Si disfrutan del mar y quieren vivir una experiencia inolvidable, diferente, tienen que hacerlo con la fauna marina de México, y para ello prepárense para viajar a Holbox, una isla del estado de Quintana Roo en donde podrán nadar con tiburones ballena, que año con año la visitan (entre mayo y septiembre) para alimentarse de plancton.
El convivir con el pez más grande del mundo, que llega a medir 12 metros, a pesar hasta 20 toneladas y que se caracteriza por su cabeza aplanada, les provocará una sensación que posiblemente no podrán describir.
Si su longitud y el hecho de que sea un tiburón les causa miedo, déjenme decirles que es un animal dócil e inofensivo y que su menú favorito de esta criatura marina no son los humanos- según explica National Geographic-, así que no se espanten, estarán seguros.
Les recomiendo que se apresuren y preparen sus maletas porque para este año las autoridades federales tienen previsto limitar la observación y convivencia con esta especie, como una medida de prevención, dado que la gran afluencia de personas representa un peligro para los ejemplares y su hábitat.
Según un reporte de la oficina municipal de turismo de Isla Mujeres, este 2019 se espera la presencia de más de mil 400 tiburones ballena.
EL PARAÍSO DE MÉXICO
En cuanto al sitio anclado en medio del Caribe Mexicano, en donde año con año se puede cristalizar la experiencia de convivencia entre los humanos y este (también denominado) pez, es considerado como el paraíso de México, pues esconde aventuras sorprendentes para todos sus visitantes.
La isla Holbox, que en maya significa “Hoyo negro”, se localiza en el extremo norte del estado de Quintana Roo, y pertenece al municipio de Lázaro Cárdenas. Este paradisiaco rincón de México integra la reserva de la biosfera y área de protección de flora y fauna Yum Balam.
Este lugar, que tiene una extensión de 40 kilómetros de largo y 2 kilómetros en su parte más ancha, se caracteriza por sus murales, sus coloridas viviendas y sobre todo por sus calles de arena blanca.
“(Holbox) Es un pueblo rústico, que aún cuenta con las clásicas construcciones mayas, cabañas coloridas y casas de madera con techos de palma; recorrer sus extensas calles de arena blanca y convivir con sus pobladores es toda una experiencia. Aquí, las actividades se desenvuelven con gran tranquilidad, entre gente amable y hospitalaria que te hará sentir como si estuvieras en casa”, describe el sitio de Internet Guía Holbox.
Si se animaron a viajar a la isla para nadar con esta especie marina, debo decirles que pueden recorrerla a pie o en bicicleta a través de su extensa franja de fina arena blanca, aunque también pueden realizar un recorrido a caballo o en carritos de golf, que es el transporte clásico.
En la isla existen diferentes opciones para comer o cenar, desde las clásicas empanadas hasta platillos más elaborados preparados a base de pescados y mariscos frescos, siendo la especialidad de la isla la langosta, y de postre, las marquesitas yucatecas.
MEDIDAS PREVENTIVAS PARA 2019
Sobre la sugerencia que les hacíamos al inicio de este texto, es importante abundar que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) prevé para este año limitar la observación del tiburón ballena debido a que la gran afluencia de embarcaciones y visitantes turísticos representan un peligro potencial para los ejemplares y su hábitat.
Se ha advertido que cuando el tiburón ballena presente patrones de comportamiento como nado evasivo, coleteo defensivo, cambios repentinos de dirección y de velocidad, entre otros, se debe terminar la actividad y alejarse sin sobrepasar la velocidad permitida.
Los visitantes no podrán utilizar aviones ultraligeros ni helicópteros para realizar la observación de la especie y tampoco deberán intentar alimentar al tiburón ballena.
