Con aforo del 30 por ciento, sin levantarse de sus asientos, sin procesiones, pero bajo todas las medidas de sanidad correspondientes, este año la Arquidiócesis de Puebla volverá a celebrar los días santos de una manera distinta para preservar la vida de los feligreses y la de los sacerdotes.
Así lo manifestó el padre Javier Martínez, vocero de la Arquidiócesis en entrevista para El Sol de Puebla, al recordar que hace un año todo se realizó a puerta cerrada, no obstante, en esta ocasión y ante la responsabilidad que han tenido los fieles, se tiene la oportunidad de llevarlo en su presencia, pero sin las tradicionales peregrinaciones.
“Como un acto de responsabilidad, de solidaridad humana, la celebración de la Semana Santa, será de un modo diferente al que estamos acostumbrados, (…) este año celebraremos nuestra fe, pero también cuidaremos nuestra vida, la vida de los feligreses y la vida de los sacerdotes porque toda vida es valiosa”, comunicó.
Entre los actos que cambian su manera de festejo, el padre detalló que el Domingo de Ramos, característico por tener una procesión en la que decenas de católicos acuden, ahora se hará en silencio y desde sus lugares, para el Jueves Santo el lavatorio de pies será suspendido por implicar contacto, así como la visita de las siete casas.
De igual manera, informó que el tradicional Viernes Santo, no se llevará de la manera en que se está acostumbrado, por lo que ahora se realizará dentro de la Basílica Catedral de Puebla, al tiempo que invitó a los interesados en celebrar el día desde casa y a ser responsables, al ser la vida la que está en constante riesgo por la actual emergencia sanitaria.
“Hacemos un llamado muy sentido, un llamado a la consciencia y a la responsabilidad para que las personas lo entiendan así, no debemos perder de vista que lo que está en riesgo es la vida, la vida de nosotros y la vida de otras personas, entre ellos nuestros seres queridos. (…) Son las acciones que van a sufrir una modificación con esa intención, de poder salvaguardar la salud, la integridad física de las personas que asisten a estas celebraciones”, compartió.
Por su parte, el padre Gustavo Rodríguez Zárate, encargado de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, indicó que la Iglesia ha vivido también otras complicaciones que han orillado a la cancelación de estos mismos festejos, tales como las persecuciones cristianas o las guerras, por lo que la misión es sobrevivir en cualquier situación, y esta era una de ellas.
Ante ello, invitó a celebrar desde casa y en compañía de la familia, ayudar a quienes más lo necesitan y observar las transmisiones a través de la televisión o de las redes sociales.
“No estamos buscando estatus, sino presencia en cualquier dificultad, entonces, yo creo que la acción cristiana es estar cerca de Jesús como buen samaritano. Hay oportunidad de hacer la oración en casa, hacer oración y meditación con la familia y ayudar a los necesitados”, comentó.
FIELES MÁS RESPONSABLES
A comparación de hace un año, los creyentes han demostrado mayor responsabilidad, lo que permitió un aumento de 10 por ciento al aforo y la apertura de las iglesias en día domingo, afirmó el padre Martínez.
“Los feligreses han respondido con muchísima responsabilidad, lo mismo que los sacerdotes que guían las comunidades, gracias a eso ahora tenemos permitido abrir los domingos y tenemos permitido un aforo del 30 por ciento”, aplaudió.
Bajo esta misma línea, el padre Gustavo Rodríguez coincidió en que se ha visto mayor aceptación por parte de los fieles católicos, puesto que poco a poco han ido aceptado que no hay condiciones para las conmemoraciones de Días Santos, mientras que, en las zonas donde aún se realizan, dijo, ya no son realizadas por la parroquia, sino por organizaciones.
“Yo creo que la gente ya ha ido entendiendo poco a poco, que no haya Viacrucis y Viernes Santo, ya lo está aceptando, hay comunidades que no depende del párroco o de los laicos, sino que son organizaciones como la de Pueblo Nuevo, San Jerónimo y San Felipe que ya son ancestrales para realizar la representación, pero eso ya no depende de la parroquia”, aclaró.
En cuanto a quienes aún consideran necesario celebrar como en años pasados, el padre Martínez aceptó que son festejos importantes, sin embargo, hoy en día no es posible, por lo que los invitó a comprender que está en peligro la vida propia y de los seres queridos para celebrar el año próximo de manera normal.
“El otro año podremos celebrar nuestra peregrinación, podremos hacer nuestra procesión, podremos darle gracias a Dios por esto que nos ha permitido superar, pero en este año no se puede, creo que un acto de amor a Dios, de amor a los demás es abstenernos de hacerlo”, enunció.
