. En las inmediaciones del Parque Ecológico vuelan de forma constante los llamados loros monjes o cotorras argentinas. Se trata de peculiares aves que fueron traídas hace un par de lustros desde el sur global al país, como parte del comercio de fauna silvestre. De forma inicial, su introducción fue con fines domésticos, sin embargo, a la par que lo apropiaron como mascota en muchos hogares poblanos, este animal empezó a ser abandonado a su suerte.

De forma natural, las especies buscan la forma de sobrevivir y cumplir con sus funciones ecosistémicas mediante la adaptación y la reproducción. En el caso de este colorido ejemplar, el lugar más óptimo para hacerlo fue en ese pulmón metropolitano: “Finalmente, los parques son los únicos refugios que hay para las aves dentro de la ciudad”.

No obstante, al aumentar su presencia en la zona, el loro monje comenzó a desplazar a otras aves. Tal es el caso de los gorriones y los zanates. Si bien en este momento ninguna de esas dos poblaciones ha dejado de existir, ni tampoco se encuentran en categoría de riesgo, el peligro de que la sobrepoblación de los loros monjes amenace la supervivencia de los animales endémicos es bastante alto, sobre todo a largo plazo.

Otro ejemplo de cómo el abandono de mascotas afecta el balance ecológico es el creciente e imparable fenómeno de desamparo de perros.

Muchas personas ignoran que poseer un animal debe ser sinónimo de responsabilidad y que, al acceder a uno, debe existir garantía de que se cuenta con las condiciones óptimas y necesarias para su desarrollo.

Sin embargo, la falta de criterio ante la tenencia responsable de animales está provocando que la población de caninos aumente vorazmente, principalmente en las zonas urbanas. Hernández Díaz refiere que el problema de las jaurías ferales va en aumento, especialmente en las periferias de Puebla capital.

No muy lejos de Africam Safari, en las inmediaciones del Lago de Valsequillo, varios caninos avanzan en manada y además de atacar personas compiten con otras especies, como zorros, cacomixtles y roedores, principalmente.

Otro ejemplo ocurre en la localidad de Cohuatichan, en el municipio de Cuetzalan del Progreso. Ahí, muy cerca del relleno sanitario, en la zona boscosa de la demarcación, grupos de perros ferales cazan fauna nativa y su impacto empieza a ser percibido como motivo de alerta. Al respecto, hace hincapié en que ambos ejemplos corresponden al abandono y maltrato de estos seres: “Son perros previamente domesticados. No existen perros silvestres en esa región”.

En la actualidad, la liberación ilícita al medio natural de fauna silvestre exótica se encuentra prohibida en el artículo 27 bis de la Ley General de la Vida Silvestre y es considerada un delito en el artículo 420 bis, fracción tercera del Código Penal Federal.

Personas olvidan que deben contar con condiciones óptimas y necesarias para desarrollo de las mascotas. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

LO MÁS PELIGROSO ES EL ABANDONO

A Africam Safari llegan decenas de animales que son desairados por sus dueños o que simplemente dejaron de ser funcionales para satisfacer vanidades. A ese lugar sólo ingresan ejemplares que fueron previamente recuperados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), no obstante, un puñado de los que ahí habitan fueron abandonados, sin remordimiento alguno, al interior del parque, enuncia el especialista en Biología.

En ese contexto, los animales que más sufren esas consecuencias son los reptiles, en particular las tortugas de orejas rojas. Años atrás, este ovíparo era vendido con mayor frecuencia en mercados y tianguis de animales, en acuarios, por lo que muchas personas lo adquirían con libertad.

Cuando a estos animales se les alimenta adecuadamente, pueden crecer caparazones de más de 40 centímetros. Algo muy similar ocurre con las llamadas tortugas sulcatas, solo que, en este caso, sus caparazones pueden alcanzar los 80 cm. Por esa razón muchas personas se separan de ellas ante la argumentación de que sus cuidados son insostenibles: “Si se va a comprar [estos animales], [hay que] informarse sobre cuánto van a crecer, para [determinar] si se pueden tener a largo plazo”, subraya.

