Rafael Hernández Soriano, quien fuera presidente de la Comisión especial de seguimiento para la construcción del Nuevo Aeropuerto en la Legislatura que acabó, entregó al futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, un diagnóstico con los pros y contra de construir la nueva base aérea en el Lago de Texcoco y de optar por el plan del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, en Santa Lucía.
En el diagnóstico que El Sol de México obtuvo por adelantado destaca que la vía más factible es un replanteamiento de la escala del proyecto, y colocar la obra de Texcoco en una ruta escalable y modular, acorde con la demanda real que se presente en las siguientes décadas.
Y al mismo tiempo, que la obra de Texcoco no puede avanzar sin tomar en cuenta desde ya, el terreno que deja el Aeropuerto Benito Juárez, donde puede ocurrir la transformación urbana más incluyente y dinamizadora de todo el oriente del Valle de México.
El exdiputado federal del PRD, presentará esta tarde el documento en el que resume que el diagnóstico realizado no es “empezar de cero” sino un llamado a seguir el Plan Maestro con el que ya se cuenta y asumirlo plenamente como guía y mapa de ruta.
"La sola terminal en Texcoco tiene 740 mil metros cuadrados o sea 74 hectáreas, y eso es precisamente lo que la convierte en un edificio fuera de escala. Para seguir con ejemplos más recientes: “El Dorado” en Bogotá maneja hoy más de 40 millones de pasajeros por año con solo 173 mil metros cuadrados (17.3 hectáreas).
"Si la terminal del NAICM pretende recibir 68 millones de pasajeros, lo lógico es un máximo de 150 mil metros cuadrados, es decir, el doble, para luego construirse progresivamente siempre en función de la demanda real", explica Soriano.
La imagen que sigue, muestra el espacio construído que realmente se utilizaría en 2022, suponiendo incluso el crecimiento –poco fundado- que presenta el gobierno federal. Fuera del color rojo, tendremos una construcción que no utilizaremos sino décadas después.
Aunque si ya se estableció la ruta, es necesario introducir cambios en la escala de la obra y por lo tanto en el ritmo de construcción, para que no exija enorme cantidad de recursos financieros que a la luz de las necesidades del país, "parecen insostenibles".
El documento explica los pros de detonar el terreno que deja la actual terminal y seguir con Texcoco además de los mismos terminos para Santa Lucía.
"Ni continuar el proyecto tal y como lo ha planteado el gobierno actual, ni la habilitación del Aeropuerto de Santa Lucía son las únicas alternativas. Hay muchas más. La opinión pública y la sociedad mexicana debe conocerlas, sopesarlas y ser tomadas en cuenta en nuestra deliberación", detalla el texto.