La familia Crippa llevaba más de 60 años dedicándose a la elaboración del típico mole poblano, pero cuando la matriarca de este grupo decidió dejar el legado por su edad, creyeron que el negocio terminaría. La sorpresa fue que Maritza, la hija que creyeron que no se dedicaría a la cocina fue la que levantó la mano para continuar con “Corazón Mestizo” y hoy en día, están en trámites para exportar.
Maritza Crippa tiene 43 años, pero el mole siempre ha estado presente en su vida. Empezó su abuelo en un molino y luego toda la familia. Ella de más pequeña no quería dedicarse a esto, pero como fue creciendo entendió la importancia de los legados familiares.
“Desde chiquita mi mamá me llevaba al molino, que fue en donde inició mi abuelito en 1955, el molino era publico y llevaban de todo como su maíz y otros productos, pero mi familia empezó con el mole. De ahí todas mis tías retomaron la receta”, comentó.
La mamá de Maritza fue la pequeña de sus hermanas y al perder a su esposo también incursionó en el negocio familiar, en total fueron 33 años los que estuvo haciendo este producto para su venta, hasta que por la edad decidió pausarlo.
En ese momento, Maritza creyó que moriría la tradición molera, pero al platicarlo con su pareja, decidieron retomarlo, pero en esta ocasión hacerlo suyo, darle un nombre nuevo y renovarlo.
“Corazón Mestizo es una marca que apenas estamos dando a conocer, el logo y todo el diseño es de mi novio. Estamos trabajando en conjunto para dar a conocer la marca, pero el mole ya es de tradición (…) Seguimos ocupando todos los ingredientes tradicionales, no hay conservadores, no hay esencias ni colorantes y es un producto que garantizamos hasta para un año refrigerarlo”, explicó.
La pareja ha buscado proveedores y lugares para promocionar su mole. También han acudido a bazares y todos los eventos en donde se impulsa la gastronomía local. El objetivo es que más personas conozcan su producto.
“En los bazares nos hemos dado mucho a conocer y otra buena noticia es que llegamos a oídos del gobierno y nos invitaron a la Feria de Puebla, nos ayudó mucho y aunque nos agarraron a las prisas, hicimos todos bien para cumplir con el embolsado y toda la calidad”, añadió.
Su negocio se ha expandido y ahora ya no sólo venden mole poblano, sino que ofertan, mole almendrado, pipián rojo, así como verde y sus nuevas creaciones son salsa macha con arándanos, salsa macha con cocoa y salsa macha de tres chiles.
“Mi sueño para mi emprendimiento es exportar, estamos haciendo todos los trámites para tener todo en orden y lograrlo. Muchos turistas cuando vienen a Puebla lo prueban y se lo han llevado a España, Estados Unidos y entonces al exportarlo podríamos llegar a más lugares”, concluyó.