La inestabilidad política que vivió Puebla con cinco gobernadores en los últimos tres años y la pandemia provocada por la Covid-19 generó un trienio perdido para los alcaldes que concluyen su periodo el próximo 15 de octubre y que, en muchos casos, buscarán la reelección sin mucho que ofrecer en la jornada electoral del 6 de junio.
Del 15 de octubre de 2018 al 14 de octubre de 2021 hay un total de mil 95 días para que los presidentes municipales electos consolidaran su proyecto de gobierno, que por primera vez en la historia de Puebla, les permitiría pedir la reelección consecutiva para el proceso electoral que se celebra este año.
Sin embargo, de esos mil 95 días, las y los presidentes municipales solo tuvieron 223 días, equivalente a poco más de siete meses, con un gobierno estatal estable y sin una pandemia que frenara los proyectos de infraestructura y desarrollo social.
Ese es el tiempo que transcurrió desde el primero de agosto de 2019 que asumió el cargo el actual gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, y el 11 de marzo de 2020 que se confirmó el primer caso positivo de Covid-19 en la entidad.
Antes del nombramiento de Barbosa Huerta, Puebla enfrentó una inestabilidad política que inició con el proceso electoral más violento de su historia, lo que provocó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anulara los resultados electorales en cinco municipios y definiera la gubernatura de Puebla en una sesión extraordinaria, con votación dividida de los magistrados, a favor de la panista Martha Erika Alonso Hidalgo.
CRÓNOLOGÍA DE LA INESTABILIDAD
El pasado 15 de octubre de 2018, un total de 212 alcaldes rindieron protesta en el cargo, mientras que los ediles de Santa Clara Ocoyucan, Ahuazotepec, Tepeojuma, Mazapiltepec y Cañada Morelos tuvieron que esperar un año más debido a que el TEPJF anuló los resultados y ordenó elecciones extraordinarias.
Ninguno de los alcaldes que asumió el cargo pudo establecer proyectos en coordinación con el Gobierno del Estado, luego de que el entonces gobernador, Antonio Gali Fayad, estaba por concluir su mandato el 14 de diciembre de 2018.
Después de una dividida decisión de los magistrados del TEPJF, Martha Erika Alonso rindió protesta como la primera gobernadora electa de Puebla, sin embargo, diez días después perdió la vida junto con su esposo, Rafael Moreno Valle, cuando se desplomó el helicóptero en el que viajaban con rumbo a la Ciudad de México.
A partir de ese momento, inició el desfile de gobernadores que nunca pudieron establecer un plan de trabajo con los municipios, así como un nuevo proceso electoral extraordinario para elegir nuevo gobernador.
El primero fue el entonces secretario de Gobernación, Jesús Rodríguez Almeida, quien asumió el cargo de encargado de despacho del Poder Ejecutivo el mismo día de la muerte de los Moreno Valle y hasta el 21 de enero de 2019.
Fue ese 21 de enero cuando el Congreso del Estado, después de varios “jaloneos” entre sus integrantes, tomó protesta al priista Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino, quien se encargó de tomar las riendas del estado durante la elección extraordinaria y hasta el 31 de julio de ese mismo año.
Después más de un año y dos elecciones, Luis Miguel Barbosa Huerta asumió el cargo de gobernador para poner en marcha su proyecto de gobierno, sin embargo, la estabilidad duró poco más de siete meses, hasta que el 11 de marzo de 2020 se confirmó el primer caso de coronavirus en Puebla y hasta el momento no hay fecha en Puebla, ni a nivel mundial, para superar la pandemia.
PANDEMIA NO ES PRETEXTO PARA NO EVALUAR A EDILES
Para el Coordinador de la Licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana, Miguel Calderón Chelius, la pandemia no es pretexto para no evaluar a los alcaldes que busquen la reelección es el proceso electoral de este año.
Si bien reconoció que ninguno podrá presumir que cumplió con lo que prometió en campaña debido a la crisis de salud y económica que trajo la emergencia sanitaria, señaló que la ciudadanía debe evaluar y juzgar en las urnas la capacidad que cada presidente o presidenta municipal tuvo ante la adversidad.
“Ha sido un periodo muy complejo y ¿cómo evaluarlos? Pues por su capacidad de respuesta ante la complejidad, me parece que no solo los presidentes municipales, los gobiernos estatales, a nivel nacional e internacional, los gobiernos han sido profundamente sobrepasados, no midieron la magnitud del problema y no tuvieron la capacidad de responder de una forma efectiva a ese problema”.
Es por ello que el académico consideró que las preguntas que debe hacerse el electorado es ¿Cómo respondieron? ¿Cómo hicieron ajustes a sus programas? ¿Cómo recanalizaron los recursos que tenían disponibles? ¿Aprovecharon esos recursos?, entre otras observaciones.
Finalmente, consideró que ante este escenario, los partidos de oposición tienen cierta ventaja por contar con mayores argumentos para la crítica, pero la realidad es que los gobiernos en turno enfrentaron un reto que ningún gobierno a nivel mundial pudo dimensionar.
“Los pone en ventaja porque la crítica en este caso es muy cómoda y realmente el reto que han enfrentado los gobiernos ha sido mayúsculo, en ese sentido los pone en ventaja y por eso la oposición va a centrarse en el manejo de la pandemia”.
MENOS DE LA MITAD LOGRARÁN REELECCIÓN
Por su parte, el Doctor en Sociología y académico de la BUAP, Luis Ochoa Bilbao, estimó que poco menos de la mitad de los alcaldes que busquen la reelección la conseguirán, dadas las circunstancias actuales.
“Creo que vamos a ver números muy parecidos, de los candidatos a las presidencias municipales que buscan la reelección yo calculo que poco menos del 50 por ciento la va a lograr, por lo tanto estaríamos hablando de una especie de volado”.
En ese sentido, consideró que será en los municipios más pequeños y con menor población donde exista más posibilidades de que se consume la reelección, debido a la cercanía qué hay entre los alcaldes y sus habitantes, contrario a lo qué pasa en grandes municipios, como Puebla capital, donde hay más probabilidades de rechazo a los gobernantes salientes.
“Es más estrecho el contacto entre los presidentes municipales de comunidades pequeñas, de 25 a 30 mil habitantes. En ciudades grandes como Puebla, como Tehuacán, Atlixco, Cholula, Teziutlán, el gobierno municipal es mucho más complicado, quizás en los lugares más pequeños sea más probable que los presidentes municipales se puedan reelegir, yo creo que en las ciudades grandes va a ser más difícil que los alcaldes puedan reelegirse”.
