El estado de Puebla ocupa el quinto lugar a nivel nacional con mayor pobreza energética, pues el 21.8 por ciento de sus viviendas habitadas no cuenta con luz eléctrica ni gas, por lo que en ellas todavía se utiliza carbón o leña para cocinar.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), actualmente existen en la entidad un millón 713 mil 381 casas ocupadas, de las cuales 374 mil 884 tienen escasez de energéticos, lo que afecta a más de un millón 735 mil personas.
El Consejo Nacional de Población (Conapo) estima que esta problemática se da principalmente en los municipios más alejados de la capital, así como en las zonas rurales.
Entre estos se encuentran Palmar del Bravo, Cuautinchán, Zoquiapan, Xochitlán Vicente Suárez, Xochiapulco, Tlaxco, San Sebastián Tlacotepec, Olintla, Ixtepec, Hueytlalpan, Huehuetla, Cuetzalan y Caltepec, los cuales se ubican de 3 a 5 horas de distancia del municipio de Puebla.
Armando Valerdi Rojas, ex presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), dio a conocer que la pobreza energética se deriva principalmente de la falta de recursos económicos.
Incluso aseguró que, en casos extremos, una familia completa solo llega a percibir un salario mínimo, lo que representa 172.87 pesos diarios o 5 mil 186.1 pesos mensuales, que se utilizan para todos los gastos corrientes.
Sin embargo, dicha cifra no es suficiente para satisfacer la alimentación, y mucho menos para cubrir los pagos de servicios básicos, como lo es la energía eléctrica y el gas doméstico.
“La pobreza energética está relacionada en gran medida con la falta de dinero en las familias, por lo que no les alcanza para cubrir gastos de servicios, pues tienen que priorizar su alimentación (…) Aquí lo importante es comer, aunque eso signifique que deban cocinar en leña o no tener energía eléctrica”, declaró.
MATEO Y MARÍA DE LA LUZ VIVEN CON POBREZA ENERGÉTICA
En un recorrido realizado por El Sol de Puebla se encontró el domicilio de José Mateo Juárez Morales, ubicado en el municipio de Cuautinchán, a hora y media de la capital poblana.
Su caso es un ejemplo claro de la pobreza energética que se vive actualmente en el estado, pues su hogar, que no mide más de 8 metros de ancho y 15 metros de largo, se encuentra en la cima de un cerro sin acceso a los servicios básicos.
En entrevista, comentó que en su casa viven seis personas, de las cuales solo dos trabajan en la albañilería, por lo que sus ingresos apenas superan los 5 mil pesos mensuales.
Con dicha cantidad no les alcanza para alimentar de forma adecuada a todos los integrantes de la familia, por lo que solo tienen acceso a frijoles, arroz, lentejas y tortillas.
Su situación económica también los deja vulnerables a la escasez de servicios, pues no cuentan con gas doméstico, por lo que sus únicos recursos para preparar los alimentos son una parrilla casera y unos cuantos kilos de leña.
Tampoco tienen energía eléctrica, por lo que en las noches se iluminan con una pequeña lámpara solar que dejan cargando todo el día, así como con un par de veladoras.
“No teníamos a dónde ir y agarramos este terreno a facilidades de pago, es pequeño porque mide 8 por 15. Solo tenemos tres cuartos y una cocina convencional, pues no alcanzó para más. Aquí vivimos seis personas, mi esposa y yo, mis tres hijos y una nieta chiquita (…) No tenemos estufa ni gas, por eso consumimos leña, tampoco hay energía eléctrica, por lo que ocupamos lámparas solares y veladoras (…)
Cuando llega la noche ya sabemos que no tenemos nada de luz, por lo que prendemos nuestras veladoras porque no hay de otra, el trabajo es poco y pagan barato (…) Estamos presionados por la pobreza, pero la vamos pasando porque hemos alcanzado una cierta estabilidad , comentó.
En un recorrido por su vivienda se pudieron constatar las condiciones en las que vive la familia, pues cada cuarto no mide más de 2 metros de largo y uno de ancho, los pocos muebles fueron realizados por ellos mismos con madera que encontraron, y su cocina apenas los cubre del aire, pues está cubierta con lonas.