Entre abandonadas y otorgadas por la Profepa, Africam Safari mantiene a su cuidado poco más de 100 ejemplares de reptiles. Empero, el especialista hace hincapié en que bajo ningún contexto los animales pueden ser dejados en el parque, ni tampoco pueden ser entregados a su personal.

Ahí, este fenómeno es recurrente, pues de forma semanal se reciben entre tres y cinco solicitudes de personas que quieren donar sus mascotas debido a que no pueden cuidarlas más tiempo. Aunque en su mayoría son reptiles, otros animales como aves o incluso mamíferos más grandes entran en ese contexto. Todas las peticiones son rechazadas, pues la autoridad responsable en esa situación es la Profepa.

No obstante, Hernández Díaz admite que muy probablemente sólo algunos animales son entregados a esa dependencia y la gran mayoría son abandonados a su suerte en cualquier sitio natural.

Sitios como Africam Safari mantiene a su cuidado poco más de 100 ejemplares de reptiles. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

CONTAMINACIÓN ES UN RIESGO LATENTE

Si bien el Lago de Valsequillo es un cuerpo hídrico artificial, al pasar de los años se ha consolidado como un sitio de importancia para diversas especies que aguardan en la entidad, como parte de sus procesos migratorios.

No obstante, ese lugar es el destino final de las aguas residuales industriales y domésticas. Aunque existen plantas de tratamiento del líquido que corre por la cuenca del Río Atoyac, muchos contaminantes se esparcen por toda la superficie acuática de ese embalse.

“Ahorita, las aves migratorias que llegan toleran esa situación y sobreviven, pero si la contaminación sigue aumentando, esas aves ya no van a llegar aquí y no hay otro lago [cercano] con las características de Valsequillo al que puedan llegar”, puntualiza.

Resalta que, de experimentar una modificación en el trayecto de esos ejemplares migratorios, las condiciones medioambientales que actualmente persisten en la zona dejarían de ser las mismas y ello sería desfavorable para el ecosistema.

INDISPENSABLE CONSIDERAR LOS CONTEXTOS SOCIALES

Al este de la entidad, en la Laguna de Quechulac, pobladores de la zona introdujeron truchas a ese cuerpo de agua, con el objetivo de subsanar una necesidad económica, pues las mismas se venden en abundancia con fines gastronómicos.

Sin embargo, ese sitio es hogar del emblemático Ajolote de Alchichica, uno de los tantos ejemplares endémicos de ajolote en el estado de Puebla. Ante la sobrepoblación de truchas para consumo humano, la sobrevivencia de esta especie se encuentra amenazada y de seguir con ese mismo comportamiento, ese anfibio podría desaparecer en poco tiempo.

Esto sería muy similar a lo que ocurrió en los canales de Xochimilco, en la Ciudad de México, pues a consecuencia de la entrada de otras especies exóticas –truchas incluidas–, el ajolote mexicano, endémico de ese lugar, está a nada de declararse extinto.

Al respecto, Juan J. Morales-Trejo, maestro en Ciencias por el Instituto de Ecología (Inecol) A.C., considera que el desplazamiento de especies es un fenómeno que debe ser observado desde diferentes aristas y la principal, dice, es la social.

En entrevista con esta casa editorial, el también biólogo por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) señala que es importante recibir alfabetización ecológica, pues muchos de los daños medioambientales son generados desde el desconocimiento e ignorancia sobre sus consecuencias.

Si bien el detrimento ecosistémico no tiene justificación, reitera que es necesario contemplar que los contextos individuales son predeterminados en ocasiones por la situación sociocultural y brechas de accesibilidad al conocimiento: “Muchas personas no tienen los medios para evitar el daño al ambiente y esos medios pueden ser no sólo económicos, sino también educativos. (...). No siempre hay dolo”, destaca.

En ese sentido, admite que es indispensable conocer las afectaciones que los animales causan a las vidas humanas también, pues en todo momento debe existir un equilibrio entre la dignidad de las especies y los derechos humanos.

José Alfredo Hernández Díaz señaló que las especies exóticas compiten de forma voraz contra las que son endémicas Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

DESPLAZAMIENTO OCASIONA MOLESTIAS

A principios de 2022, en el municipio de Tehuacán proliferó la molestia en algunos pobladores de esa demarcación ante la presencia masiva de una especie exótica de garzas, específicamente en las inmediaciones de la Escuela Primaria Oficial “Ing. Pastor Rouaix”, pues personas de la zona acusan que las mismas son un problema de salud, sobre todo para los aprendientes.

