El derrame de aguas residuales sin tratar, provenientes de un drenaje averiado del municipio de Zitlaltépec, Tlaxcala, representa un riesgo de salud pública para los habitantes y productores agrícolas de Nopalucan, Puebla. Según especialistas, este incidente, además de representar un peligro sanitario para el lado poblano, amenaza la calidad de los acuíferos y su red de pozos. Pese a ello, autoridades de la entidad vecina negaron que se trate de una emergencia.
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Luego de que un drenaje ubicado en la entidad tlaxcalteca sufriera daños estructurales, ocasionando el desprendimiento de las tuberías con una cloaca, decenas de litros de aguas negras se esparcen cada día hacia una barranca conocida como Malinche, nombrada así por descender de la montaña que lleva el mismo nombre.
El líquido, que desprende aromas fétidos y tonalidades multicolores con evidente turbiedad, llega hasta el municipio de Nopalucan. Ahí es retenido por una barrera montañosa que limita su trayecto. Según vecinos, también la contaminación con residuos sólidos es constante en el lugar, sin embargo, recientemente se intensificó el desprendimiento de olores fétidos.
Según Gabriela Pérez Castresana, doctora en Ciencias Ambientales por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el derramamiento de las aguas grises desde Tlaxcala constituye una grave amenaza de salud pública, especialmente por los riesgos bacteriológicos que implican los desechos fisiológicos.
Por su parte, Francisco Javier Sánchez Ruiz, doctor en Ingeniería Química por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), coincidió con la especialista, y señaló que la situación representa un evidente foco de infección también para los cultivos cercanos al sitio, pues una de las características del suelo en Nopalucan es ser “altamente filtrante”.
José Luis Báez Rodríguez, director de Obra Pública de Zitlaltépec, declaró que la fuga le fue reportada desde hace al menos una semana atrás, sin embargo, debido a la escasez de personal, la reparación será programada en días posteriores, sin especificar una fecha concreta. Además, sostuvo que la tubería fue averiada por los saltos de algunos niños.
Mediante un recorrido hecho por El Sol de Puebla se constató que las aguas negras provenientes desde Tlaxcala llevan consigo residuos sólidos de diversos tamaños, además de que las mismas poseen diversas tonalidades.
Foco de contaminación en temporada de estiaje
Marco Antonio Gonzales Rosas, vecino y agricultor de Nopalucan, explicó a El Sol de Puebla que el derrame de aguas residuales se acentuó durante la temporada de estiaje actual, sin embargo, comentó que desde hace por lo menos ocho años la contaminación de la barranca ha sido un problema latente en la comunidad.
Desde su perspectiva, la infiltración de los desechos de la comunidad tlaxcalteca afectará los cultivos sembrados en el lado poblano, principalmente de maíz, cebada y alfalfa, esto debido a su cercanía con los pozos de extracción que hay en la zona, tanto de uso agrícola como particulares.
En la sequía se intensifica, porque llega la lluvia y, pues, lo desparrama. Como quien dice, lo lava sostuvo.
A poco menos de tres kilómetros de distancia del líquido estancado hay cinco pozos, de los cuales tres son utilizados para suministrar agua potable a los municipios de Nopalucan, Tepatlaxco, Acajete y Amozoc.
Dos más son particulares, y su uso está destinado al riego de alimentos como cebada, maíz y alfalfa, que son de los principales pilares económicos en la comunidad, resaltó González Rosas.
Los cinco pozos se explotan desde hace al menos medio siglo, sin embargo, a partir de la contaminación de la barranca, algunos productores como González Rosas detectaron diferencias en el líquido obtenido, como mayor concentración de carbonatos y arena.
A decir del productor poblano, la posibilidad de que la toxicidad alcance los mantos acuíferos se constituye como una amenaza a las actividades agrícolas que representan una de las principales fuentes de ingreso para los comuneros.
“Este año viene el drenaje con un olor causando problemas de contaminación para los mantos freáticos. Yo tengo un pozo de agua potable que surte agua hasta Amozoc y otros municipios. Mi preocupación es que toda esa filtración del drenaje llegue a contaminar”, compartió.
Otro de los problemas identificados por González Rosas es que, ante la creciente cantidad de basura proveniente del municipio de Tlaxcala, la fauna local experimentó la reducción de sus poblaciones.
