La modelo de raíces mexicanas CJ se sumerge en las cristalinas aguas de Cancún para deleitar la pupila de los caballeros con un especial de piscina para la revista del conejito.
“Estoy muy honrada de que Playboy México me escogería. Estuve esperando varios años, creí que se habían olvidado de mí (risas). Estoy muy feliz de estar aquí con muchas hermosas mujeres”, comentó CJ en entrevista telefónica con El Sol de Puebla.
La modelo estadounidense ha estado en el mundo del modelaje por una década. Empezó cuando tenía 21 años y Playboy fue la primera revista en la que apareció totalmente desnuda.
—¿Por qué decidiste aparecer como dios te trajo al mundo?
—Fue criada de manera conservadora y crecí cubriéndome, no usaba bikinis y me sentía un poco avergonzada. Crecí y empecé a ver a estas hermosas mujeres y vi que algunas de ellas aparecían desnudas y dije: ¡wow! Esto debe sentirse muy asombroso: estar desnudo y solo despojarte de tu ropa. Debe ser muy bueno y así quise probarlo para mí misma.
—¿Cómo fue tu experiencia al posar totalmente desnuda?
—Estaba aterrada, recuerdo que mi cuerpo estaba temblando y estaba tratando de hacer una pose, pero todo me temblaba, no podía estarme quieta y quizá, mi cara lucia un poco loca. Después vi las fotos y pensé que era hermoso.
CJ sabía que habría un poco de controversia porque su familia es muy religiosa, pero decidió seguir su sueño pues no le estaba haciendo daño a nadie, aunque cobró su relación con su antiguo novio.
“Mi novio de ese entonces rompió conmigo porque aparecí en la revista. Me dijo: no quiero salir contigo si este es tu trabajo. Estaba muy feliz por una parte y por la otra, triste, alguien que amaba me dijo que no lo aprobaba, así que dije: está bien ¡vete!”.
Después de dejar atrás las inseguridades de su anterior pareja, CJ ha continuado con su carrera como modelo y ahora aparece en Playboy Especial de Chicas en la Alberca.
Sobre esta sesión de fotos, CJ relató que le avisaron justo unas horas antes de haber pasado una noche de copas y parranda con sus amigos.
“Fue una sesión muy temprano en Cancún, México. Fui muy feliz de estar ahí. Estaba con un grupo de 30 modelos muy guapas y estaba pensando qué haría. Una modelo se le acercó al fotógrafo y le dijo que yo quería que me fotografiaran y luego salí una última noche a México con mis amigos y recibí un mensaje por la mañana a las 9 am: ¿puedes hacer más fotos ahora? Y así, me levanté e hice las fotos. Estaba muy cansada, pero eso me hizo estar muy relajada en las fotos”.