Con la llegada de la pandemia de la Covid-19 los grandes esfuerzos en medicina como en progreso farmacéutico quedó demostrado al tener avances significativos en un tiempo corto. Pero, el combate contra otras enfermedades e infecciones se están rezagando y en un punto podrían ser fatalistas para los humanos, como es el caso de las bacterias.
Llamada como la “pandemia silenciosa”, la resistencia de las bacterias a los medicamentos demuestra un avance cada vez mayor, al punto de tener las llamadas súper bacterias. Estos son organismos que han logrado mutar y evolucionar de forma que los antibióticos actuales disponibles ya son insuficientes para combatirlos.
La pandemia de la Covid-19 trajo consigo también un avance significativo en la creación de súper bacterias. A la par, la industria farmacéutica cada vez ve un menor valor en el estudio de los antibióticos y, se estima que en los próximos años las súper bacterias podrían provocar tantas muertes como el cáncer.
EL MAL MANEJO DE LOS MEDICAMENTOS AL INICIO DE LA PANDEMIA
Cuando el virus del SARS-CoV-2 apareció y comenzó a expandirse por todo el mundo, los centros de salud se enfrentaron al gran reto de buscar un tratamiento, por lo que se buscó respuesta en los antibióticos. Durante las primeras etapas de la enfermedad, se tuvo dificultad para encontrar una diferencia entre las infecciones bacterianas con el desarrollo del virus.
De esta forma, en países como Estados Unidos el 71 por ciento de los pacientes con Covid-19 recibieron antibióticos, cuando solo el cuatro por ciento presentó una coinfección bacteriana. Otro estudio publicado por Pubmed, describió que al menos 70 por ciento de los pacientes en el mundo habrían sido tratados con antibióticos.
Ante el mal manejo de los tratamientos y el uso excesivo de los antibióticos, se estima que aumentó en 10 por ciento la resistencia contra varias clases de antibióticos en comparación a 2019. América Latina tendría datos más alarmantes con países como Chile presentando niveles de resistencia a bacterias que se esperaban ver hasta 2030.
Esto también pasaría en regiones como Australia, donde una encuesta reveló que 44 por ciento de la población pensó que los antibióticos servían para tratar y prevenir la Covid-19. Las teorías de conspiración esparcidas en el mundo, principalmente desde Estados Unidos, también habían contribuido a estas creencias.
“La desinformación incluye un énfasis excesivo en el papel de los antimicrobianos. Esto incluye el uso de azitromicina, que se ha demostrado repetidamente que no tiene eficacia contra la Covid-19”, detalla el estudio Covid-19, desinformación y resistencia a los antimicrobianos publicado por The BMJ. “La falta de conocimientos básicos sobre las infecciones y su tratamiento ha provocado una escasa comprensión de esta pandemia viral y su etiología por parte de la población general de todo el mundo”.
A pesar de que diversos países cuentan con programas de administración de antibióticos, los cuales ayudaron a bajar su consumo, la pandemia provocó que los recursos destinados a estos se terminaran. Además, el personal encargado de revisarlos, también tuvo que ser movilizado para manejar la alta cantidad de pacientes por coronavirus en las unidades hospitalarias.
INDUSTRIA FARMACÉUTICA Y EL GRAN PROBLEMA CON LOS ANTIBIÓTICOS
Uno de los problemas principales en el combate a las súper bacterias se encuentra en la industria farmacéutica. Grandes compañías como Novartis, Astra Zeneca y Sanofi abandonaron sus investigaciones debido al poco beneficio que obtienen en la creación de antibióticos.
Se debe en medida a que el costo medio para probar un nuevo medicamento puede ser de hasta 985 millones de dólares, mientras que las ventas anuales de antibióticos no superan los 50 millones. La falta de incentivos financieros se suma a esto, debido a que los gobiernos prefieren invertir en nuevos estudios para diversas enfermedades antes que en los antibióticos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la actualidad solo están en desarrollo 43 nuevos antibióticos, pero ninguno de ellos aborda lo suficiente la creación de las súper bacterias resistentes a los medicamentos.
Diversos grupos de la iniciativa privada ya buscan combatir el desinterés en el tema con grupos como AMR Action Fund, el cual reúne a más de 20 compañías biofarmacéuticas, entre ellas Bayer y Pfizer. Sus esfuerzos han llevado a recaudar hasta un billón de dólares para investigaciones clínicas de nuevos antibióticos.
Países como Estados Unidos tienen la Ley Pasteur, que busca ayudar al desarrollo de terapias antibacterianas. Mientras que, en el Reino Unido la organización Antibiotic Research UK ofrece hasta 200 mil libras para financiar trabajos relacionados con la resistencia de antibióticos.
Grupos de científicos ya evalúan el realizar investigaciones con enfoques alternativos contra las bacterias, como son el desarrollo de vacunas, anticuerpos, la creación de bacteriófagos, lisinas, productos bioterapéuricos vivos y péptidos antimicrobianos sintéticos.
EL PELIGRO DE LAS SÚPER BACTERIAS
Las Naciones Unidas advirtieron en un reporte lanzado a principios del año que las súper bacterias podrían provocar la muerte de 10 millones de personas para el año 2050. En Estados Unidos se estima que al menos 35 mil personas mueren al año a causa de las bacterias resistentes a antibióticos.
La Unión Europea reportó que al menos 33 mil personas fallecen a causa de estas bacterias y en su estimación, el número de muertes para 2050 podría equipararse a las causadas por enfermedades como el cáncer.
Cuando se tienen solo 43 nuevos antibióticos en desarrollo, la OMS reportó que más de 5,700 nuevos tratamientos contra el cáncer se realizan en la actualidad, provocando una disparidad importante que en algún punto podría afectar la salud de miles o millones.