Atlixco es uno de los municipios productores de flor no solo de Puebla, también de México, algo que crece en notoriedad durante la época del Día de Muertos gracias a la flor de cempasúchil. Sus campos comienzan a iluminarse del color naranja de la flor y sus ventas se multiplican.
Esta planta es originaria de México y existen hasta 30 variedades, haciendo su diversidad es extensa. Su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl”, que significa flor de 20 pétalos. La tradición prehispánica indica que, al hacer un camino con los pétalos de esta flor, los espíritus de quienes se encuentren en la ofrenda de muertos serán atraídos por aroma para guiarlos en el camino.
LA PRODUCCIÓN DE LA FLOR EN PUEBLA
Dentro del país, la flor se encuentra de forma silvestre en la cuenca del Balsas y el occidente de México. Junto a Puebla, otros estados productores son Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, México, Morelos, Oaxaca y San Luis Potosí. Se estima que su producción supera las 20 mil toneladas con un valor mayor a los 100 millones de pesos.
Siendo Atlixco la principal zona de plantación, haciendo que el estado tenga el 70 por ciento de la producción total a nivel nacional. En los números, tan solo en 2017 de las 15 mil 30 toneladas producidas en el país, 11 mil 524 se generaron en total en Puebla.
En la región se cuenta con una superficie total de mil 705 hectáreas para su cosecha, lo que permite la producción de cerca de 15,522 toneladas de esta flor. Su plantación se da una vez al año con un periodo de cosecha de cuatro meses. Es una de las plantas que mayor tipo de crecimiento ha tenido, ya que de 2013 a 2016 registró un progreso en su producción hasta del 100 por ciento por año.
Desde el mes de mayo suele comenzarse con la preparación de la tierra. Posteriormente, se colocan las semillas en los depósitos para su siembra en cultivos. Dependiendo de la extensión de tierra, hasta 20 personas pueden llegar a participar en el corte de la flor, en jornadas que comienzan desde las primeras horas de la mañana, siendo una de las más bellas al poder alcanzar hasta los 50 centímetros de largo.
Desde mediados de octubre se comienza con su traslado para su vender en diversos estados como lo son Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas, Zacatecas y otros más. Respecto a sus precios, un solo manojo puede colocarse desde los 10 pesos hasta los 25 pesos, siendo su presentación más común con 12 o 15 piezas. En el caso de las llamadas “maletas”, estas pueden alcanzar hasta los 110 pesos en valor. Si se trata de flor de terciopelo, su valor puede llegar hasta los 40 pesos.
Junto a Atlixco, los municipios en Puebla donde se da su cultivo son Chiautzingo, Huaquechula, Huejotzingo, Palmar de Bravo, Quechoclac, Santa Isabel Cholula, San Martín Texmelucan, San Pedro Cholula, San Jerónimo Tecuanipan, San Salvador El Verde, Tepeaca, Tehuacán y Tianguimanalco.
IMPACTO DE LA PANDEMIA
Debido a la pandemia, el crecimiento que había tenido en su producción descendió hasta nueve millones de plantas. Se estima que esto significó una caída del 40 por ciento y, en cuanto a sus ventas, la caída fue del 90 por ciento debido principalmente al cierre de panteones y a que el manejo de la pandemia era distinto con una mayor cantidad de cierres.
Para Atlixco, la compra de otros estados se mantuvo como la más importante, debido a que hasta el 70 por ciento de la producción se dirigió hacia las zonas del norte del país. En algunos mercados de Puebla, la baja en la venta resultó hasta del 50 por ciento, al no lograr equiparar a otros años donde lograban ingresos diarios de hasta dos mil 500 pesos los comerciantes.
Su punto más alto en ventas y producción se dio en el 2015. Durante aquel año estuvo cerca de los 20 millones en producción y su derroche económico rozó los 90 millones de pesos.
PRODUCCIÓN INTERNACIONAL REBASA LO HECHO EN MÉXICO
Otra de las razones detrás de la caída tanto de la producción y venta de la flor de cempasúchil se encuentra en el incremento de la producción a nivel internacional. En especial en países como China, el cual se convirtió en el primer productor de la flor en la última década.
En un análisis realizado por la UNAM, se encontró que, a partir del crecimiento de la planta, comenzó a utilizarse para otras cosas como farmacéuticos y comida. Esto provocó que inversores de países como la India y el mismo China se interesaran en el fruto, lo compraran y se lo llevaran a sus países.
Desde entonces, tres cuartas partes de la siembra en el mundo del cempasúchil pertenecen a China. Mientras que, el segundo puesto lo ocupa la India teniendo 20 por ciento de la producción total.
“En el año 2000 sembrábamos alrededor de cuatro mil hectáreas y casi todo era para la industria, no para el Día de Muertos. Eso se procesaba, obteníamos colorantes y los vendíamos a farmacéuticas y a fábricas de alimentos para animales”, explicó Francisco Alberto Basurto Peña, integrante del Instituto de Biología de la UNAM. “Sin embargo, la compañía asociada a estos desarrollos fue adquirida por una empresa de la India y la producción se movió para allá. Para 2010 sólo dedicábamos 500 hectáreas a estos cultivos”.
Se estima que en sitios como Qiubei County, en la provincia Yunnan del sur de china, la plantación de cempasúchil ocupa al menos 6,867 hectáreas, lo que beneficia a cerca de 13 mil hogares de la región, traduciéndose en ganancias de al menos 1,727 dólares por casa.