En el mismo predio del centro educativo se encuentra plantado un gigantesco árbol con copas anchas. En los últimos meses, vecinos de la zona y padres de familia presenciaron la llegada de cientos de ejemplares de la Bubulcus ibis, mejor conocida como garza ganadera.

Se trata de un ave asociada al pastoreo de especies de mamíferos domésticos y salvajes, pues una de sus fuentes principales de alimentación son las garrapatas que generan esos animales. Aunque aún faltan estudios por realizar, ambientalistas de la zona piensan que la razón por la cual esa especie se desplazó y apropió de ese espacio, fue por la reubicación del rastro municipal en esa zona de la ciudad. Esto, además de múltiples factores como la tala de árboles o agotamiento de ecosistemas cercanos, pueden ser otros de los motivos por los cuales las garzas llegaron a la zona urbanizada de Tehuacán.

El Sol de Puebla realizó una visita al lugar. Mediante un sondeo realizado a vecinos aledaños al sitio de interés, se constató que las quejas principales son el exceso de materia fecal que yace en el suelo y el excesivo trinar de las aves, sin embargo, se trató de una minoría considerable.

Por el contrario, un número mayor de personas expone que si bien la presencia de las garzas ganaderas genera grandes cantidades de heces e incluso de plumas que caen cuando emprenden el vuelo, la solución debe ser aprender a vivir junto a ello y no en contra.

Perda, propietaria de una tienda de mascotas, piensa de esa manera. En entrevista con este diario, señala que la mejor forma de hacer frente a la situación es tomar acciones individuales y preservar la vida de las aves, pues ellas sólo cumplen con su función natural. Ante ello, propone que el gobierno municipal, en colaboración con la ciudadanía, ponga en marcha un programa de limpieza permanente, en lugar de realizar actos que atenten contra la vida de las aves.

Sea como sea, hoy el árbol se encuentra con varios moches y vacío, al menos con garzas vivas, pues en distintas ramas, e incluso en el suelo, se encuentran diversos ejemplares muertos. A decir de los vecinos consultados por este impreso, la razón detrás de su fallecimiento es la implementación de medidas drásticas por un grupo inconforme de personas y respaldadas por la autoridad.

A petición de algunos, el ayuntamiento de Tehuacán colocó un altoparlante que emite sonidos específicamente diseñados para ahuyentar a las garzas, sin embargo, activistas de ese municipio advierten sobre el posible estrés que esa acción está ejerciendo sobre los animales. Aunado a ello, algunas personas colocaron sustancias químicas que buscan lastimar a las aves, e incluso, causarles la muerte.

La reubicación del rastro municipal en esa zona de Tehuacán provocó el desplazamiento de la garza. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

FALTA DE INTERVENCIÓN MUNICIPAL

Este medio se reunió con integrantes de la asociación civil TAC, Una Protección al Entorno. Mediante una entrevista realizada en sus oficinas, Catalina Aguilar Delgado, encargada de la vinculación jurídica y gubernamental, informa que los altavoces se colocaron durante el gobierno de Andrés Artemio Caballero.

Explicó que, a finales del 2020, ante la carencia de sustento técnico en la toma de decisiones sobre bienestar ecológico, TAC presentó una queja ante el Instituto de Bienestar Animal (IBA), perteneciente a la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (Smadsot). De forma casi inmediata, el organismo respondió y lo hizo con una recomendación dirigida al ayuntamiento de Tehuacán.

En ese documento emitido el 10 de diciembre de 2020 se ordenó a las autoridades locales promover una estrategia de gestión urbana, apegada a la conservación de la garza ganadera. Ahí, se enfatizó que toda acción de control debería abstenerse de incluir métodos que puedan asustar o estresar a los animales, tal como hoy lo hacen los altavoces instalados en esa demarcación.

Ante esa realidad, la agrupación ciudadana pidió al ayuntamiento conocer los estudios técnicos tras esa decisión, sin embargo, sólo les entregaron un documento elaborado en 2007, lo cual puso en evidencia que no se cuenta con fundamentos, resalta la activista.

