La decisión de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de suspender parcialmente las actividades del laboratorio Psicofarma provocó inestabilidad en la vida de las personas que ingieren los medicamentos de la farmacéutica porque es la única especializada con distribución en México para la atención de los padecimientos mentales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los trastornos mentales están caracterizados por una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones y el comportamiento. Existen alrededor de 400 padecimientos y entre los más conocidos se encuentran la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar, el estrés post traumático y la esquizofrenia.
En la mayoría de los casos las personas con algún trastorno mental son medicadas con el fin de disminuir sus malestares y brindarles la oportunidad de tener una vida normal, sin ninguna complicación que impida la realización de actividades cotidianas. En lo que respecta a México, la creación de productos para atender a dicho sector de la población se concentra mayoritariamente en tres empresas: Psicofarma, Pisa y Prefarma S.A de C.V.
Medicamentos son vitales: especialistas
En entrevista con El Sol de Puebla, el maestro de la Universidad Iberoamericana Puebla, Leopoldo Castro Fernández, y el psicoanalista Alberto Isaac Mendoza Torres, coincidieron en entrevistas por separado sobre la importancia de tomar los fármacos destinados para el control de las enfermedades porque la suspensión tajante trae consecuencias negativas.
Isaac Mendoza compartió que cambiar de empresa farmacéutica con la que se adquieren los medicamentos representa un riesgo porque, aunque el producto final es el mismo, las cantidades de los insumos, el proceso de elaboración, el envasado y la transportación son diferentes.
Ahondó en que dicha situación puede ser imperceptible o de poca relevancia para el público en general, pero, para aquellos que son medicados constantemente puede traer consecuencias negativas o un desequilibrio al intercalar medicinas.
Por separado, el especialista de la universidad privada explicó que el nivel de la gravedad en el que afecta la suspensión del tratamiento está ligado directamente del nivel de cada caso y puso como ejemplo que, en las situaciones más ligeras, la persona puede realizar las actividades cotidianas sin ningún problema, es decir, su funcionamiento no depende estrictamente de la medicación. Por el contrario, subrayó que hay hombres y mujeres que son incapaces de salir de su cuarto o casa derivado de la necesidad de los fármacos.
Puntualizó que suspender el tratamiento podría desencadenar efectos secundarios, el retorno de los síntomas que se tenían antes de los medicamentos o atravesar un síndrome de abstinencia, en el cual se puede presentar una falta de estabilidad emocional y podría traer consigo ideas persecutorias, problemas para conciliar el sueño y picazón en el cuerpo.
Faltan acciones de las autoridades
Los tres especialistas consultados para este material periodístico coincidieron en que existe una falta de interés por parte de las autoridades para atender la salud mental, lo que se refleja en las pocas empresas dedicadas a la creación de medicamentos y falta de presupuesto federal y estatal para atender a dicho sector de la población, así como implementar acciones que permitan erradicar los mitos que existen alrededor de la salud mental y fomentar la importancia de la misma.
El psiquiatra Carlos Lima desglosó que algunos de los principales mitos relacionados al tema son los comentarios respecto a que las personas que acuden a terapia están locas, son incapaces de adaptarse a la sociedad, difícilmente podrán curarse o tienen un coeficiente intelectual menor diferente al de otras mujeres u hombres.
No obstante, consideró que con el paso de los años el tema de la salud mental, ir a terapia y ser diagnosticado con un trastorno mental es un tema que se ha puesto sobre la mesa de las familias por lo que cada vez más personas de diferente clase social deciden romper con las barreras y preocuparse por atenderse.
Depresión y ansiedad, los más frecuentes
La depresión y la ansiedad son dos de los trastornos más comunes en la gente, los cuales se presentan en cualquier persona, sin importar la edad, estatus social, religión o etnia, informó el psiquiatra Carlos Lima, quien comparó que los padecimientos anteriormente mencionados son similares a tener una gripe.
La depresión está caracterizada fundamentalmente por un bajo estado de ánimo, asociado a alteraciones del comportamiento, del grado de actividad, del pensamiento y la ansiedad por la preocupación y el miedo intenso ante situaciones cotidianas.
