La salud nutricional pediátrica en Puebla, la entidad con el índice más alto de obesidad infantil a nivel nacional, no se ha podido colocar como una prioridad de salud pública, pues ni el Estado ha trabajado por garantizar este derecho a todos los niños de la entidad, ni tampoco las familias han colocado el tema como un asunto de interés, llegando incluso, a minimizar los efectos graves de esta enfermedad en sus hijos.
Para conocer más sobre cuántos menores son atendidos en consultorios nutricionales, este medio contactó a un puñado de especialistas en tratamientos alimenticios con menores de edad, en la ciudad de Puebla. El resultado fue que son todavía muy pocas las madres y padres de familia que llevan a sus hijos a recibir este servicio de salud.
Karla Cortés, nutrióloga clínica, asegura en entrevista que actualmente, atiende a 10 pacientes pediátricos, de los cuales ocho presentan diagnósticos de obesidad, y dos se mantienen por debajo de su peso ideal.
Para ella, esa cifra es poco alentadora, pues reconoce que en la entidad existen cientos de niños que deberían ser atendidos por un especialista en nutrición, especialmente en estos momentos que, debido al encierro ocasionado por la pandemia de COVID-19, muchos de ellos han cambiado sus hábitos alimenticios: “Los hábitos de alimentación cambiaron totalmente, tanto en horarios, frecuencia de alimentos, y cantidades. [Se le dio] preferencia a la comida rápida”, fija.
En ese contexto, aunque reconoce que al Estado le falta trabajar más por garantizar el derecho humano a una alimentación sana, para la totalidad de menores en Puebla, debe existir también la responsabilidad de madres y padres de preocuparse por la salud de sus hijos: “Son muy pocos los padres de familia que se preocupan por la salud de sus hijos¨, puntualiza.
Explica que, aunque existan menores de edad con un peso superior al indicado, muchas veces sólo se minimiza la gravedad que ello tendrá en su salud futura, por lo que se evita acudir a servicios especializados en nutrición.
De los pocos menores de edad que ha atendido, la mayoría acude por control de peso, no obstante, la mayoría llega a su consultorio cuando la enfermedad ya se encuentra en estado avanzado. Por esa razón, fija que la medicina preventiva enfrenta grandes retos para evitar que las cifras de obesidad infantil permanezcan al alza.
Por su parte, Dulce María García Merino, nutrióloga clínica con especialidad en pacientes pediátricos, aunque coincide en que las consultas a menores de edad aumentó durante la pandemia, éstas siguen siendo pocas en el contexto estatal de gran incidencia en obesidad infantil. Ella ha detectado que las madres y padres de familia, desconocen generalmente que la obesidad es un padecimiento que requiere de un control personalizado, y atención especializada.
En ese sentido, reconoce que en muchas familias con menores con sobrepeso y obesidad, se obliga a los niños a dejar de comer ciertos alimentos, e incluso, a evitar consumir alimentos durante ciertas horas del día. Advierte que al llegar a esos extremos, los niños pueden enfrentar problemas aún más graves, pues al vivir en una etapa de desarrollo fundamental, es necesario contar con los nutrientes necesarios.
Otra de las especialistas en nutrición pediátrica consultadas por El Sol de Puebla, es Mariana Becerra Guarneros, ella indica que las campañas de nutrición implementadas por el Estado son escasas e insuficientes, pues las pocas que existen no logran obtener el impacto social esperado.
Pese a que ella ofrece servicios de nutrición especializados en menores de edad, los casos que ha recibido de padres de familia que buscan mejorar la salud de sus hijos, son escasos. Además, la mayoría de ellos se encuentran en peligro latente de ingresar a comorbilidades más graves como diabetes e hipertensión.
Finalmente, las nutriólogas coincidieron en que las madres y padres de familia deben llevar a sus hijos a ese servicio médico, sin importar que existan evidencias de un alto o bajo peso, respecto a su edad y talla. Al priorizar la medicina preventiva, los riesgos de que los menores tengan problemas asociados al sobrepeso y obesidad, disminuyen cuando existe un plan profesional de cuidados alimenticios.