La moda de calidad y buen gusto en Puebla tiene 100 años dehistoria y nombre propio: La Moderna Casa Yitani.
A principios del siglo XX, durante la persecución de los turcosa los cristianos y cuando estallaba la Revolución Mexicana, lailusión por conquistar una mejor vida para su familia llevó aJorge Yitani, un joven libanés, en 1917, a abrir un pequeñonegocio, una bonetería que, jamás imaginó, se convertiría en unícono poblano.
Así, después de algún tiempo de trabajar ofreciendo susmercancías de tienda en tienda, en apenas 12 metros cuadrados delzaguán marcado con el número 205 de la calle 5 de Mayo, JorgeYitani emprendió la historia de uno de los negocios familiaresmás prósperos, pero sobre todo, más representativos de laciudad.
En su bonetería, mercería y sedería, La Moderna Casa Yitani,era posible encontrar todo lo que se requería para la confección:botones de variados tamaños, hilos de todos los colores y cierresde cualquier medida, de modo que la innovadora tienda pronto atrajoa todas las modistas de la ciudad.
Cuando parecía un comercio consolidado, allá por el año 1930,las ideas y visión de Emilio, uno de los 11 hijos de don Jorge,hizo despuntar el negocio.
Emilio Yitani, quien vivió por un tiempo en Líbano y enMarsella, comprendió la importancia del servicio y la oferta, asíque a su regreso a Puebla ayudó a su padre a hacer crecer elnegocio, convirtiéndolo en una distinguida tienda de telasfinas.
“Fue entonces cuando se ampliaron, en un local mayor queestaba al lado, porque pensaron: ‘si se vendía el cierre, elbotón, el hilo, también se podía vender la tela’”, explicaJosé Yitani Maccise, el nieto de don Jorge, quien, orgulloso,mantiene el negocio a la fecha.
El padre, importando de todo el mundo las mejores telas ymateriales, y sus 11 hijos, procurando el mejor servicio,catapultaron la fama y buena reputación de La Moderna CasaYitani.
LO MEJOR, LO MÁSFINO
La Moderna Casa Yitani se convirtió en los años siguientes enla casa de modas más importante de Puebla y la región, el sitioen el que era fácil encontrar las mejores y más finas telas. Poreso era común encontrar en ella a modistas y damas de Puebla yotros estados del país.
“Comprar en La Moderna Casa Yitani era todo un lujo: para losvestidos para las fiestas, las comuniones, las bodas, así quevenían de muchos lugares, de Chiapas, de Querétaro, de San LuisPotosí, de la Ciudad de México, porque aquí encontraban de todo:brocados franceses, sedas naturales italianas, tiras bordadassuizas, encajes de Bruselas”, resalta.
El esplendor y prestigio que permanece hasta la actualidad de LaModerna Casa Yitani, subraya José, ha sido producto del trabajo detodos, el de sus tres hermanos: Emilio, Jorge y Antonio, y porsupuesto, también el de Antonieta, Medellín, Amalia, Yamila,María del Carmen, Elis y Maritere, sus hermanas, quienes,reconoce, fueron fundamentales para lograr la prosperidad de esteemblemático negocio.
“Ellas nos ayudaron mucho, mucho, porque algunas de ellassabían mucho de telas, de cortes, de confección, y asesoraban atodas las clientas. Y otras que tomaron la decisión de estar encasa también ayudaron mucho, porque tampoco era fácil hacercomida para 13”, añade.
“HAY ‘LA MODERNA CASA YITANI’PARA RATO”
Aunque la modernidad y las devaluaciones de los añosposteriores les impusieron competencia y les produjeron fuertespérdidas económicas, los integrantes de la familia se repusieronde las inconvenientes ventas de mayoreo de telas, pues producto deltrabajo dedicado extendieron el negocio a dos tiendas.
La más amarga experiencia, confiesa, fue la muerte de su padre,don Emilio, en 1985, el hombre que entregó su vida entera alnegocio y del que continúa, sostiene, su pasión materializadaahora en cinco tiendas ubicadas en tres direcciones.
“Así que hay La Moderna Casa Yitani para rato”, afirma donPepe.
