Desde tiempos remotos y hasta la actualidad, la falsificación de los objetos utilizados para las transacciones es un problema que las instituciones no han podido combatir, incluso en Puebla un hombre y su hijo fueron fusilados por este delito en 1915, sin embargo, esta práctica permanece hasta nuestros días, sin que las autoridades encuentren una manera completamente eficaz de combatirla.
Y es que este delito se remonta a la época prehispánica, donde incluso se falsificaba el cacao, posteriormente se crearon las monedas metálicas, tiempo después los bilimbiques, los llamados billetes “infalsificables”, hasta que en la actualidad incluso se han dado las falsificaciones digitales.
Cabe señalar que, el general Carlos Bringas y su hijo fueron fusilados en 1915, pero su delito no fue la falsificación de billetes sino de bilimbiques, pues con esta actividad se burlaban los decretos del Constitucionalismo, además de que había disminuido su valor debido al incremento de piezas falsas, por lo que Bringas y y su hijo fueron condenados a muerte y fusilados en la Escuela de Tiro.
Cabe señalar que luego de que este general fuera ejecutado, por el mismo delito fueron ejecutadas dieciocho personas más en tan sólo dos semanas, hasta que esta determinación comenzó a tomarse para cometer venganzas personales.
Pero la primera falsificación de billetes emitidos por el Banco de México se dio en 1941, cuando se detectó en la Ciudad de México la circulación de una considerable cantidad de billetes falsos de 20, 50 y 100 pesos, delito por el que fue detenido Alfredo Héctor Donadieu, mejor conocido como “Enrico Sampietro” y por el que incluso alcanzó fama internacional.
Incluso el mismo año el Banco Central detectó la necesidad de tener una oficina especializada en la prevención de falsificación de moneda, por lo que nació el Departamento de Investigaciones Especiales del Banco de México, la cual incluso llegó a ser representante de la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL).
¿QUÉ ERAN LOS BILIMBIQUES?
Fue en la época de la Revolución Mexicana que se tuvieron que retirar de la circulación enormes cantidades de monedas, además de que surgió un rechazo al billete del banco, por lo que Victoriano Huerta, tras destituir mediante un golpe de estado a Francisco I. Madero, ordenó a los bancos privados entregar el respaldo metálico de los billetes a su gobierno.
A su vez la indicación también fue emitir grandes cantidades de billetes sin ningún respaldo, con lo que el billete bancario perdió su valor y el sistema bancario mexicano comenzó a caer rápidamente, por lo que la falta de efectivo obligó a autoridades municipales, militares, comerciantes y hacendados a emitir las llamadas “piezas de necesidad”.
Fue así que de 1913 a 1915 se utilizó en México la moneda de necesidad, las cuales a las que los propios ciudadanos denominaron como “bilimbiques”, nombre que surgió de la contracción del nombre de William Weeks, que le pagaba a los trabajadores de la mina Green de Cananea, con vales de papel por su trabajo y cuyo nombre resultaba complicado de pronunciar para los mexicanos.
En lo que a sus características representa, son sumamente variables, varios de ellos con gran calidad, aunque también existen otros de baja, además de que únicamente tenían valor en tanto su emisor ejercía el poder en una determinada región, por la misma razón, su falsificación era masiva y su contribución a la pérdida de valor del papel moneda fue grande.
Finalmente, los constitucionalistas realizaron varios intentos para solucionar el problema monetario del país y ordenaron la creación de un papel moneda único a la American Bank Note Company de Nueva York, cuyos billetes se pusieron en circulación en mayo de 1916.