Cancelación de proyectos y restricción de acceso a ciertos fraccionamientos, es parte de lo que han tenido que enfrentar algunos carpinteros poblanos que intentan sobrevivir a la crisis de la pandemia, debido a que sus ventas han bajado entre un 50 y hasta un 85 por ciento en lo que va de abril a julio.
“Yo ya tenía muchas cotizaciones dadas, pero cuando a mí me mandan a hacer los muebles tengo que colocarlos, entonces eso implica que yo llegue a las casas y esté por lo menos un día (…) la gente ya tiene miedo de recibir personas extrañas y está recelosa en ese aspecto, por eso me ha disminuido mucho”, declara en entrevista a este medio Isela Gasca, quien desde hace ocho años tiene un taller de carpintería y otro de tapicería de muebles.
Para Luis Alberto Pérez Suárez, quien lleva dedicándose cerca de 14 años a este giro, el trabajo le escaseó hasta un 85 por ciento, pero logra mantenerse económicamente gracias a los pocos llamados que le hacen sus clientes para detalles de puertas, chapas o cambiar algunas piezas que están en mal estado; de hecho, revela que antes su entrada de dinero era de 3 a 4 mil pesos semanales, ahora solo llega a los 600 pesos por semana.
A pesar de que sus negocios son diferentes, Luis Alberto e Isela coinciden en que, a partir de mayo, hubo incluso fraccionamientos que no me permitían entrar si veían que llevaban gente de trabajo, un obstáculo más para la realización de su labor.
Y es que desde hace más de dos meses la mayoría de ellos han registrado bajas en sus ventas lo que les ha provocado crisis en sus carpinterías, pues lo poco que llegan a sacar lo utilizan para el pago de rentas y servicios como energía eléctrica, otros más para el pago de empleados.
“Los gastos siguen, la luz incluso subió, bajo el trabajo y pensé que el gasto sería menos, pero no, la luz subió y la renta la tenemos que seguir pagando (…) tuve que hacer uso de unos ahorros y de algún dinero que yo tenía y poco a poquito, a cuentagotas, los hemos ido sacando”, señala Isela.
CARPINTEROS QUE SE HAN LOGRADO MANTENER
A diferencia de ellos, hay algunos negocios que se habían mantenido estables ante la contingencia y no palpaban cambio alguno, como es el caso de Toci Virginia Montiel Padilla, directora creativa del estudio/taller Musa Ecléctica, quien afirma que fue hasta junio cuando se detuvo por completo su demanda.
“A pesar de que la pandemia comenzó en marzo, los meses subsecuentes no tuvimos impacto negativo, el problema está que después de casi 3 meses los ingresos de la población han disminuido significativamente y ahí es en dónde notamos el impacto económico de la pandemia”, platica a El Sol de Puebla, luego de añadir que al trabajar para algunas empresas o profesionales de la construcción y decoración de interiores, la cantidad de piezas solicitadas hasta mayo se mantuvo estable, tanto en muebles como en su línea de lámparas, charolas y artículos decorativos.
Por otra parte, la cantidad de piezas solicitadas hasta mayo se mantuvo estable, tanto en muebles como en su línea de lámparas, charolas y artículos decorativos. Por otra parte, asevera que, para sobrevivir el mes pasado, tuvieron un poco de liquidez y al no tener que pagar una renta muy elevada fue como pudieron mantenerse, sin embargo, comenta que, si esto se repitiese por más de dos meses seguidos, estarían en serios problemas.
Al igual que Toci, Roberto Escalante, quien se ha dedicado a la carpintería desde hace 28 años –en su propio taller- confiesa que ha corrido con suerte y su trabajo se ha mantenido estable desde que empezó lo del coronavirus, no le bajó ni le aumentó, solo se conservó estable. Además, asegura que entre los pedidos que más le han hecho en tiempos de Covid-19, han sido puertas, muebles de baño y escritorios, pues muchos aprovecharon el confinamiento para poder redecorar sus hogares.