La mayoría de las tradiciones suelen pasar principalmente de los padres a los hijos o de los abuelos a los nietos, pero curiosamente, en el caso de la señora Juana Hernández, fue su nieto Enrique quien le pidió sumarse a estas caravanas de peregrinación que le dedican a la Morenita del Tepeyac.
Fue hace tres años que la señora Juanita se unió al conjunto que sale del pequeño pueblo San Francisco Coapa, ubicado en el municipio de San Pedro Cholula, tras un juramento que le hizo a su nieto en su lecho de muerte.
Con melancolía, doña Juanita comparte cómo era su nieto de 19 años: “era muy obediente, muy cariñoso, muy amable, pero me lo mataron”, dice mientras limpia su rostro lleno de lágrimas con la frazada que lleva para cubrirse del frío.
Relata que fue en el 2014 cuando Enrique se unió por primera vez a las peregrinaciones de las cuales, solo pudo cumplir con tres pues su ilusión de continuar con este fervor se apagó luego de que le arrebataran la vida en un asalto.
“Yo siempre he sido fiel a la Virgen de Guadalupe, pero nunca había ido a las peregrinaciones. Cuando murió mi nieto yo le prometí que seguiría con su promesa de visitar a la virgen cada año. Ahorita mi nieto ya no está conmigo, pero sé que él me acompaña desde el cielo”, dice con voz entre cortada.
Acompañada de vecinos y familiares decidieron ir en caravana a pedirle a la Virgen del Tepeyac que los apoye principalmente en cuestiones de salud y trabajo, pues consideran que son la base para seguir adelante.
Yo le pido que me cuide a mi nieto en el cielo y que me proteja a los que están a acá, que nos de salud y trabajo para que podamos hacer todo lo mejor que podamos
Por su edad, ya no puede ir en bici ni caminando, por eso opta ir en la caja de un camión de carga, aunque también es un tanto incomodo, sin embargo, su fe es más grande y está dispuesta a tener un viaje un tanto adolorido con tal de ver a la virgen.
Así como ella, miles de peregrinos de Puebla se suman a esta tradición de la que dicen, han conseguido milagros y apoyo en diferentes ámbitos.
Filiberto Morales Pérez, es uno de los organizadores de la peregrinación a la Basílica de Guadalupe que salieron este miércoles de la colonia Escritores de Clavijero. En una camioneta de batea, decidieron emprender su camino y hacer relevos en una bici que a su vez va custodiada por una moto a fin de salvaguardar su integridad, pues saben que, aunque su amor por la morenita es grande, los peligros también están presentes en el camino.
El grupo, dice, es la tercera vez que sale en la peregrinación y lo que más les emociona es que los pequeños de la casa también sienten ese fervor por rezarle a la virgen a quien más allá de pedirle algo, en esta ocasión van a darle gracias por todas las bendiciones que, aseguran, han recibido durante el año.