La curiosidad llevó a Carmen N., a una mesa dispuesta en la calle 13 Oriente, de su mano una pequeña de 2 años con su cubrebocas. La madre observa los alimentos y temerosa pregunta: “¿Están en venta?”. “No señora, si necesita algo, llévelo”, responden y ella suelta el suspiro, luego el llanto, se siente aliviada porque hoy llevará algo de comer a su familia.
Las historias son innumerables y la situación es la misma, los capitalinos poblanos se han quedado sin empleo por la contingencia sanitaria de Covid-19.
Los víveres están sobre la mesa para los más necesitados; leche, sopa, arroz, galletas, aceites, son algunos de los productos que destacan y que se pueden llevar las familias que temporalmente se quedaron sin empleo.
Vecinos, amigos y familiares de la calle 13 Oriente (en contra esquina de la Arena Puebla) son los voluntarios que hacen posible que familias sin recursos puedan alimentarse y hacer menos difícil la cuarentena por la pandemia.
“Sí, nos llega mucha gente. Las donaciones nunca alcanzan (…) es verdad, hay gente que no tiene ni para comer, ni un peso”, dice María de Lourdes de Espinosa, una de las organizadoras de la entrega de despensas.
Fuera del hotel Sacristía La Soledad, ubicado en la calle 13 Oriente número 215, donde se distribuye el apoyo, relata que mientras exista apoyo y solidaridad darán ayuda a los más necesitados los lunes y viernes.
“Hay veces que la gente viene entre semana y nos toca para pedir apoyo. Nosotros damos apoyo el lunes y viernes mientras tengamos para hacerlo, cuando no, ¿qué hacemos?”, agregó, Leobardo Espinoza, esposo de María de Lourdes.
La pareja reprocha la falta de apoyo de las autoridades a los más vulnerables y la falta de estrategias para ayudar a quienes están perdiendo sus empleos.
“Es muy triste, no sé qué va a pasar (…) sólo Dios sabe, yo creo en Dios y hay una esperanza, algo nos tiene que ayudar, porque la verdad está muy fea la cosa”, dijo Lourdes.
“NI PARA DONDE IR A BUSCAR TRABAJO”
Pablo Castillo, quien regularmente cuida coches por el mercado de El Carmen, ha perdido ingresos en la últimas dos semanas y por esa razón, acudió por su despensa.
“La situación está muy muy fuerte, muy fea, pero tenemos que salir. Agradecemos la ayuda que nos están dando y la verdad, no hemos visto nada del gobierno, si nuestra calle no la han querido arreglar, menos nos dan un apoyo”, agregó.
El señor Castillo vive en la colonia Miguel Hidalgo está preocupado porque él y muchos de sus vecinos no tienen trabajo: “Uno quisiera poder trabajar, pero nada”.
Como padre de familia, señaló que otra de las preocupaciones son la falta de tecnología para que sus hijas sigan las clases en línea.
“No tenemos computadora o internet, entonces, mi hija se va con una amiga. Se lleva su celular para avisar en clase. Mi hija va en el bachiller y tengo otra en la primaria”, concluye.