Explicó que algunos de los síntomas que se presentan son la dificultad de disfrutar las cosas, sentimientos de culpa, baja autoestima e inclusive alteración del sueño. Contrario a los padecimientos menos agresivos, señaló que el trastorno bipolar y la esquizofrenia son dos de los más fuertes porque se presentan alucinaciones y una pérdida de la realidad que pone en peligro la vida de la persona que la presentan como los familiares, amigos y personas cercanas.
Inclusive, dijo a esta casa editorial que a lo largo de su experiencia ha sufrido violencia física por parte de pacientes con esquizofrenia, quienes lo desconocieron y al sentirse amenazados con su presencia en el consultorio lo ahorcaron.
Hasta el momento no existe una hipótesis confirmada sobre los motivos que causan la depresión en las personas. No obstante, diferentes estudios coinciden en que hay factores que contribuyen a la aparición del trastorno por un tema hereditario o situaciones traumáticas que se vivieron en la infancia como violencia intrafamiliar, alcoholismo y adicciones.
Aumenta depresión en Puebla
Aunque no existen datos exactos sobre el número de personas en Puebla con alguno padecimiento mental, en lo que respecta a la depresión, la encuesta VoCeS-19 realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud y el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud dieron como resultado que en la entidad los casos de depresión aumentaron un 59 por ciento en un año.
Lo anterior porque de enero a mayo del año pasado se reportaron mil 548 diagnósticos, mientras que, en ese mismo periodo, pero del 2021, hubo 973 casos.
El estudio arrojó que son las mujeres las más afectadas por el padecimiento pues el 68 por ciento de la cifra total del 2022 corresponde a dicho sector de la población y el 32 por ciento restante en los hombres.
Con dichas cifras, el estado se colocó en el noveno lugar nacional con más casos de depresión. Los tres primeros lugares fueron para Ciudad de México con ocho mil 651 casos, seguido de Estado de México con cuatro mil 773 y Jalisco con tres mil 669.
Pese a que este diario buscó a la Secretaría de Salud estatal para conocer cifras más actualizadas sobre la depresión no se obtuvo ninguna respuesta por parte de la dependencia.
Entre las personas del estado que la padecen se encuentra Damián, un joven de 25 años que usa el fármaco desde hace una década. El joven trabaja como diseñador gráfico en Tlaxcala. El recorrido desde su casa a la empresa donde labora es de alrededor de una hora y ayuda económicamente a su mamá, así como a sus dos hermanos.
A los 15 años de edad fue diagnosticado con depresión crónica a causa de que la familia de su progenitora se lo heredó y desde entonces comenzó a tomar dosis pequeñas de medicamento, mismas que con el paso del tiempo fueron en aumento y actualmente ingiere diariamente dos pastillas.
En entrevista con El Sol de Puebla, Damián, quien prefirió que su apellido no fuera publicado por temor a los estigmas sociales que rodean al tema, explicó que actualmente toma los antidepresivos Sertralina y Resperidona, los cuales forman parte de los que se encuentran en desabasto.
Ante esto, comentó que se ha visto en la necesidad de reducir voluntariamente su consumo, aunque lo anterior sea un gran reto porque al alterar la dosis presenta un síndrome de abstinencia que lo ha llevado a cuestionar los motivos por los que disfruta estar vivo y ha pensado en atentar contra su vida en más de una ocasión.
“Cuando yo dejo de tenerlos me siento con ansias, en mi cabeza empezaban esos pensamientos, esa vocecita que, de pronto me lleva a tener intentos de suicido y de hecho no ha sido solo uno, fueron varios. En algunas ocasiones no los tomaba (los medicamentos) porque me daba pena o sentía que a veces era contraproducente”, dijo.
En voz del joven, una de las situaciones que le ocurren cuando comienza con los síndromes son la necesidad de fumar o tomar para calmar la ansiedad. Pero, cuando lo anterior no funciona, se pone de mal humor, su paciencia disminuye para realizar otras actividades simples como hacer la corrección de un trabajo o trasladarse al mismo.
Con este testimonio coincidieron Karen y Jesús, ambos consumidores de uno o más medicamentos de los 43 con los que cuenta la empresa y quienes también prefirieron reservar su apellido por el temor social de hablar sobre su condición.