Riesgo de salud es latente para Puebla
Pérez Castresana, investigadora y catedrática de la Universidad Iberoamericana Puebla, no descartó que el líquido derramado incluya sustancias químicas, como metales pesados. Sin embargo, detalló que los compuestos químicos orgánicos propios de las descargas domésticas provocan varios riesgos de salud, tanto para humanos como animales.
Tras el análisis visual de las imágenes, la especialista afirmó que las posibilidades de que el líquido concentre altas cantidades de patógenos, como el E. colli, es alta. Lo anterior debido a que son desechadas heces fecales y orina, que suelen ser portadores de estas bacterias, muchas de las cuales se convierten incluso resistentes a los antibióticos debido al contexto.
¿Qué pasa cuando tenemos sistemas acuáticos contaminados con bacterias patógenas que interactúan con antibióticos? Lo que se puede crear o promover es la resistencia bacteriana, lo cual es muy peligroso. Estamos hablando de bacterias que nos pueden enfermar, pero que difícilmente pueden ser atacadas por un antibiótico advirtió.
Dichos microorganismos, además, tienen la capacidad de desencadenar múltiples enfermedades en la población, como diarrea, agregó la especialista.
“Hay bacterias de importancia médica (...) que son las que provocan infecciones gastrointestinales y enfermedades respiratorias”, argumentó.
En ese tenor, Pérez Castresana destacó que la presencia de aguas residuales sin tratar en la barranca ocasionará afectaciones a la flora y fauna local. Análogamente, la experta sostuvo que los cultivos cercanos corren peligro de ser dañados.
También señaló que los riesgos sanitarios se expanden a los animales de crianza, como vacas, ovejas, pollos, entre otros. Esto es grave debido a que se trata de ganado que será ingerido por las personas, por lo tanto, las enfermedades pueden transmitirse de esta manera. Esto tiene repercusiones en las mascotas.
“Quizá algunas personas no entren en contacto directamente con esa agua, pero, por ejemplo, hay animales domésticos que están en contacto con las personas y las personas enfermas; entonces es difícil precisar dónde ocurrieron esas infecciones de contagio, pero, sin duda esa es agua que se está acumulando allí es un poco de infección para las personas y animales”, precisó.
Respecto a la posibilidad que tiene el líquido contaminado de infiltrarse en los mantos freáticos, la investigadora refirió que se deben analizar las condiciones del suelo, es decir, identificar su capacidad de permeabilidad. No obstante, afirmó que el riesgo de que las aguas subterráneas se vean afectadas por ello es alto.
Desde la perspectiva de Pérez Castresana, se necesita realizar estudios fisicoquímicos con la finalidad de descartar la presencia de metales pesados, pues ello constituye que las condiciones adversas se agudicen sobre la población.
Aunque no existe un parámetro generalizado para determinar la distancia de riesgo entre un cuerpo hídrico contaminado y un asentamiento humano, Pérez Castrasana destacó que hay estudios que señalan que el peligro aumenta a 100 metros de la ribera con las aguas residuales.
“Sin duda que quienes están más cerca tienen mayores riesgos”, expuso.
No obstante, remarcó que la acumulación de agua suele provocar la generación de vectores de enfermedades, como el dengue, a través de moscas, mosquitos, por ejemplo.
Autoridades tlaxcaltecas responden
Ante el riesgo sanitario en cuestión, El Sol de Puebla acudió a la sede del ayuntamiento de Zitlaltépec, Tlaxcala, una comunidad con poco más de 10 mil habitantes, con la finalidad de conocer la postura del gobierno local de aquella entidad frente al derrame de aguas grises hacia la entidad poblana.
Báez Rodríguez, director de Obra Pública municipal, explicó que el vertimiento del líquido contaminado se dio a partir de la desconexión de una instalación conocida como “olla”, que se refiere a la interconexión de las tomas.
Únicamente es el desperfecto de la descarga de aguas negras. Sí, se desprendió, pero eso se va a arreglar, ya quedamos ahorita que se desocupen los trabajadores van a ir a arreglar. En esta semana tiene que estar. Si quiere venir la otra semana usted se va a dar cuenta que ya va a estar arreglando, por eso no hay ningún problema contestó.
Pese a que agricultores en Puebla argumentaron que la problemática lleva varios años ocurriendo, el funcionario tlaxcalteca sostuvo que la falla en el alcantarillado le fue reportada hasta hace al menos una semana.
