Combatir la pobreza urbana y mejorar los ingresos de la población para reducir la brecha de los que no pueden acceder a la canasta básica ante la falta de recursos, así como garantizar el acceso a los servicios básicos, son los principales retos del gobernador electo, Miguel Barbosa Huerta en materia de Desarrollo Social.
De acuerdo con los últimos indicadores del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval), hay más de 3 millones 728 mil poblanos, en condiciones de pobreza, esta cifra representa al 59.4 por ciento de la población.
En los indicadores, resalta el caso de la ciudad de Puebla, que pese a ser una zona urbana en su mayoría, tiene un alto índice de población en situación de pobreza con un total de 699 mil 15 personas con carencias.
De hecho, Puebla es la segunda ciudad a nivel nacional con el mayor número de personas en condición de pobreza. A estos indicadores de pobreza urbana, se suma el municipio de Tehuacán, que tiene a 205 mil 23 personas con carencias.
Las ciudades con mayor concentración poblacional, también cuentan con un alto índice de pobreza, que se puede catalogar como urbana, es el caso de San Martín Texmelucan, donde 91 mil 162 personas tienen carencias y en Atlixco otras 80 mil 49 ciudadanos más.
BAJOS INGRESOS, CAUSA DE POBREZA URBANA
Los indicadores respecto a la pobreza laboral exponen que éste es uno de los eslabones más débiles, pues si bien se han logrado abatir las carencias en servicios públicos y acceso a los básicos, las carencias están ligadas directamente a la falta de ingresos dignos que permitan a las personas atender sus necesidades.
El Informe de Pobreza y Evaluación en Puebla correspondiente al 2018, expone que sí hubo una baja en las carencias por ingresos, pero ésta se dio después del 2014, después que el país se recuperó de la crisis económica del 2008 y disminuyó la inflación, así como la volatilidad en los precios de los alimentos.
Durante el primer trimestre del 2019 el porcentaje de personas que no pueden acceder a la canasta básica es del 45 por ciento, porque su costo es superior a su salario. Ante esta situación, el Coneval expone que es necesario que las entidades federativas consideren medidas para compensar los cambios en los precios y se promueva la generación de empleos formales bien pagados.
La inflación repercute en el poder adquisitivo del ingreso laboral, pues con el incremento en los precios de los alimentos, aumenta el valor de la línea de bienestar y más personas se encuentran en riesgo de presentar carencias.
HAY MÁS DE MEDIO MILLÓN DE PERSONAS SIN ACCESO A SERVICIOS
En los últimos años, se redujo casi al 50 por ciento el número de personas sin acceso a los servicios básicos como el agua, drenaje, electricidad o de personas que usan carbón o para cocinar, sin contar con una chimenea o artefacto para preparar sus alimentos.
Estos indicadores señalan que al 2016, todavía hay 760 mil personas que no tienen acceso al agua, 539 mil representan a la población en la que su vivienda no tiene drenaje, hay 15 mil que no tienen electricidad, y 843 mil que usan leña o carbón para cocinar, sin chimenea.
Con estas cifras correspondientes al 2016, se tiene que en el estado hay un millón 613 mil 100 personas que todavía no cuentan con acceso a los servicios básicos, esta cifra equivale a casi toda la población que habita la ciudad de Puebla.
En cuanto a carencia por calidad de los servicios públicos se encuentra la población que vive en hacinamiento, en el que se contabilizan 640 mil personas, mientras que de viviendas con piso de tierra suman 257 mil en el estado.
“Es necesario reducir la incidencia de pobreza de los municipios con mayor porcentaje de pobreza, (predominantemente rurales, pequeños y dispersos); a la vez que se debe disminuir el número de personas en pobreza de los municipios urbanos con un porcentaje bajo de pobreza, pero una gran concentración personas en esta situación por su volumen poblacional”, señala el Informe de Pobreza y Evaluación del Coneval.
.JPG "ERIK GUZMAN - BIBLIOTECA PALAFOXIANA (1).JPG")
