Hablar de una vida saludable suele asociarse con la práctica de una actividad física mínima como caminar, pero en la medida de lo posible la recomendación es hacer algún deporte que involucre un mayor esfuerzo del organismo, aunque para poder hacerlo suele ser necesario un trabajo previo para que esto se convierta un hábito y el cuerpo no sufra daños.
Una etapa idónea para comenzar con estas prácticas es la niñez, pues debido a que el organismo se encuentra en desarrollo es más fácil que se acople, aunque como todo en exceso también puede generar lesiones, pues no es lo mismo que un adulto decida correr un maratón a que este mismo reto se le imponga un menor, por lo que hay límites de tiempo de ejercicio dependiendo de la edad.
¿Cuál es el tiempo que puede hacer ejercicio un niño?
De acuerdo con especialistas de la Mayo Clinic, la recomendación es que a partir de los 6 años los niños practiquen actividades físicas moderadas o intensas por una hora al día y en caso de no ser posible reducir la frecuencia a un mínimo de tres días a la semana; dentro de los ejercicios recomendados se encuentran actividades aeróbicas como correr o andar en bicicleta.
Otras tareas que pueden realizar son las de fortalecimiento muscular, aunque estas deberán excluir el uso de algún objeto y centrarse en utilizar el propio peso; por otra parte también se recomienda la práctica de fortalecimiento óseo como saltar la cuerda o correr, todas manteniendo la misma frecuencia, incluso distribuyéndolas a lo largo de la semana, siempre bajo la supervisión de un adulto.
Expertos del mismo nosocomio aseguran que en el caso de los pequeños que tienen entre 3 y 5 años, la recomendación es que se mantengan activos durante todo el día a fin de que se vean beneficiados su crecimiento y desarrollo, lo cual se puede generar mediante la realización de juegos activos que el menor practique en el ámbito escolar, pues estas pueden cubrir diversas necesidades a la vez.
Una buena opción es la práctica de deportes como el béisbol, el futbol e incluso tomar clases de baile, pues permiten a los infantes mantenerse en forma, además de que existen otras actividades más “extremas” con versiones infantiles; aunque si los intereses del menor son el arte o la lectura, una caminara en la naturaleza también puede funcionar.
¿Cuáles son los beneficios de la actividad física a temprana edad?
Dentro de los beneficios a corto y largo plazo que se pueden obtener con la práctica de alguna actividad física desde temprana edad se encuentra una mejor condición aeróbica, fuerza muscular y resistencia, así como un menor riesgo de depresión entre los 6 y 17 años; una mejor salud ósea y un peso saludable entre los 3 y 17 años, así como una mejor capacidad de pensamiento y memoria entre los 6 a 13 años.
Finalmente, cabe puntualizar que inculcar el hábito del ejercicio a un menor también podría tener beneficios en la salud de los padres, al grado de volverse una actividad familiar que además de fortalecer la salud física, sirva para aumentar los lazos e incluso para reducir el tiempo frente a la pantalla de cualquier dispositivo para evitar que se convierta una depresión a temprana edad.