Nigel y Sally Rowe son una pareja de padres cristianos que se están preparando para emprender acciones legales en contra del gobierno inglés, por las pautas para las personas transgénero, emitidas en la escuela de sus hijos, esto luego de que su hijo se sintiera “confundido” al ver a otro niño usar un vestido.
De acuerdo a lo relatado por esta familia a diferentes medios locales, el hecho de que un niño en la clase de su pequeño comenzara a usar un vestido de manera inconsciente y se identificara como una niña, fue lo que alarmó a su hijo de seis años de edad.
En vez de hablar con el pequeño sobre la expresión de género, Nigel de 48 años y Sally de 46, decidieron sacar a su niño de la escuela primaria de la iglesia de Inglaterra, en la Isla de Wight, para decidir educarlo en casa.
Al parecer, esta no es la primera vez que experimentaban algo similar, pues anteriormente sacaron a su hijo mayor del mismo colegio, luego de que una compañera de clase se declaró transgénero, situación que lo “confundió” hasta el punto de sentirse mal y estresado.
Ambos hechos ocurrieron hace cuatro años y desde esa fecha, estos padres se han opuesto a la orientación que se brinda en dicha escuela, incluso ha instruido a un equipo legal que cuenta con el respaldo de Christian Legal Center.
De esta manera, los Rowes buscarán una revisión judicial sobre la negativa del Departamento de Educación de intervenir en su caso y la promoción de la Orientación Transgénero de las Escuelas de Cornwall, mismas que tienen como objetivo apoyar a los alumnos transgénero.
Dichas pautas, que según la pareja deben de ser reemplazadas por algo que “proteja a los niños de materiales partidistas que los llevan por un camino de daño irreversible”, establecen que los alumnos transgéneros “deberían de poder usar el uniforme, de acuerdo a su verdadero sexo”.
Finalmente, el portavoz del Departamento de Educación, comentó a The Times, que está consciente que las cuestiones relacionadas con la identidad de género pueden ser complejas y delicadas, sin embargo, agregó que la escuela está en la mejor posición para trabajar con los padres, los alumnos y los servidores públicos, a fin de decidir qué es lo mejor para cada niño en el colegio.