Mientras los dueños de comercios de la 10 Poniente prevén cierres, los conductores del transporte público que circulan en dicha vialidad del Centro Histórico temen que con el próximo traslado de rutas a la 20 Poniente incremente los asaltos en una zona considerada como de alta incidencia delictiva.
En entrevista, los locatarios señalaron que, en 2017, cuando se dio un cambio de rutas por el sismo de septiembre, perdieron ingresos y hasta cerraron 4 negocios por calle. En tanto, los operadores señalaron que se encuentran en riesgo de atracos en una zona desolada del Centro Histórico, porque son fuertes los rumores que los ladrones habitan en las casonas.
Ante las movilizaciones del transporte del servicio público en los barrios de San José, El Refugio y San Antonio, dijeron comerciantes y operadores no debería hacerse, en tanto, las autoridades deberían estar más enfocadas en retirar a los ambulantes.
“EN RIESGO DE DESAPARECER”
No solo existe el riesgo de las bajas ventas, sino que también se prevén el cierre de varios negocios sobre la 10 Poniente-Oriente, en el centro histórico de la capital, como ocurrió hace dos años cuando las unidades fueron retiradas por el sismo y ante el posible daño de caída de viviendas en malas condiciones.
“La gente viene al centro de manera directa para hacer sus compras, porque sienten inseguras las calles. De hecho, en un mes a nuestros cuatro clientes han sido atracados, ahora si los mandan hasta la 20, será complicado”, dijo Rodrigo “N”.
Mientras, Héctor “T”, comentó que el sector formal ha sido muy golpeado por la economía: “No tenemos buenas ventas y se quitarán a los posibles clientes, mientras los ambulantes seguirán laborando”.
Al respecto, el micro-empresario, Luciano “F”, señaló que los ambulantes se roban la luz, utilizan las calles para dejar un solo carril a las unidades y hasta son agresivos con los peatones: “Una ocasión, un comerciante casi golpea a un señor, que de manera intencional tiró una caja de galletas. Ya tenemos un mal panorama”.
“NOS QUIEREN LLEVAR CON LOS CRIMINALES”
Mientras los operadores pidieron retomar las calles como la 8 y 12 Poniente-Oriente, que por estar más cerca del centro es segura, ya que señalaron que estarán más vulnerables a algún atraco.
“Si acá ya hay asaltos, nos van a meter con los criminales (…) muchos que sabemos que será así tenemos miedo de los asaltos diarios, si te poner hasta la vida te pueden quitar, la delincuencia ya no se tienta el alma para disparar y acuchillar”, dijo Gerardo “S”.
Otra de las desventajas, es la falta de pasaje que ya no querrán caminar de la 10 a la 20 Poniente-Oriente, por la distancia y también, porque son vulnerables en la seguridad.
“Allá está insegura, ya nos dijeron que en la vecindad es muy peligroso. El problema de la movilidad no son los autos, ni el transporte, son los ambulantes que no solo se apropian de las banquetas sino de las calles, ya nos dejan un carril. Ahora, les pasas a traer con el camión una sombrilla y te quieren golpear”, agregó Víctor “O” otro conductor.
En la zona circulan algunas de la ruta 1, 2A, la 68, 2, la 44, que además de las dificultades de cruzar a los ambulantes, también se enfrentan con hundimiento de calles, semáforos descompuestos y autos mal estacionados.
Los conductores señalaron que, si las autoridades no dan marcha atrás con la nueva circulación, si deberían aumentar la seguridad y tránsito con agentes que permitan dar apoyo a ellos, o bien, los pasajeros.
“Ya no vamos a tener pasaje. Nosotros sugerimos que mejor se prohíba las unidades como taxi o autos, mejor más calles únicas para el servicio público”, concluyó al sugerir Irving “N”.