Se dice que la vida comienza a los 40 y todo lo vivido con anterioridad sólo se trató de práctica, si no preguntarle a María de los Ángeles Marín Hernández, quien justo a los 40 y tras una larga década completó la preparación básica y superior hasta sacarse el título de enfermera por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
“Nunca es tarde para cumplir los sueños, ya que desde niña quise ser enfermera, pero por una u otra razón no lo hice cuando pequeña. Aunque el 'gusanito' seguía ahí ”, revela en la sala de su casa, adaptada en papelería-Internet, donde atiende a El Sol de Puebla por motivo de los festejos del día internacional de la mujer.
Pero María “tardó” para volver a la escuela debido a las responsabilidades por ser madre y tras ser sujeta cuando niña a la cultura de un país donde el hombre era y aún es visto como el único ser capaz de estudiar, realizar y trabajar.
Por tales razones se entiende por qué en Puebla, según la Encuesta Intercensal, las mujeres presumen el mayor índice de analfabetismo con un 61.50 por ciento, en relación con los hombres y su 38.50 bajo esta condición a nivel nacional, ocupando así la entidad el sexto lugar en el listado con índices mayores de analfabetismo de mujeres en toda la república.
“Fui la hija número 10 en mi familia, donde mi padre tenía claro que las mujeres debían de permanecer en casa porque el hombre era el que proveía y las mujeres van a ser las mantenidas", por lo tanto no había razón para que la mujer estudiara, comparte la hoy enfermera.
Si bien de pequeña no llevó la contraria en casa, cuando adulta debió de “sacrificar” una vez más sus sueños por estar al pendiente de sus dos hijos. Pero una vez son con edad suficiente para atenderse solos, ella no dudó ni dos veces el volver a la escuela con el fin de presumir tarde o temprano un título de enfermería, carrera para el cual dice nació.
En México, según una realizada por OCC Mundial a 800 usuarios en 2018, dio como resultado que un 18 por ciento de las mujeres dejó sus estudios por la maternidad. Sin embargo, el 38 por ciento de las encuestadas aseguró no debió de abandonar sus planes de trabajo y preparación académica por el hecho de ser madres.
“Aún cuando crecí y tuve a mis dos hijos jamás renuncié a mi deseo: convertirme en enfermera, profesión a la que siempre aspiré desde pequeña. Pero una vez que mis hijos pueden atender solos, decidí que había llegado el momento para terminar la secundaria y seguirle a los estudios ”, relata.
A través del Instituto Estatal de Educación para los Adultos (IEEA), María de los Ángeles completó la secundaria y se sintió animada a ir por más. Sin embargo, más tarde conoció el otro lado de la moneda cuando sus compañeros a nivel bachillerato y licenciatura dudaban de sus capacidades por su edad, pero acabaron por admirarle.
“Los jóvenes en la licenciatura no creían en mí, siempre me decían, '¿a poco vas a poder con este paquete?' o simplemente me preguntaban con tono de burla, '¿qué haces aquí?'. Pero al final ellos eran los que no podían porque se lo tomaban a la ligera y yo estaba muy metida porque para mí se trataba de una 'última oportunidad' ”, afirma.
“Después (los compañeros) ya me pedían asesoría para los exámenes o tareas, ahí comencé a regañarlos por no tomarse la escuela en serio. Pero también sabía que era parte de su edad y hoy me encanta creer que formé parte de su preparación con algún consejo, tarea o conocimiento ”, agrega.
La historia de María de los Ángeles y su deseo de cumplir con una meta como en su caso el sueño de prepararse para “ser alguien”, es la historia del empoderamiento femenino en México, el cual se refiere “tanto al proceso, como al resultado del proceso a través del cual las mujeres ganan un mayor control sobre los recursos intelectuales y materiales, y desafían la ideología del patriarcado y la discriminación por género ”, (Batliwala, 1994).
“Nuestra mente es la única limitante, nuestro tope. Así que cualquiera que tenga ganas de hacer algo que le apasiona o desee, simplemente hacerlo, pero debe comenzar por quitar 'el no puedo' de su boca y más importante, de su cabeza ”, invita María de los Ángeles.
En la actualidad esta enfermera labora en el hospital de Cholula atendiendo a pacientes víctimas del COVID-19, a quienes han ayudado a recobrarse con sus cuidados.
LAS MUJERES Y SU PROFESIÓN EN PUEBLA
El porcentaje de féminas profesionistas en México alcanza el 44.8 por ciento del total de las personas ocupadas que terminaron una carrera. Las áreas en las que las mujeres representan más de la mitad de los ocho millones de personas profesionistas ocupadas en el país son Educación, con el 68.2 por ciento; Ciencias de la Salud, 61,4; Humanidades, 56,6; y Ciencias Biológicas, 53.2 por ciento.
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