Detrás de los más de 5 mil negocios propios que se perdieron en el primer trimestre de este año, según la última encuesta del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), hay una historia de sueños rotos de poblanos que apostaron todo y lo perdieron en los últimos meses a causa de la pandemia.
Ese es caso de Fátima, quien era dueña del bar “La Camaronera” y una pizzería en San Andrés Cholula; el primer negocio tuvo que cerrar a causa del decreto del gobierno estatal que impidió la apertura de antros y bares, sumado al paro de la producción de cerveza que los limitó para ofrecer un servicio para llevar.
“En primera instancia nos dijeron que ese lugar tenía que cerrar por la licencia, pues a pesar de que somos un tipo restaurante con venta de bebidas y el tipo de licencia es de bar, entonces dijeron que todos los bares y todos los antros tienen que cerrar”.
En el caso de la pizzería, Fátima contó que cerró sus puertas debido a que las ventas no eran suficientes para solventar los gastos de renta y de nómina, ya que sus principales ventas era por eventos en el lugar y el servicio a domicilio nunca pudo sustituir estos ingresos.
“En el caso de la pizzería sí podía a trabajar con servicio a domicilio, pero realmente no nos da porque nuestro principal mercado son los eventos porque tenemos un jardín muy grande, de hecho teníamos varios eventos agendados y con lo poco de pedidos que había en la última semana que abrimos no nos salía”.
Fátima reconoció que la crisis la llevó, junto con su familia, a valorar la posibilidad de traspasar ambos negocios a un precio mucho menor a su valor real para no seguir costeando los insumos de luz y mantenimiento que siguen pagando.
CIERRA CONSULTORIO DE NUTRICIÓN
Una historia similar nos cuenta Tere, dueña de un consultorio de nutrición que cerró por miedo a exponer a sus clientes ante un posible contagio de Covid-19; ahora brinda asesorías telefónicas a pacientes que dieron positivo a coronavirus y que actualmente se encuentran en proceso de recuperación.
Tere decidió cerrar su negocio llamado “QI” desde el pasado 20 de marzo y por voluntad propia, consiente de que a pesar de ser del rubro de la salud, no es de primera necesidad y por ello bajó su clientela.
“En marzo, cuando empezó a haber más casos de Covid en Puebla todos nos pusimos en aviso y empezó a bajar muchísimo mis pacientes. Obviamente por seguridad, por salud y todo decidí cerrar desde el 20 de marzo”.
A diferencia de otros negocios que son la única fuente de ingreso, Tere cuenta con el ingreso de su esposo y actualmente ella brinda asesoría nutricional a pacientes con coronavirus para sobrellevar la enfermedad.
“Les digo qué es lo que se pueden tomar, cómo lo pueden ir sobrellevando, cómo tienen que alimentarse, la cantidad de agua que tienen que tomar, todo lo que en el centro de salud o el seguro social no les dicen. Hay algunos que se han hecho la prueba en laboratorio privado y salen positivo, pero ya no van solos en el camino”.