Sylvia Pasquel no solo arrebató risas y carcajadas, también se llevó la ovación de pie en la primera de dos funciones que ofreció este viernes en el Teatro del Complejo Cultural Universitario de la obra “No seré feliz, pero tengo marido”.
El público, que estaba conformado principalmente por parejas de arriba de los 40 años, llegaron puntuales a su cita y se dispusieron a adentrarse a la historia de Viviana (Sylvia Pasquel), una mujer que tras seis años de noviazgo decide casarse con “Jorgito”, con quien desea llevar una vida de ensueño en el matrimonio.
Conforme pasan los años se da cuenta de que las cosas no mejoran y que, por el contrario, tiene que soportar su indiferencia porque el señor prefiere ver todos los partidos de futbol que salir a pasear con ella o platicar largamente como cuando eran novios.
Ella se desvive por atender a los hijos y a su marido, olvidándose de su arreglo personal, por lo que siempre anda de bata, con los tubos en la cabeza y desaliñada.
Aunque ella hace lo posible por llamar la atención de su marido, él la ignora y sus hijos están tan ocupados en sus actividades que también se olvidan de ella.
A pesar de sentir la indiferencia de ellos, aún conserva la esperanza de que su matrimonio pueda mejorar.
El día de sus Bodas de Plata sus hijos les organizan una pequeña comida. Ese día, tras culminar el festejo, el marido se acerca para darle una importante noticia.
Los ojos de Vivi brillan como nunca, pues espera recibir alguna sorpresa, de esas que hace tiempo no recibe, o un beso apasionado, de los que ha olvidado dar, o quizá una palabra de ternura de las que desde hace años ha esperado con muchas ansias; sin embargo, nada de eso recibe en su aniversario, al contrario, Jorge -un maniquí gordo y pelón que interpreta al esposo- le anuncia que se irá de la casa para irse con una jovencita de 25 años.
El mundo parece venírsele encima, pero es ahí cuando Vivi le da un giro a su vida para tomar un segundo aire y sacar a esa mujer a la que había empolvado durante décadas.
La forma en que la Pasquel interpretó a su personaje fue en su mayoría en tono de comedia, pues su diálogo estuvo mezclado con chistes, bailes sensuales e interacciones con el público, con lo que hizo reír a los presentes, pero también hubo tiempo para la reflexión sobre los altibajos que suelen presentarse en el matrimonio.
Al término de la función, hombres y mujeres se pusieron de pie para ovacionar a Sylvia, a quien, además de reconocer su gran actuación en el escenario, también la felicitaron por su cumpleaños, que será el próximo 13 de octubre, así como por sus 50 años de carrera artística.