Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal.
- Cesare Pavese -
En mi entrega previa, compartía con mis amables lectores el dato, aportado en septiembre del año pasado por el sitio web de Forbes[1], en el sentido que (…) la Organización Mundial del Turismo (OMT) informó en su reporte Panorama OMT del Turismo Internacional 2018 que México subió dos lugares en el ranking mundial frente a lo registrado en 2016 (…) y que pasó al sexto lugar en la recepción de turistas internacionales, con 39.3 millones de visitantes en 2017.
Dicho dato es confirmado y ampliado por el Portal del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica de Turismo – SNIEGT que, refiriendo -sin citar- al Barómetro de la OMT[2], informa que la posición de México en el Ranking de Turismo Internacional de 2017[3] se ubicó en el sexto lugar por llegada de turistas internacionales y el decimoquinto por ingreso de divisas por turismo[4].
Lo anterior supone un gran avance para nuestro país y exige seguir siendo una constante en ascenso, habida cuenta que la tendencia mundial se dirige a depender menos de los energéticos fósiles y más de fuentes de energías limpias. Nuestra economía, en este orden de ideas, merece terminar de despetrolizarse y, del mismo modo, descansar menos en las remesas enviadas desde el exterior.
Sobre el particular, en nota del portal electrónico de La Jornada de febrero del presente año[5], se consignaba que los ingresos de divisas por turismo ascendieron en 2018 a 22 mil 509.6 millones de dólares, una cantidad inferior al valor de las exportaciones de petróleo crudo y de las remesas, según estadísticas del Banco de México.
Queda claro que se trata de un desafío que debe interpelarnos y exige una enorme generosidad, altura de miras y visión de futuro para que nos sentemos a conversar y ponernos de acuerdo Estado, Sociedad y Mercado, a fin de avanzar en la materia, pues aún nos queda mucho por hacer y lograr.
Así las cosas, el Turismo deportivo, de negocios, cultural, religioso, gastronómico, arqueológico, de salud, de aventura, ecológico o rural -por mencionar algunas variantes lícitas- encierra un enorme valor y representa una gran potencialidad para el desarrollo de México, cuya actualización es una decisión demasiado trascendente como para distraer los esfuerzos o bajar los brazos. Las generaciones que nos han de suceder sabrán reconocer nuestras acciones u omisiones de hoy.
[1].- https://www.forbes.com.mx/epn-fin-de-ciclo-mexico-en-las-grandes-ligas-del-turismo-a-pesar-de-la-violencia/. Consultado el 11 de abril de 2019.
[2].- Disponible en inglés en http://marketintelligence.unwto.org/es/node/29659. Consultado el 12 de abril de 2019.
[3].- La ONU había declarado a 2017 como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo según Resolución A/RES/70/193, cuyo proyecto está disponible en castellano en https://undocs.org/es/A/C.2/70/L.5. Consultado el 12 de abril de 2019.
[4].- https://www.datatur.sectur.gob.mx/SitePages/RankingOMT.aspx. Consultado el 12 de abril de 2019.
[5].- https://www.jornada.com.mx/ultimas/2019/02/11/aumentan-5-5-divisas-por-turismo-en-mexico-en-2018-1828.html. Consultado el 12 de abril de 2019.
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