“Nuestras camas son de tabla y rústicas porque fueron elaboradas a mano porque no tenemos dinero para dormir bien, antes era en el suelo, pero fuimos consiguiendo la madera (…) Nuestros cuartos son pequeños y tenemos una cocina muy convencional”, platicó.
El hombre explicó que las autoridades no lo han apoyado, por lo que comentó que se siente extraño y olvidado, pues se ha percatado que todos los recursos se destinan para el primer cuadro de Cuautinchán.
María de Luz Salas Flores es otro ejemplo claro, pues su vivienda se ubica en la zona rural de Palmar de Bravo, donde la energía eléctrica apenas está llegando y la leña sigue siendo su materia prima para cocinar.
Cocinamos con leña desde chiquitos, toda la vida, ahorita tengo 32 años y hasta ahorita pura leña. La vamos a conseguir al cerro más cercano que queda como a una hora, declaró.
La mujer reconoció que la falta de dinero es el principal motivo del porque no cuentan con gas doméstico, pues prefieren ahorrar ese dinero para comprar alimentos.
“Lo que pasa es que nuestra economía no está bien, por lo que mejor juntamos ese dinero para comprar frijolito o maíz, en lugar de un tanque de gas. Ya nos acostumbramos a cocinar así, además la comida sabe más rica, preferiblemente ocupamos leña porque no hay dinero”, platicó.
Sobre el tema de la energía eléctrica, explicó que la instaló hace 8 años, pero el resto de su vida la pasó utilizando veladoras para iluminar su hogar durante las noches.
“La luz la puse hace como 8 años, pero antes utilizábamos pura veladora, recuerdo que teníamos que comer antes de que oscureciera para poder ver, y después de eso pues ya a dormir. Gracias a Dios trabajando pude ahorrar y metí mi lucecita”, detalló.
Finalmente, la mujer comentó que actualmente se dedica a los trabajos del hogar y del campo, por lo que con sus ingresos debe mantener a otros nueve integrantes de la familia.
FALLECIMIENTOS POR NEUMONÍA SON A CAUSA DEL USO DE CARBÓN O LEÑA
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dan a conocer que más del 50 por ciento de los fallecimientos por neumonía son a causa del uso de carbón o leña, pues genera que las personas inhalen las partículas contaminadas en espacios cerrados.
Incluso, asegura que aquellos mexicanos que utilizan esos tipos de productos para cocinar son más susceptibles a sufrir la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), la cual califican como un padecimiento muy común para los hogares en pobreza.
“Esta enfermedad es la novena causa de muerte entre los mexicanos, pues se registran cerca de 24 mil fallecimientos anuales a nivel nacional, derivado de la toxicidad de los combustibles y el mal servicio eléctrico”, explica la organización.
Asimismo, estiman que la pobreza energética es un problema mayor para las mujeres, pues están expuestas a altos niveles de humo en interiores, por lo que tienen dos veces más probabilidades de padecer EPOC.
PROPUESTAS PARA ERRADICAR LA POBREZA ENERGÉTICA
Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), dio a conocer una serie de propuestas para erradicar la pobreza energética en el territorio poblano.
La primera consiste en que los gobiernos federal y estatal generen estrategias para tener un crecimiento económico, pues solo así tendrán el recurso suficiente para un desarrollo económico.
Este último consiste en realizar inversiones en todos los rincones de la entidad para acercar los servicios básicos a las comunidades más alejadas, tales como energía eléctrica, agua y gas.
A su vez, explicó que los programas sociales enfocados a otorgar luz eléctrica, gas y agua potable de forma gratuita podrían beneficiar a todas las familias de escasos recursos, pues el poco dinero que tienen lo podrían destinar para una buena alimentación, y el gobierno se encargaría de los servicios.
“Los países que han logrado erradicar la pobreza energética es porque su crecimiento económico lo utilizaron para el desarrollo económico, es decir, el recurso que ganaron lo destinaron a inversiones que ayudaron a acercar los servicios básicos a las comunidades alejadas (…) Lamentablemente en México no es así, pues no están haciendo lo adecuado para hacer crecer su economía, y por lo tanto, no tienen dinero para hacer esas inversiones, lo que se ve reflejado en que las poblaciones alejadas no tengan servicios”, concluyó.
