Que el calendario del próximo ciclo escolar tenga más días de clases no necesariamente va a permitir que los alumnos aprendan más, por el contrario, podría provocar que la brecha de desigualdad se amplíe entre los escolares, alertó Rodolfo Cruz Badillo, profesor investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).
Lo anterior, luego de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) difundiera el anteproyecto con el que pretende añadir 20 días al calendario del próximo ciclo escolar, para que inicie el 30 de agosto de 2021 y concluya el 28 de julio de 2022.
En entrevista con el Sol de Puebla, el catedrático opinó que la SEP no debe dar por hecho que a mayor cantidad de días de clase habrá mayor calidad en la educación, porque existe el riesgo de que solo se les de más trabajo a los maestros y los alumnos no tengan mayor beneficio.
"De nada va a servir aumentarle días al calendario si lo único que va a pasar en las escuelas es servir como una especie de guardería. Muchos padres de familia necesitan a la escuela porque lo ven como una guardería y eso no debe ser, se necesita un modelo pedagógico que haga efectivos esos días", dijo.
Señaló que si no hay diálogo con los maestros y los padres de familia para adecuar el calendario de actividades se corre el riesgo de que con el próximo ciclo escolar siga aumentando la deserción escolar y se amplíe la brecha de desigualdad académica entre los estudiantes.
Lo anterior, explicó, porque habrá alumnos al corriente en sus estudios que tuvieron la posibilidad de adaptarse al modelo a distancia y en consecuencia seguirán avanzando una vez incorporados a las clases presenciales, dejando más rezagados a quienes no pudieron estudiar y quizá no están en condiciones de adaptarse al modelo híbrido, en agosto próximo.
De hecho, señaló que aunque la instrucción de la SEP para no reprobar a ningún estudiante en el presente ciclo escolar atiende al interés de no rezagar a nadie en el nivel básico, se debe reconocer qué hay quienes no han podido estudiar en lo que va de la pandemia y no se les puede obligar a asumir un modelo de estudio con el que no pueden cumplir.
Por lo anterior, consideró que se debe escuchar la voz de los docentes, que son quienes tienen el diagnóstico de la situación académica de cada alumno, para transitar a un modelo de educación que en verdad atienda las particularidades y necesidades de cada región.