Además, luego de haberle mostrado evidencia audiovisual sobre el derrame en cuestión, Báez Rodríguez afirmó que el incidente ocurrió luego de que algunos niños, supuestamente, brincaron sobre la estructura que sostenía el drenaje, y ello provocó su desalineación.
“Los niños que cuidan allá sus animales son los que a veces se dedican a saltar y jugar, y son los que nos ocasionan este tipo de situaciones, pero, sí, ya lo checamos. Ya lo checamos y vimos que hay una fuga, y lo vamos a arreglar para dar continuidad a la a las aguas”, reviró.
Por otra parte, justificó que el suelo donde se construyó la obra era inestable, razón por la cual el drenaje no contuvo y se rompió.
“Hay muchos pastores que van con sus animalitos, entonces me imagino que luego de estar jugando y saltando, y como ve que el tubo está a la intemperie, porque no se pudo tapar, entonces se me hace que lo movieron. Sí, lo movieron, y pues fue ocasionando unas fugas de aguas negras”, aseguró.
Y aunque reconoció que el desperfecto está causando daños ambientales, tanto a Tlaxcala como a Puebla, dejó entrever que no es un asunto urgente, pues a él le notificaron del incidente hace más de una semana, pero el mismo será atendido próximamente.
En ese sentido, se cuestionó al funcionario sobre la fecha en que sería arreglado el derrame. Contestó que la fuga estaría resuelta durante la presente semana, pero afirmó que los trabajadores de la dependencia se encontraban atendiendo otras tareas del ayuntamiento.
Del mismo modo, Báez Rodríguez expuso que las aguas liberadas en el derrame son residuos domiciliarios. No obstante, señaló que el líquido no está tratado, pues actualmente el gobierno municipal carece de infraestructura para ello.
Aunque remarcó que su dependencia ya solicitó apoyo para desarrollar una planta potabilizadora, y pese a que cuenta con el respaldo del gobierno estatal, destacó que es la Federación la entidad gubernamental que aún no ha aprobado presupuesto para la misma. Dicho proyecto tiene un costo estimado de 7.4 millones de pesos, expuso el funcionario.
“Nosotros no contamos con una planta tratadora. Ya tenemos el proyecto de esa planta tratadora, pero aproximadamente vale más de 7 millones de pesos. Nosotros no podemos financiar toda la obra, porque si la financiamos nosotros no aplicaríamos obras a otras comunidades que les hacen falta. Sinceramente nosotros con el gobierno federal siempre buscamos recursos”, defendió.
Toxicidad puede alcanzar acuíferos
Desde la perspectiva de Sánchez Ruiz, investigador y académico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), los mantos freáticos se dividen en varias capas, y la que se encuentra regularmente más cercana al suelo está aproximadamente a un kilómetro de distancia.
“Es un foco de infección, porque el tipo de suelo es altamente filtrante, por lo tanto, la distancia que se da desde el rompimiento del drenaje hacia la zona donde se encuentra el primer manto freático es muy corta”, declaró.
En ese tenor, las aguas grises que corren desde el municipio de Zitlaltépec hacia Nopalucan pueden desencadenar varias problemáticas sanitarias en la población, desde padecimientos gastrointestinales y de mucosas, hasta dérmicos.
Las aguas grises generalmente tienen la mayor cantidad de heces fecales y grandes cantidades de urea. Las heces fecales humanas son patógenos, lo que puede provocar es un foco de infección y transmisión de enfermedades de grandes magnitudes apuntó.
Por su parte, Sánchez Ruiz indicó que la acumulación de desechos tóxicos en la barranca deriva en la infiltración de sustancias dañinas a la vegetación. Por este motivo explicó que las plantas que rodean la barranca desarrollaron tonalidades grisáceas.
Para el catedrático, los modelos matemáticos y satelitales pronostican que las aguas residuales tengan afectaciones considerables entre los cuatro cultivos más cercanos a la barranca en cuestión.
“Los cultivos se pueden perder por la presencia de estos patógenos. No se pierden por la bioacumulación, sino que básicamente por los microorganismos presentes. Estos microorganismos tienden a degradar las raíces de los cultivos y, por lo tanto, dejan de crecer o comienzan a secarse”, comentó.
Finalmente, el investigador de la UPAEP advirtió que el bajo caudal derivado del derrame agudiza la transmisión de enfermedades a través del viento, pues la toxicidad se evapora y los microorganismos se trasladan a las poblaciones humanas y animales cercanos.