Regidores de Morena, del llamado G5, consideraron que hubo un pacto entre la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco y el ayuntamiento pasado de Luis Banck Serrato, porque hasta el momento está sin darse ninguna denuncia o investigación sobre irregularidades detectadas.
Roberto Esponda dio a conocer que existen elementos para pensar en el deslinde de responsabilidades en temas como basificar de manera anómala a 84 trabajadores en octubre de 2018, versión que reforzó su compañera Rosa Márquez al citar otro ejemplo: el mal estado que tiene la planta tratadora de agua potable construida en el último año del gobierno anterior.
En conferencia de prensa para exponer el análisis del primer informe de labores de la alcaldesa Claudia Rivera, Edson Cortés, consideró que el primer informe municipal fue una aspiración de gobierno que desea iniciar en 2020, sin resultados tangibles que permitan mejorar las condiciones de la ciudad y de sus habitantes.
Declararon que en las comparecencias de los secretarios por la glosa del informe habrá de darse cuestionamientos sobre el proceso de entrega-recepción, con la posibilidad de denunciar al gobierno de Claudia Rivera por omisiones en la revisión de lo hecho en el periodo anterior de Luis Banck Serrato.
Consideraron extraño que en este primer año de mandato de Claudia Rivera no haya dado a conocer ninguna denuncia contra ex funcionarios pese a existir sospechas de irregularidades, por lo que abrieron la posibilidad de un acuerdo.
“Lo que hemos encontrado son irregularidades que no se demostraron en esta administración, eso hace suponer efectivamente que hubo un pacto, de qué calidad, no sabemos porque es imposible y nadie lo va a saber, pero da la pauta a un pacto”, expuso Roberto Esponda.
Los regidores del G5, ligados al gobernador Luis Miguel Barbosa, coincidieron con Claudia Rivera sobre la presencia de “gatopardistas” que buscan afectar el trabajo municipal, pero provocado por la misma alcaldesa al tener en su equipo a panistas y priistas.