A ninguna persona le gusta que mientras duerme plácidamente su organismo despierte de manera abrupta por la aparición de pensamientos fuera de la realidad, con escenas que bien pueden parecer sacadas de una película de terror, cuyos personajes en muchas ocasiones son familiares o personas conocidas lo que incrementa la agitación al generar una sensación de miedo.
Y aunque sólo se suele relacionar estos pensamientos con malos augurios y fortuna indeseable, la ciencia también se ha dedicado a estudiarlos, logrando determinar que no aparecen sólo porque sí, sino que son un comportamiento completamente normal de nuestro cerebro, pues cumplen con una función específica dentro de nuestro funcionamiento encefálico, la cual incluso proviene de nuestros ancestros.
¿Cuál es la función de las pesadillas en el cerebro?
Estas ideas son estudiadas dentro del campo de la neurociencia y, según han demostrado diversos estudios, tienen la función de preparar al cerebro para situaciones límite, mismas que a su vez pueden poner en peligro nuestra existencia, ya que el hecho de pensar en una acción durante estas etapas puede mejorar nuestro rendimiento en determinadas acciones del mundo real.
Es decir, lo que los científicos se han planteado es que estos sueños desagradables son interpretados por nuestras neuronas como un ensayo de preparación ante el peligro, lo cual es tomado como un entrenamiento para mejorar la respuesta ante estímulos negativos, logrando asegurar una mejor posibilidad de sobrevivencia, de aquí que incluyan a personas, lugares y hasta situaciones conocidas.
Según lo estudiado hasta ahora, este tipo de construcciones mentales suelen ocurrir durante la llamada fase REM del sueño, misma que se encuentra relacionada con el procesamiento emocional, misma etapa en la que ocurren otro tipo de sueños, pues es aquí donde las situaciones que nos hagan sentir de manera positiva o negativa ocurren y es al salir de la vigilia que la mente consolida los datos obtenidos.
¿Cómo surgen las pesadillas?
Cabe señalar que, si bien las pesadillas son más comunes durante la infancia, se ha comprobado que uno de cada dos adultos las sufren de manera ocasional, pues todo parte de que el sueño es una extensión de los pensamientos que se hayan tenido durante el día, por lo que pueden aparecer cuando nuestro cerebro se encuentran intentando dar sentido a nuestras ideas.
Pero también suelen presentarse cuando buscamos resolver problemas difíciles que tuvimos, aunque existen muchas otras razones como haber comido alimentos pesados, altos en carbohidratos, e incluso tarde en la noche, intervalo de tiempo en el que incrementa la actividad cerebral y el metabolismo, así como reacciones a medicamentos y enfermedades como la ansiedad y la depresión o alergias.
Finalmente, su aparición suele darse durante el último tercio de la noche en la fase del sueño más profundo, mismo que proporciona el descanso necesario y la cual está asociada con una alta actividad cerebral y movimiento rápido de los ojos; al tener estos pensamientos es la parte del cerebro que regula los lóbulos frontales la que se activa, pues es la que maneja emociones como el miedo.