En ese contexto, el biólogo Morales-Trejo agrega que, en caso de carecer de sustento técnico para la colocación de esos objetos, muy probablemente pueda tratarse de una medida ineficaz e insegura para los animales, pero también para los humanos: “A las personas se les olvida que el ruido también, no solamente va a afectar a las especies que están llegando, también va a afectar a otras que posiblemente sean benéficas, incluso para los mismos seres humanos. La contaminación es algo que existe y genera estrés”.

UN ACTO DE ABERRACIÓN CONTRA LAS AVES

Por su parte, Patricia Aguilar, vocera de TAC, recuerda que la agresividad contra estos seres empezó en otro punto de la ciudad: el Paseo Hidalgo. Este emblemático parque que acompaña la Avenida Héroes de la Independencia tiene variedad arbórea y por años sus copas se han visto repletas de aves diversas.

Sin embargo, en octubre de 2020, un grupo de personas lanzó altas cantidades de pirotecnia directamente a los árboles, con el firme propósito de asesinar a la mayor cantidad de garzas y evitar su propagación en el municipio. Producto de esa acción, al menos una decena de aves se desvaneció fugazmente, mientras que el resto pudo escapar: “Las garzas caían muertas y eso, creo que eso rebasa un límite. Es un acto de aberración en contra de los animales (...) Los humanos nos creemos dueños del territorio”.

Por su parte, Ismael Abad Cadena, representante del organismo, explica que la apuesta es mantener vigente la agenda de protección al medio ambiente en esa demarcación, de la mano con las autoridades locales actuales. Detalló que si bien ya se realizó una reunión con personal de la administración de Pedro Tepole Hernández, presidente municipal, aún debe evaluarse el desempeño de la autoridad con acciones materializadas.

Concluye diciendo que no pueden permitirse más decisiones infundadas y sin planeación, pues al hacerlo de esta manera se atenta directamente con las vidas animales y humanas: “Todas las medidas hechas al azar son incorrectas”.

SE REQUIERE UN PLAN DE RESTAURACIÓN

El común denominador de las fuentes consultadas por esta casa editorial es que se requiere la implementación de una política pública enfocada en la democratización del conocimiento ecológico, pues esta será la única forma de impedir que más especies sigan desplazándose a consecuencia de las actividades humanas.

Al respecto, el maestro Morales-Trejo está particularmente convencido de que el cambio comienza con cada individuo: “Si cada persona puede poner de su parte para que se contribuya a que tengamos un medio ambiente mejor, es [lo más importante]”.

Primero, a gran escala, propone que dentro del marco legal de cada región exista un estatuto que promueva la creación de planes de desarrollo territorial para cada zona, pues es imposible medir a todo el estado con la misma vara, especialmente por la dicha de ser un territorio diversificado.

Ahí mismo entran los programas de control y regulación de especies, pues lo ideal debe ser cuidar que las poblaciones no crezcan excesivamente y afecten las condiciones ecosistémicas. Contemplando el ejemplo de las mascotas, en particular el caso de perros y gatos que se vuelven ferales después del abandono, el especialista resalta la urgencia de implementar una estrategia de esterilización y adopción de ejemplares.

No obstante, la clave está en la socialización del conocimiento a cada individuo: “Hay una gran desinformación general, tenemos medio de acceso a la información (...), tenemos que lograr hacer llegar la información a la ciudadanía de a pie (...). [Necesitamos] que la población, poco a poco se haga dueña de la información que le va a servir para defender mejor su territorio”.

Finalmente, resalta que esto último es importante, pues el desconocimiento sobre el área en la que vivimos es predominante, no sólo entre los ciudadanos sino también en los gobiernos. Ejemplificando el caso de las garzas ganaderas en Tehuacán, el especialista puntualiza que antes de tomar cualquier decisión, debe entenderse el por qué ese ejemplar en particular se estableció ahí.

“Si esa garza o cualquier otro organismo exótico es exitoso en otro lugar, hay que ver por qué es exitoso. Hay que ver qué es lo que cambió en ese [sitio], regularmente es el uso de suelo”, remata.

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