Recientemente ha cobrado fuerza en el mundo de la farándula el término "blackfishing" y surge del comportamiento que tienen los artistas blancos cuando parecen imitar la apariencia de los artistas de color.
Este término surgió a través de la plataforma de Twitter hace dos años cuando la periodista Wanna Thompson notó que las celebridades blancas se disfrazaban como personas negras en redes sociales.
Dentro de estas acciones se encuentran el broncearse excesivamente para lograr igualar el tono de piel, además de utilizar peinados y tendencias en cuanto a vestimenta que han surgido en específico con las mujeres negras.
Hace algunos años el término “blackface” cobró fuerza para referirse al uso de pintura negra para pintarse la cara de color negro y con ello parecer una persona de esta raza, hecho que también fue considerado como ofensivo.
La periodista indicó que estas acciones pueden crear una “peligrosa paradoja” que tanto puede celebrar la belleza y la estética de los negros, con una alusión a que esto sólo sucede si lo destacan los blancos.
Thompson refirió que con estos fenómenos se da pie a que, en vez de apreciar la cultura negra desde su origen, se tiene la necesidad de “sentirse parte de ella” para vivir la “experiencia completa de la negritud”, con lo que genera una discriminación sistemática.
En contraste, quienes si son personas de color sufren el prejuicio de que la gente no los ve de la misma manera a quienes realizan esta práctica, pese a que ellos tienen dichos rasgos de nacimiento.
¿CON QUÉ FIN SE PRACTICA?
De acuerdo con diversos especialistas, el parecer de una raza mixta crea en las redes sociales más oportunidades de marketing por considerarse elegantes y exóticos.
Quienes llegan a practicar el blackfishing lo hacen debido a que se sienten con el derecho a la cultura negra y a utilizarla como una moneda social refiere Wanna.
En resumen, la profesora Leslie Bow describe al blackfishing como "una farsa racial que opera como una forma de fetichismo racial".