A más de un mes del cierre de la embotelladora Bonafont ubicada en el municipio de Juan C Bonilla, un total de mil 764 trabajadores directos e indirectos se han visto afectados.
Se trata de personas que se desempeñan en el área de producción, almacén, mecánicos, operadores de camiones, representantes comerciales, fabricantes de etiquetas y garrafones, así como los que dan mantenimiento a los pozos.
Fabrice Salamanca, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Bonafont, señaló que solo el 50 por ciento de los colaboradores han podido desempeñar tareas eventuales y el resto continúa en espera de que se abra la planta.
Cabe recordar que, fue el pasado 22 de marzo cuando pobladores de la zona cerraron los accesos de la empresa, pues aseguran que se están robando el agua de la región.
En entrevista con El Sol de Puebla, el representante de la compañía negó la versión de los manifestantes, pues aseguró que la sequía que se presenta en los pozos se debe a temas naturales como la falta de lluvia.
“El reclamo es porque los pozos artesanales que se encuentran en la zona están en sequía, pero eso no tiene nada que ver con la operación de la planta, porque esa afectación se debe a que no está lloviendo. (…) Además ellos no han querido que se les instale la red de agua potable porque culturalmente siempre han usado sus pozos y al hacer el cambio implicaría un gasto”, declaró.
De igual forma aseguró que, otras afectaciones a las que se han visto inmersos es a la pérdida de 12 millones de pesos tras haber detenido la producción y complicaciones para hacer llegar los garrafones de agua a más de 20 mil clientes en la entidad.
Sin embargo, el representante aseguró que no está en sus planes cerrar definitivamente la planta, pues afectaría económicamente a los colaboradores y el agua que se produce es un bien básico.
“No pensamos cerrar la planta porque hay gente que de eso depende su fuente de ingreso y la mayoría son habitantes del mismo municipio. (…) Esperamos que esto se arregle, porque incluso nosotros estamos dispuestos a darle una solución a la gente para darles acceso al agua potable”, destacó.
Ante esto precisó que, se están generando los recursos legales necesarios para volver abrir, pues no solo afectan a la embotelladora, sino también están invadiendo los carriles de la vialidad e incluso se han robado vehículos de empleados.
Finalmente, Fabrice Salamanca dijo que no han logrado entablar una conversación formal con los manifestantes ni con las autoridades municipales, estatales y federales para resolver la problemática.