De cada 100 niños y adolescentes, 10 de ellos padecen alguna enfermedad mental, de las cuales los pensamientos suicidas es la más delicada y la que cada vez va en aumento, así lo indicó María Eugenia Torres Castillo, especialista en psiquiatría en la Clínica 6 del IMSS.
La doctora detalló que, de las enfermedades mentales, una de las más preocupantes es el suicidio, debido a que la incidencia de este trastorno se registra principalmente entre la población de niños y adolescentes, siendo el pico de mayor vulnerabilidad los que están entre los 16 a 24 años de edad.
Precisó que las estadísticas son variables, debido a que muchos casos de suicidio no se catalogan dentro de este grupo y se clasifican como defunciones por accidente
“Actualmente estamos en el quinto lugar de suicidios y se incrementó principalmente en niños y adolescentes. Parte de la población que se suicidan no quedan en estas estadísticas porque se piensa que el niño se equivocó y tomo veneno, o que se cayó por accidente, que estaba jugando y se ahorcó, sin embargo, el niño a partir de los 5 años y con su nivel de madurez, ya expresa que se quiere morir y habla acerca de la muerte, pero no se quiere aceptar o creer que los niños se están suicidado porque eso genera un conflicto a nivel social”, comentó.
Aseguró que entre un 7 y 10 por ciento de niños en edad de entre 3 y 12 años de edad ya presentan algún problema de tipo psiquiátrico y consideró que la misma sociedad ha propiciado que la salud mental se vaya deteriorando
“La sociedad no ha ayudado a que mejore la salud mental, incluso ha propiciado que la salud mental se vaya deteriorado. Cada vez la sociedad es más violenta, permisible, cambian los valores, los principios, la moral y todo se permite. Las familias están siendo muy permisivas con los hijos, no hay comunicación, se les da todo, no se les delegan responsabilidades y no se les enseña a ser tolerantes”, señaló.