Luego de ser nominada en 2019 al Oscar como mejor actriz, la oaxaqueña Yalitza Aparicio prometió que se seguiría preparando para aprovechar la oportunidad que la filmación le dio de tener una proyección mundial y este fin de semana demostró que su promesa es real a compartir su primer artículo en The New York Times.
Fue a través de su cuenta de Twitter que la también defensora de los derechos humanos hizo el anuncio, por lo que se volvió tendencia en redes sociales, pero en lugar de recibir ovaciones y aplausos, una vez más fue víctima de comentarios racistas debido a su éxito pese al hecho de haber surgido de un estrato económico bajo.
Luego de la oleada de comentarios que la noticia de su primer artículo en dicho diario estadounidense, la embajadora de buena voluntad de la Unesco denunció dichas agresiones y agregó que pese a ello continúa en busca de lograr un mejor país.
En su mensaje escribió: "Hola a todos, estoy aquí trabajando para ayudar a mi país a ser menos racista mientras soy tendencia a causa de ello. Aprovecho para compartirles mi primer artículo para el @nytimes , espero que les guste. ¿Cómo va su sábado?".
Fue después de su paso por el cine, que la actriz decidió seguir el camino del activismo y la lucha por los derechos humanos, es por ello que el primer texto que escribió Yalitza para dicho diario lo tituló "En México, 'Roma' encendió un fuego por los derechos de los trabajadores".
En sus líneas, la mexicana abordó la importancia del arte para hacer visibles los problemas sociales, generar conciencia y lograr un cambio, por otra parte afirma que los comentarios racistas que ha recibido ponen al descubierto que la discriminación es un tema del que no suele hablarse en México.
Incluso afirma que nunca pensó que una película pudiera generar dicha conciencia social pero sobre todo un cambio, pues de niña veía a los actores y actrices como personas distantes a la realidad que vivía.
Dentro de su análisis incluye cifras que apuntan a que el 65 por ciento de los mexicanos cree que se respetan pocos o ninguno de los derechos de las comunidades indígenas e incluso hace referencia a las recientes reformas de ley en México y Estados Unidos en favor de las trabajadoras domésticas.
Finalmente afirma que si no vemos personas que se parecen a nosotros en los medios, no debemos desanimarnos, sino por el contrario levantarnos y exigir representación, pues señala que este es sólo el principio para lograr un cambio.