Para ambos, su experiencia con el desabasto no ha sido tan mala porque la ingesta de medicamentos no influye gravemente el desempeño de otras actividades que realizan como ir al trabajo, salir con amigos, pareja y hacer actividades recreativas. Pese a ello, el impacto de dejar de consumirlos sí les causó al menos un episodio de tristeza y ansiedad.
Psicofarma, único especializado en la salud mental
De los tres laboratorios, Psicofarma es el único especializado en la salud mental porque solo se dedica a la creación de fármacos de ese tipo, como depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y epilepsia.
La descripción de su página web señala que llevan 44 años en el mercado y la empresa mexicana fue creada por un grupo de psiquiatras, que se dio cuenta de la falta de empresas dedicadas a la producción de medicamentos para estos padecimientos.
Cuenta con 43 productos en 108 presentaciones, que son distribuidos en diferentes farmacias, como Súper Farmacias, Farmacias del Ahorro, San Pablo Farmacia, Farmacias Benavides y Farmacias Modernas. Además, destina el 10 por ciento de sus ventas a la investigación y desarrollo de soluciones farmacológicas para este tipo de enfermedades.
Los precios de sus productos van desde los 200 pesos hasta los tres mil pesos, lo que varía según el fármaco solicitado. Algunos de los más vendidos son Clonazepam, Sertralina, Resperidona, Tamlet-s, Anepigran y Xerenex.
Durante tres décadas únicamente existieron quejas menores sobre la farmacéutica, pero en noviembre del año pasado la Cofepris anunció la detención de operaciones del laboratorio porque descubrieron prácticas negativas en el proceso de fabricación, entre ellas el envasado sin técnica de esterilidad y el almacenamiento de materia prima en áreas contaminadas.
Cinco meses después, específicamente el 21 de abril del año en curso, la Cofepris citó al grupo directivo de Psicofarma para entregarles la ruta regulatoria que solvente las irregularidades en la fabricación de los medicamentos controlados.
Según el comunicado, el comisionado federal, Alejandro Svarch Pérez, remarcó el compromiso de encontrar soluciones para garantizar el acceso a medicamentos controlados.
Ante este panorama, lo que resta es que el laboratorio cumpla con lo dictado por las autoridades para reanudar las operaciones.
La tarde del 12 de mayo, la Cofepris liberó 69 lotes con 693 cajas de Clonazepam, litio y metilfenidato, los tres medicamentos dedicados para la atención psiquiátrica.
Lo anterior porque pacientes y familiares clausuraron simbólicamente las instalaciones de Cofepris en 10 entidades para exigir una solución al grave desabasto de psicofármacos.
Las otras dos empresas encargadas de comercializar medicamentos son Prefarma y Pisa, aunque la primera forma parte del grupo económico de la segunda.
Contrario a Psicofarma, estas dos marcas están dedicadas a la creación y distribución de medicamentos con 17 líneas de especialidad, es decir, no están enfocados al ramo de la salud mental, así que su gama en dicha área es limitada.
La descripción de la página web informa que la farmacéutica cuenta con 77 años de existencia, es una empresa mexicana y algunos de los medicamentos que venden son los antidepresivos, antiepilépticos, para atender la diabetes, control de peso, diálisis, tos y urología, por mencionar algunos.
El apartado para atender la depresión y los ataques epilépticos está compuesto únicamente por nueve medicamentos, entre ellos Paroxetina, Citalopram, Duloxetina y Venlafaxina.
La empresa Pisa tampoco ha estado exenta de señalamientos por las autoridades debido a que en 2010 fue sancionada por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) de México por presuntamente inflar costos en las licitaciones del IMSS.
La resolución fue confirmada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y derivó en una multa equivalente a más de un millón de dólares.
En el año 2020, la Secretaría de la Función Pública del gobierno de México multó de nueva cuenta a la farmacéutica por manipular información para conseguir otro contrato con el IMSS y la inhabilitó para contratar con el estado por 30 meses. Pese a ello, la empresa de la familia Álvarez Bermejillo, que es considerada uno de los principales grupos de proveedores de medicamentos en el país, presentó un recurso de nulidad y en abril de 2021 la Secretaría levantó la sanción.
