Adultos mayores y desempleados abundan entre la población atendida en la red de comedores Palafox, que surgió hace cinco años con el propósito de ofrecer alimentos a personas en condiciones de pobreza o calle, pero que a más de dos años de pandemia ahora atiende, sobre todo, a quienes no han podido sobreponerse a la crisis económica.
Desde las 13:30 horas ya es posible ver a las primeras personas haciendo fila para recibir alimentos calientes en el comedor principal, ubicado en la 9 Oriente número 3, en el Centro Histórico, la mayoría son hombres de edad avanzada que llegan con suficiente antelación para asegurar una charola de comida una vez que inicie el servicio a las 14:00 horas.
La idea de ofrecer alimentos a personas necesitadas fue del Arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, quien puso a funcionar la red con apoyo de voluntarios para la preparación de la comida y del Banco de Alimentos como principal donador de insumos.
El proyecto contempla el cobro de una cuota de recuperación de 10 pesos que sirva para pagar los servicios como el gas, agua potable y energía eléctrica; sin embargo, actualmente no es requisito que los beneficiarios la aporten, sobre todo si se trata de niños o personas en situación de calle.
DESEMPLEADOS, LOS QUE MÁS ACUDEN
El Sol de Puebla encontró a Ernesto, de 68 años de edad y originario de San Martín Texmelucan, encabezando la fila para recibir alimentos. Compartió que tras perder su trabajo a causa de la pandemia de la Covid-19 solo ha encontrado trabajo como vendedor ambulante de productos naturistas y así llegó a la 9 Oriente.
“Una vez andaba trabajando por acá y vi que estaban dando la comida, pregunté y y me dijeron que había la oportunidad de comprarla, entonces cada que ando trabajando por aquí y tengo oportunidad vengo para acá, a buena hora porque solo atienden hasta las tres, entonces hay que formarse con tiempo para que a uno le toque”, dijo.
Visiblemente consternado señaló que vive solo y diariamente sale a buscar ingresos con la venta de sus productos, ya sea en Puebla o Tlaxcala, sin embargo, las ventas no son las mejores en estos momentos y haber encontrado el servicio del comedor fue de gran ayuda para él.
Otro beneficiario es Jorge Adalberto Romero Malagón de 44 años, quien prácticamente logra comer a diario gracias a la existencia de los comedores Palafox, ya que tiene discapacidad visual y no ha podido encontrar un empleo.
Para poder pagar la cuota de recuperación, Jorge sale muy temprano de la casa en donde vive con su madre, su hermana y su cuñado, llega a las calles del Centro Histórico a trabajar unas horas como viene viene y una vez que reúne los 10 pesos necesarios acude a formarse a la 9 Oriente.
El resto de lo que gana como franelero lo ocupa para comprar algo de comer el sábado y domingo, cuando no hay servicio de comedor, ya que esos días se queda en Huejotzingo ayudándole a un tío con el cuidado de su ganado para obtener más ingresos.
“Yo salgo de la casa de mi mamá a trabajar y a buscar que comer porque como tengo discapacidad no me quieren dar trabajo y si me quedo allá sólo sería una carga para ellos, mejor salgo a tratar de ganar algo y ya en el comedor me ahorro unos pesos, porque me rinde más el dinero para tener que comer el fin de semana”, contó.
Compartió que durante la pandemia aumentó considerablemente la cantidad de gente que acudía a los comedores, incluso se habilitaron otros y las personas de escasos recursos han creado una nueva comunidad, ya que coinciden en las filas.
Otro adulto mayor, que pidió omitir su nombre argumentando pena, compartió que es viudo y luego de quedarse sin trabajo salió a las calles para tratar de encontrar un empleo que le permitiera subsistir.
“No encuentro trabajo pero gracias a Dios unas personas me comentaron que aquí daban la comida a buen precio y así he podido comer estos días, también estoy buscando donde quedarme porque no hay dinero para renta, en el día voy a formarme a donde dan desayuno y comida, así he andado”, compartió.
La señora María de Lourdes Sánchez, de 72 años, vive con su esposo en el Centro Histórico y contó a este diario que hay días en que comen gracias a la existencia de los comedores, porque el dinero no ha sido suficiente desde el inicio de la pandemia.
“Vengo aquí por mi situación, no tengo trabajo, mi esposo es pensionado y vengo aquí por la comida, con la pandemia ya la situación fue más difícil, no podíamos salir para comprar la comida, entonces de vez en cuando mejor vengo acá, porque con 20 pesos me dan la comida caliente y llego a comer con mi esposo”, compartió.
MÁS DE 12 MIL RECIBEN ALIMENTOS AL MES
Los cinco comedores de la red Palafox actualmente ofrecen alimentos calientes hasta a 12 mil personas al mes, ya que tan solo en el ubicado en el Centro Histórico se otorgan 120 porciones diarias, informó el Diácono Luis Gerardo Reyes Ramírez, coordinador del programa.
En entrevista con El Sol de Puebla dijo que durante la etapa crítica de la contingencia sanitaria solo uno de los cinco comedores permaneció activo y atendiendo a más de 250 personas al día, sin embargo, ahora se han reactivado los demás ante la necesidad de aumentar la capacidad de ayuda.
El diácono sostuvo que aunque los contagios de Covid-19 van a la baja, los estragos económicos que dejó todavía no se superan y prueba de ello es que gran número de adultos mayores y sin empleo acuden a requerir los servicios de comedor.
“Nuestra donación era para gente indigente que andaba en la calle, alrededor del Centro Histórico, pero empezó a llegar gente que se quedaba sin trabajo, familias completas que venían, incluso nosotros habíamos pedido una cooperación de 10 pesos pero la encomienda del Arzobispo fue que aunque no tuvieran ni un peso se les dieran las comidas”, dijo.
Reyes detalló que la red está integrada por siete comedores, ubicados en el Centro Histórico, el barrio del Alto, Analco, La Margarita, Chietla, la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados en Valle Dorado y la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.
Explicó que actualmente son unos 40 voluntarios los que colaboran en la preparación de los alimentos, que se consiguen a través de las donaciones hechas por el banco de alimentos y distintos proveedores.
Para concluir, anunció que una vez que se consideren condiciones más propicias en materia de salud pública, se retomará el servicio en mesa en cada uno de los comedores, como se ofrecía hasta antes de la pandemia.