Seguramente, varios poblanos han visto sus obras de arte no necesariamente colgadas en un museo o acomodadas en una sala de exposición, sino en la calle. “Manuela Jiménez”, “Mara Fernanda”, “Brenda Tlatelpa” o “Ángeles Leyva”, son muertes que se leen en las obras de Rosa Borrás Canadell, una artista plástica que hace nueve años decidió ir más allá de la belleza, del ritmo y de las formas de sus obras, para convertirse en una activista que lleva mensajes sociales con lo que hace y que está convencida de que algún día, se escucharán menos las palabras violencia y feminicidios.
Como marco al Día Internacional de la Mujer, Borrás ejemplifica lo que se puede hacer desde el arte, en favor de otras mujeres y para aportar al cambio que –está convencida- se tiene que dar para reducir la violencia que permea en el país.
Ella tiene 55 años de edad. Nació en la Ciudad de México y ha vivido en diferentes partes del país, e incluso en Boston, Estados Unidos. Lleva al menos 13 años en la ciudad de Puebla, al lado de su familia.
POR MEDIO DEL ARTE PUEDE DENUNCIAR EN FORMA PACÍFICA
Borrás, de formación Diseñadora Gráfica y con estudios en Massachusetts College of Art, había retratado elementos de su contexto social, con técnicas como acuarela, acrílico y dibujo. Su obra sí ha estado expuesta en espacios públicos y privados y también la comercializa, como el resto de los artistas locales.
Lo extraordinario de su labor, ha sido, desde el año 2009, visibilizar la violencia en México, pues comenzó a tomar conciencia social por los múltiples eventos de asesinatos, desapariciones, robos o feminicidios.
Dice que, de manera afortunada, ni ella ni su familia han pasado por un evento de violencia que los haya marcado. Fueron sus amigos los que le invitaron a involucrarse con causas de activismo, situación de la que no se arrepiente, pues su labor es mostrar las situaciones que afectan la vida de muchos mexicanos.
Respeta el arte decorativo o de lujo, aunque ella prefiere que sus piezas sirvan como un lenguaje y herramienta para enviar mensajes de lo que sucede.
BORDA POR LA PAZ
A raíz de la muerte del hijo del poeta Javier Sicilia, la cual ocurrió en 2011, diferentes colectivos y activistas se unieron para pedir un freno a la violencia en el país.
El año siguiente a los hechos, Borrás y un grupo de compañeros, empezaron en Puebla con el movimiento de Bordados por la Paz, que consistía en ubicarse en plazas públicas y coser sobre tela, los nombres de víctimas de asesinatos u otras formas de violencia, para hacer conciencia social.
No solo artistas se unieron al movimiento, sino que prácticamente cualquier ciudadano podía bordar figuras, nombres o símbolos de circunstancias que les causaron perjuicios. Bordando, también mostraban su solidaridad a las familias de quienes habían caído en la llamada guerra contra el narco, o en otros eventos violentos.
Esta actividad abarcó de 2012 a 2016. Se hacía en espacios públicos, aunque poco a poco, las autoridades fueron alejando a los activistas, hasta que terminaron estas jornadas que se hacían los fines de semana.
Ahora, Borrás y algunos conocidos de ella, han retomado esta actividad, pues dicen que la violencia crece todos los días, por lo que hace falta crear conciencia en distintos grupos sociales. Por ejemplo, ella acude a universidades a entrelazar hilos y tela, para decir que mujeres como Mara Fernanda, Minerva o Manuela, no debieron morir.
NO LE INTERESA EL RECONOCIMIENTO GUBERNAMENTAL; SÍ EL ACTIVISMO
Algunos artistas tienen reconocimientos de las autoridades, llaves de las ciudades, exposiciones individuales, su obra expuesta en galerías privadas y ediciones de libros a cargo. Para Borrás eso es un trabajo digno que merece respeto, pero en forma particular, dice que ella está más interesada en la causa social. Por tanto, siendo congruente con sus ideas, busca espacios públicos, alternativos e independientes, para difundir su trabajo.
Dice que para ella, las actuales autoridades del estado no han hecho un trabajo digno, por lo que prefiere no depender de los lugares políticos o públicos, para desenvolver su labor como artista y activista.
La entrevistada no solo limita su activismo en lo local, pues recién, participó en York, Inglaterra, donde enseñó y aprendió sobre arte conjugado con activismo. Mostró a artistas de otros países, la realidad que se vive en México y, específicamente en Puebla, mediante los bordados.
MUJERES DEBEN HACERSE RESPETAR, SER FIRMES Y NO TENER MIEDO A DENUNCIAR
Rosa opina que en México se está avanzando en el tema de la equidad de género, pero aún falta que autoridades actúen contra la violencia, y que las mujeres tomen conciencia sobre el respeto que deben tenerse a sí mismas.
Dice que no cree en las cuotas de género pero sí en la equidad
El acoso –comenta- es un fenómeno que ocurre no solo en el contexto artístico, sino en todos los niveles y en toda la sociedad. Considera que se debe eliminar la idea de “ayudar a cocinar”, pues simplemente se debe aplicar la equidad.
Como consejos a las mujeres que son violentadas, dice que hay que buscar ayuda, mantenerse firmes en las decisiones, romper ciclos y armar redes de ayuda con otras mujeres. “Es difícil pero sí se puede”.
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