La preocupación por la economía se refleja en las prendas másíntimas. Los calzones amarillos, aquellos que prometen atraerdinero, desbancarán esta Nochevieja a las bragas rojas, quesimbolizan la búsqueda del amor, aseguraron los comerciantes deestos productos textiles.
La tradición de vestir calzones de color en la víspera delAño Nuevo ha teñido durante los últimos días de rojo y amarillolos mercados poblanos. Incluso hasta después de las 23:00 horas dehoy, Gabriela Vargas López, que lleva más de 20 añosadministrando la Bonetería Carmelita en el mercado de La Acocota,seguirá vendiendo estas prendas.
“Tengo para toda la economía, de 15, de 20, de 25, de 50pesos. Para señora, señorita, niños, hombres”, presume,mientras señala las más de 700 bragas que exhibe en su tenderete.“Se está vendiendo más lo amarillo. La mayoría ya no quiereamor, quiere puro dinero”.
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Sólo unos metros más allá, Rocío Barranco se afana porordenar hileras de brasieres y calzones, todos rojos o amarillos.“El que más se está vendiendo este año es el amarillo, el añopasado fue el rojo, ahora todos quieren el amarillo”,explica.
Conseguir un año 2017 abundante en dinero apenas supone unainversión de entre 20 y 40 pesos. Los más caros, de encaje ylazos, son, sin embargo, los menos demandados. Los poblanos quierendinero, pero no a cualquier precio. “El que más se vende es eleconómico”, confirma Rocío.
Las prendas rojas y amarillas se acumulan en el pequeño localque Martha atiende en el mercado 5 de Mayo. Las ventas, asegura lacomerciante antes de atender un nuevo cliente, van “más omenos”. “Hasta ahorita, la verdad, todos quieren el dinero y elamor juntos”, comenta.
La negativa de muchos poblanos a elegir entre amor y dinero hacreado una nueva gama de textiles especiales para Nochevieja. Loscalzones, tangas y bragas combinan ahora el amarillo y rojo paraconseguir todas las bendiciones posibles en 2017. “Quieren el dospor uno, la suerte y el dinero”, se ríe la propietaria de laBonetería Carmelita.
REGALAR CALZONES PARA INICIAR 2017
La economía o el amor que prometen los calzones se multiplicansi, explicó Alberto Escolar, desde su negocio textil en el mercadode la Acocota, son fruto de un regalo. “La mujer le regala alhombre y el caballero a la señorita”, describe el comerciante,repitiendo los mandatos de la tradición.
Los presentes no son suficientes, sin embargo, para asegurar lasganancias de este comercio textil. Las ventas de calzones se hanreducido este año hasta “60 por ciento”, en comparación con2015, asegura Alberto. “En lugar de buscar el amor y el dinero,ahora buscan un amuleto para no perder el trabajo, pero no lomanejamos, no sabemos de cuál sea el color”, sonríe.