El paro del 9 de marzo es una invitación a que las mujeres decidan si son observadoras de la historia o forman parte de ella. Es una movilización de mujeres que están hartas de la violencia machista que ataca su vida cotidiana y no les permite ser en libertad.
Cuatro mujeres especialistas en derechos humanos, género y sociología: Edurne Ochoa, Nathaly Rodríguez, Majo y Norma Pimentel, coinciden en que la situación de violencia debe convertirse en un asunto de estado y el movimiento de este lunes es una exigencia a que los gobiernos tomen medidas urgentes para solucionar el problema de fondo.
Para Edurne Ochoa “los techos de cristal y pisos pegajosos” no permiten visibilizar la participación de las mujeres en los espacios públicos y privados, tampoco hay condiciones ni política pública o acciones afirmativas que garanticen piso parejo para ellas, de modo que el paro del 9 de marzo #ElNueveNingunaSeMueva permitirá reivindicar su papel.
La presidenta de la asociación civil “33 mujeres” afirma que el 52 por ciento de la población son mujeres y si detienen sus actividades diarias el país se paralizará, ya que son generadoras de riqueza, economía y la coyuntura de las que no son tomadas en cuenta.
Asegura que la brecha salarial del 36 por ciento entre hombres y mujeres continúa a pesar de que realizan la misma labor, además de que el 60 por ciento de las personas que se gradúan de la universidad son mujeres y el 53 por ciento encabezan posgrados, maestrías y especialidades, lo que significa que hay preparación, formación y capacidad en ellas.
La idea es que este 9 de marzo se suspendan actividades en redes sociales, medios de comunicación, dependencias gubernamentales y la iniciativa privada, donde se verá el hueco de lo que representan las mujeres en la economía, la sociedad y la política.
10 DE MARZO, EL DÍA MÁS IMPORTANTE DEL MOVIMIENTO
La activista considera que el papel de la mujer es fundamental en la construcción del México igualitario y por eso desde el 7 de marzo hubo una cadena humana, al día siguiente dos marchas que salieron desde la Fiscalía General del Estado y el Mercado Hidalgo. El 9 de marzo el paro nacional, pero para ella el día más importante será el 10 de marzo, después de las actividades cuando se verá el significado de haber detenido al país.
“Este movimiento va a marcar un México antes y un México después. El no levantarte a hacer el lunch, ir por el hijo, la tarea, adiós, tampoco ir al trabajo, tuitear o estar en la red social. Será un momento de amigas, de discusión, de reflexionar”, dice.
Edurne Ochoa confía en que al día siguiente de #ElNueveNingunaSeMueva en las primeras planas se verán plazas llenas de mujeres portando la insignia morada o violeta.
ASUMIR PLANES INMEDIATOS, A MEDIANO Y LARGO PLAZO
Para Nathaly Rodríguez Sánchez, académica investigadora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla, la marcha del 9 de marzo apunta a que en lo inmediato se asuman planes relacionados con una verdadera procuración de justicia para las víctimas, a mediano plazo políticas públicas para subsanar la brecha de género, y a largo plazo un trabajo a fondo sobre la cultura que genera el patriarcado.
“A eso apunta la marcha del 9 de marzo, hay que ser muy claro, esto no es una crítica contra el gobierno, los movimientos de mujeres han hecho reclamos en los gobiernos federales anteriores, han demostrado que esto es un problema crítico de la sociedad”, dice.
Sin embargo, para saber si un día después del 9M las cosas habrán cambiado será necesario ver cuánto tardó en formarse el sistema actual, ya que el machismo no se construye en días, meses o años, sino que es un proceso que por décadas se asentó al punto de convertirse en un asunto naturalizado que habita en los cuerpos de las mujeres y los hombres.
Para la investigadora resulta iluso e ingenuo esperar que de un día para otro las cosas cambien, pero lo que sí sabe es que el movimiento es un acto de hartazgo de la violencia –física, simbólica, económica, lenguaje sexista, agresiones misóginas y bromas machistas–, que puede ser el punto de inicio para nuevas formas de movilización de las mujeres.
“Lo que sí puede cambiar es que las mujeres no estarán más en silencio, afrontando la violencia en la intimidad de su casa, lugar de trabajo, ya no más esta circunstancia”, afirma.
Nathaly Rodríguez asegura que la marcha no es solo de feministas, sino de mujeres tratando de transformar la cultura machista que habita en los hombres y mujeres en México, pero además es necesario modificar la forma en la que socializamos, el lenguaje y las expresiones que señalan que lo masculino y los hombres son superiores a lo femenino.
9M DEBE INCLUIR A MUJERES TRANS
Una perspectiva similar tiene María José Flores, mejor conocida como "Majo", quien confía en que el movimiento nacional del 9 de marzo ayude a transformar el país y que se vea la importancia de las mujeres dentro de la sociedad y la economía.
La fundadora del colectivo APPS y que forma parte de la comunidad LGBT, pide que en las movilizaciones se tome en cuenta a las mujeres “trans” y no se les vea como bicho raro.
“Este movimiento está representando una fuerza importante. No dejen de luchar hasta que obtengamos el estado que queremos esa es la invitación a todas las mujeres”, dijo la activista lésbico-gay, al pedir a las mujeres que asistan a las manifestaciones con amigas, que compartan su ubicación a familiares y no caigan en provocaciones de grupos pro-vida.
ES MOMENTO DE PONER UN ALTO A LA VIOLENCIA
El movimiento del 9 de marzo es para la presidenta de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, capítulo Puebla, Norma Pimentel, un mensaje para pedir que hombres y mujeres visibilicen la importancia de tener seguras a niñas, jóvenes y mujeres, y que es momento de poner un alto a la violencia machista y la inseguridad que está cobrando la vida de mujeres.
“Esto no es un tema de que las mujeres son más importantes que los hombres, es visibilizar la importancia de nuestro trabajo, presencia, de las actividades que desarrollamos”, señala.
La invitación es que este lunes las mujeres no vayan al supermercado, dejen de utilizar los medios de comunicación, el transporte y detener totalmente sus actividades, que no significa afectar la economía sino tomar conciencia del importante papel que tienen.
Desde el enfoque legal, Norma Pimentel observa que, aunque hay grandes reformas, legislaciones y que se cumplen recomendaciones de organismos internacionales, la realidad dista mucho de lo que está reflejado en las leyes y para lograrlo hace falta que las autoridades asuman su responsabilidad, así como las empresas y la academia.
“La misoginia, el machismo, este sistema patriarcal que tenemos tan impregnado que ni siquiera nos damos cuenta, cosas tan básicas como decir que no solo el 9 sino que ya lo hagamos de manera cotidiana, señores que comparten porno porque es algo muy normal, piensan que no están dañando la imagen de una amiga, compañera, esposa o mamá”, dice.
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