Gilda Garza, la reconocida pintora originaria de los Mochis, Sinaloa, unió su talento con Playboy para hacer del amor y el arte algo excepcional.
En entrevista con El Sol de Puebla compartió cómo fue su acercamiento con la distinguida marca.
“Conocí a Playboy hace ya algunos años en una exposición que yo hice en la Ciudad de México y la verdad quedé encantada con todos ellos porque me di cuenta de que siempre están apoyando el talento mexicano; a partir de ahí la amistad se fue fortaleciendo y prácticamente Playboy se convirtió en mi familia”.
Esta relación de amistad se complementó con la realización de algunos proyectos que realizaron en conjunto.
“Una ocasión me pidieron que les pintara un conejo y yo acepté encantada. Me inspiré muchísimo, les entregué el trabajo y lo tuvieron en la oficina. Más tarde a mí me nació hacer otra pintura del conejo para una exhibición que hice en Miami; en diciembre se los mandé y les encantó, tanto que después me dieron la sorpresa de que lo iban a poner en su portada de febrero, yo quedé impresionada con la noticia".
Encantados con su trabajo decidieron hacer algo aún más grande en donde la belleza y el arte se fusionaran de manera exquisita.
“Ellos vieron que yo pintaba modelos, pero las modelos son amigas mías entonces me dijeron: ´que tal si hacemos una sesión de arte con tus amigas y lo sacamos en la revista´ y pues tanto ellas encantadas haciendo lo que más les gusta que es posar para las cámaras y yo haciendo lo que más me apasiona que es pintar”.
Fue así que Gilda pintó el cuerpo de sus siete amigas bajo la temática True Love que fue muy ad hoc al mes del amor y la amistad.
“Todo estuvo genial, en total fueron dos sesiones, una de ellas fue en Los Cabos y la otra fue en Santa Mónica, California”.
Dijo que el tiempo que se llevó con cada una de ellas fue de dos a tres horas, tiempo que valió la pena porque además estaba muy inspirada.
“Con ellas no batalle para nada porque además estaba muy inspirada… sinceramente mi trabajo es de mucha inspiración y cuando no estoy inspirada simplemente no me sale, pero con ellas todo fue muy rápido”.
Aunque este año la vida la sorprendió con nuevos proyectos como lo fue la sesión con Playboy y la creación de una chamarra del diseñador de modas italiano Roberto Cavalli con una de sus pinturas, el año pasado tuvo que enfrentar un difícil episodio, luego de que le anunciaran que algunas de sus pinturas, valuadas en 120 mil dólares, habían suido robadas.
"Fue algo muy espantoso porque durante la sesión en Los Cabos, mi asistente me habla por teléfono para decirme que se habían robado mis pinturas. Al principio pensé que era una broma, pero en cuanto me di cuenta que era verdad tomé el primer avión para Los Ángeles y al llegar empecé a hablar con la gente del hotel en el que había dejado mi arte. Inmediatamente puse una demanda ante la policía de Beverly Hills, hablé con los medios y con mis abogados.
Les pregunté que como era posible que en un lujoso hotel de ese lugar pasara algo así, pedí que abrieran cámaras y no me iba a quedar de brazos cruzados, al final el gerente pidió una disculpa y dijo que una persona de la limpieza se las había llevado aunque más bien creo que el gringo le tuvo miedo a la mexicana".
Después del trago amargo todo se solucionó y la artista sinaloense sigue cosechando éxitos en diferentes países poniendo en lato la cultura mexicana.