Europa podría llegar al fin de la pandemia después de que se superen los casos ocasionados por la variante Ómicron, aseguró Hans Kluge, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa.
El directivo indicó que una vez que los contagios comiencen a bajar se puede aspirar a la inmunidad global. Después de esto, podría darse un periodo de calma contra la enfermedad, por lo que podrían seguir presentándose casos, pero no al nivel para el regreso de la pandemia.
“Es plausible que la región se esté moviendo hacia una especie de final de pandemia”, explicó Kluge al ser consultado por la agencia AP. “Habrá una inmunidad global durante bastantes semanas y meses, ya sea gracias a la vacuna o porque las personas tienen inmunidad debido a la infección, y también a la reducción de la estacionalidad”.
Sobre la variante Ómicron reiteró que los estudios demuestran que provoca una infección menos grave a la vista por otras variantes como la Delta de la Covid-19. También, que la vacunación ha sido fundamental para disminuir el riesgo de muerte tras el contagio.
A pesar de sus buenos pronósticos, Kluge pidió a las personas no dejar de cuidarse, debido a que el virus ya sorprendió en más de una ocasión y no es seguro predecir lo que pueda pasar. Por ello, no quiso afirmar que la Covid-19 pueda convertirse en una enfermedad endémica, la cual es más manejable y se da por periodos como la gripe estacional.
PAÍSES EUROPEOS RELAJAN MEDIDAS CONTRA EL VIRUS
En la actualidad, los países europeos ya comienzan a desarrollar sus planes para eliminar las medidas restrictivas que impulsaron el mes pasado ante el incremento de los casos causados por la variante Ómicron. Aunque las autoridades advierten que no significa que la enfermedad esté contralada, el bajo número de hospitalizaciones y el buscar impulsar la economía tiene mayor peso.
Casos como Francia, en donde se espera que en las próximas semanas se eliminen algunas restricciones. Entre estas se encuentra el eliminar el mandato para el uso obligatorio de máscara de protección al aire libre, así como retirar los límites de capacidad para espacios cerrados y eventos públicos.
En el caso de los trabajos, ya no será necesario trabajar desde casa, aunque se sigue recomendando a las empresas, se espera que a partir del 2 de febrero se comiencen a reducir las medidas. Para mediados de ese mes, se evalúa la posibilidad de abrir los centros nocturnos y permitir el consumo de alimentos en sitios como estadios, cine y en el transporte público. Francia logró controlar los casos después de presentar hace dos semanas un repunte del 64 por ciento en los casos y llegar a promediar hasta 337,000 nuevos por día.
Respecto a Reino Unido, a partir del jueves 27 de enero ya no será obligatorio el uso de cubrebocas en público ni tener que presentar una prueba de vacunación para ingresar a eventos o a espacios cerrados como restaurantes y bares. Boris Johnson, primer ministro británico, aseguró que el número de casos alcanzó su punto máximo, por lo que pueden regresar a un manejo más relajado de la enfermedad.
Al respecto, para finales de año se reportaron más de 246,000 casos nuevos al día, en un nuevo alarmante ya que en las mismas fechas en 2020 el número de casos no superó los 81,000. Pero, en las últimas semanas el número de hospitalizaciones bajó en 10 por ciento y los casos positivos disminuyeron en 27 por ciento.
En el caso de Irlanda, se espera que el sábado se eliminen restricciones como el límite de capacidad de los lugares cerrados, los horarios de cierre temprano y el límite de personas que pueden sentarse por mesa en restaurantes y bares. Solo se mantendrá hasta el 28 de febrero el uso obligatorio de cubrebocas en todo momento.
De acuerdo con datos del sistema de salud de Irlanda, el pasado 7 de enero se alcanzó el máximo histórico de casos con más de 26,000, pero en los últimos días se ha controlado el número. En el número de muertes también se registró una baja al pasar de 83 la semana pasada a 52.
