Al principio los humanos tenían animales para que les dieran seguridad y protección, con el paso del tiempo esta costumbre ha cambiado, convirtiéndolos en un miembro importante de la familia; su pérdida aún es una situación que la mayoría de personas no sabe tratar.
De acuerdo con los especialistas, cuando alguien pierde a su perro o gato, desarrolla un sentimiento de tristeza similar al que nace cuando muere una persona cercana, sin embargo, no es un tema reconocido ante la sociedad, ya que todavía hay estigmas que los ponen como seres que no merecen tal reconocimiento.
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La gente que pasa por esta situación sin permitirse atravesar por el proceso de duelo natural, a la larga empezará a sufrir las consecuencias, pues el malestar no se irá si lo ignoran, solo permanecerá escondido, hasta que un episodio similar lo traiga de regreso.
¿CÓMO ES EL DUELO POR UNA MASCOTA?
Este periodo tiene una duración aproximada de 6 meses a un año, y depende del vínculo que se haya generado con el animal. Así lo detalló la psicóloga Alba Ramos Cruz, en un artículo publicado en el sitio Psicología y Mente.
La especialista hizo una revisión bibliográfica de varias investigaciones que estudiaron este fenómeno, resaltó que en la mayoría de los casos los dueños reportaron sentir culpa, que aumentó gracias a la indiferencia de su círculo social que decían frases como: “No es para tanto, es solo un animal”.
Esta sensación se origina especialmente si la persona terminó con la vida de su compañero por medio de la eutanasia, pues de forma involuntaria cree que murió por su responsabilidad y no toma en cuenta los motivos que lo llevaron a esa decisión.
Ramos mencionó que hay quienes ven a su mascota como si fuera un bebé humano, sin importar su edad, por eso cuando fallecen, el dolor está cargado de arrepentimiento. Además, se experimenta pérdida del sueño o apetito.
¿SE PUEDE SUPERAR LA PÉRDIDA DE UNA MASCOTA?
Se comentó que uno de los principales factores que impiden tratar esta situación, es la falta de ritos para despedirse, por ejemplo, los humanos suelen hacer ceremonias religiosas y espirituales para decir adiós, recibiendo una sensación de tranquilidad porque aseguran que ‘está en un mejor lugar’, pero esta práctica no es común con los animales del hogar.
Existen servicios funerarios para mascotas, que suelen ofrecer cremación, sala con altar, certificado de defunción, traslado del cuerpo a las instalaciones, y un artículo en donde depositarán las cenizas, puede ser una urna, o un collar que el interesado puede portar.
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Otra forma de hacerlo, es a través de una urna biodegradable, que está diseñada para convertir los restos de tu compañero en un árbol, que se puede plantar en donde sea; en un jardín o un bosque.
