Aunque el planeta Tierra tiene grandes cantidades de agua, solo una pequeña parte puede ser utilizada para satisfacer nuestras necesidades, y como va pasando el tiempo la población crece y cada vez es más grande la crisis por este líquido.
Del año 2000 al 2050, la demanda de este recurso no renovable crecerá un 55 por ciento, esto con datos de BBC. Esto provocará que la escases vaya en aumento. La comunidad científica se ha visto motivada a desarrollar alternativas sostenibles.
Una reciente investigación pudo encontrar la forma de hacer el agua que no es dulce de consumo para los seres humanos. Este proyecto puede realizar esta labor sin gastar más elementos y aprovechando los ya existentes.
Según este hallazgo publicado en la revista Nature Sustainability, los especialistas después de mucho tiempo de trabajo hicieron que el agua salobre (aquella que es más salada que la dulce, pero no tanto como la del océano) y el agua de mar fueran bebibles.
¿CÓMO LLEGARON A ESTE HALLAZGO?
El proceso solo tardó 30 minutos, y se utilizaron marcos de metal orgánicos (MOF) y la luz del sol. Así pudieron separar los componentes dañinos que están en este líquido; y logaron obtener 139.5 litros de agua potable que pueden tomar sin problemas los seres humanos.
Con este método se reduce en grandes proporciones la cantidad de energía que se usa comúnmente para desalinizar el agua. Esto gracias al principal componte en este procedimiento, la luz solar, un recurso natural que no está en peligro.
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El sólido disuelto total (TDS) corresponde básicamente a la suma de todos los minerales, metales y sales disueltos en el agua. Este debe ser menor a 600 partes por millón (ppm) para que sea de consumo humano.
Con esta metodología se logró alcanzar un TDS menor a 500 ppm en media hora. Pudieron restablecer el MOF otra vez en cuatro minutos bajo la luz que emite nuestra estrella más cercana, para ocuparlo.
Gracias a estos resultados se podrá ayudar a muchas personas que necesitan agua. Desde ahora el panorama será más alentador para tratar este elemento y poder satisfacer estas necesidades sin seguir afectando al planeta.
Ya se tendrán antecedentes que muestren como sí se pueden fabricar equipos que purifiquen el agua; siendo sostenibles y amigables con el medio ambiente. Así lo precisó Huanting Wang, colaborador principal en la investigación y profesor en del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Monash, en Australia.
