En el estado de Puebla las mujeres se enfrentan a condiciones adversas para obtener un trabajo, así como para permanecer y desarrollarse en él, una vez que lo consiguen, debido a la inequidad salarial y a las distintas barreras que aún padecen, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Ser una mujer trabajadora en la entidad es sinónimo del padecimiento de largas jornadas laborales, así como de bajos ingresos económicos. La tasa de participación económica femenina en la entidad es de 44.3 por ciento, es decir mujeres en edad productiva que trabajan o buscan empleo.
A ello se suma que el 65.6 por ciento de mujeres ocupadas tienen un ingreso mensual menor a dos salarios mínimos y solo el 0.69 por ciento de la población ocupada está cubierta por la Norma Mexicana 025 en Igualdad Laboral y no Discriminación, según cifras del documento “Estados con Lupa de Género 2022”.
PUEBLA DESTACA POR MALAS CONDIONES LABORALES PARA LAS MUJERES
Según el desglose de información, Puebla destaca por tener las peores condiciones laborales para las mujeres, prueba de ello es que del millón 163 mil 761 mujeres ocupadas, 762 mil 887 (65.6%) reciben un salario menor a dos salarios mínimos; 173 mil 663 (14.9%) no reciben ingresos y solo 9 mil 036 (0.77%) perciben más de 5 salarios mínimos.
Ante este panorama, la brecha salarial de género es de 19.2 por ciento respecto al sueldo que reciben los hombres por las mismas horas trabajadas, según el IMCO.
El organismo también resalta que, del millón de mujeres laborando, 836 mil 852 (71.9%) se desempeña en el sector terciario (comercio, hoteles o restaurantes); le sigue el secundario (construcción o industrias), con 195 mil 650 mujeres (16.8%), y por último el primario (ganadería o agricultura), con 129 mil 624 (11.1%).
Del total de mujeres que laboran en Puebla, solo 274 mil 255 (23.5%) tienen acceso a las instituciones de salud, cifra considerablemente menor respecto a los 367 mil 695 varones que cuentan con este servicio.
Además, del millón 210 mil 112 mujeres de 15 años y más que forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA), 834 mil 920 (68.9%) labora en la informalidad.
El estudio también arroja que el 72.6 por ciento de las poblanas realiza más horas de trabajo no remunerado que los hombres, destacando el hogar y otras actividades de cuidado no reconocidas.
Del millón 519 mil 770 de mujeres no económicamente activas, al menos 498 mil 298 han manifestado su interés por trabajar, pero la precariedad laboral les impide acceder al mercado y al crecimiento en la economía local y 13 mil 477 mujeres tienen impedimentos físicos para trabajar, según datos del IMCO.
La población de mujeres desocupadas asciende a 46 mil 351, siendo el grupo de edad de 25 a 44 años las de mayor representación, con 24 mil 19 (51.8%); le siguen las jóvenes de 15 a 24 años, con 14 mil 156 (30.5%), y por último de 45 a 64 años, con 7 mil 454 (16%).
Sobre el nivel de escolaridad, 26 mil 951 (58.1%) cursaron al nivel medio superior, 13 mil 782 (29.7%) cuentan con la secundaria completa y 4 mil 452 (9.6%) tienen la primaria concluida.
Los datos también exponen que apenas el 0.69 por ciento de la población ocupada está cubierta por la Norma Mexicana 025 en Igualdad y No Discriminación, un mecanismo de adopción voluntaria que busca promover el acceso y permanencia de las mujeres y grupos en situación de discriminación al mercado laboral con igualdad de oportunidades.
POCAS MUJERES CON RANGO DE PODER EN PUEBLA
Aunque en los últimos años a nivel nacional y local se ha reforzado el discurso sobre las cuotas de género y de la participación que se tiene, cuando se habla de posiciones de poder es un panorama diferente en la entidad.
En el caso del Poder Legislativo, de las presidencias relevantes -aquellos puestos donde se centra la organización del Congreso del Estado, aprobación y vigilancia del presupuesto e importantes tareas de observación a los otros poderes dentro de los congresos locales- solo el 25 por ciento son ocupadas por el sexo femenino.
En específico destaca la Mesa Directiva, liderada por Nora Merino Escamilla, y la Comisión de Gobernación, presidida por Mónica Silva Ruiz.
Mientras, el porcentaje de alcaldías o presidencias municipales encabezadas por mujeres únicamente alcanza el 20 por ciento. Es decir, de los 217 ayuntamientos en territorio poblano, 39 son encabezados por este sector de la población.
Los ayuntamientos con mayor población que son gobernados por mujeres son San Martín Texmelucan, con Norma Layón; Atlixco, con Ariadna Ayala Camarillo; San Pedro Cholula, con Paola Angón Silva; Huejotzingo, con Angélica Patricia Alvarado Juárez, y Xicotepec, con Laura Guadalupe Vargas Vargas.
También están los municipios de Cañada Morelos, Hueyapan, San Miguel Xoxtla, Santa Isabel Cholula, Tilapa, Petlalcingo, Santo Tomás Hueyotlipan, Xochitlán Todos Santos, Tecomatlán, Tenampulco, Guadalupe, Santa Inés Ahuatempan, Huehuetlán el Grande, Hueytlalpan, Cohuecan, Chila y Epatlán.
Un panorama más alentador es la representación de mujeres titulares de instituciones públicas estatales, como las dependencias del gobierno del estado, donde el 41.3 por ciento es liderada por féminas. Ana Lucía Hill Mayoral es secretaria de Gobernación; María Teresa Castro Corro, secretaria de Planeación y Finanzas; Amanda Gómez Nava, secretaria de la Función Pública, y Olivia Salomón, secretaria de Economía.
También figuran Marta Teresa Ornelas Guerrero, titular de Turismo; Ana Laura Altamirano Pérez, que encabeza la Secretaría de Desarrollo Rural; Elsa Bracamonte González, titular de Movilidad y Transporte; Lizeth Sánchez García, secretaria de Bienestar, y Beatriz Manrique Guevara, secretaria de Medio Ambiente.
Hasta octubre del año pasado una mujer llegó a ocupar la rectoría de la institución de educación superior más importante de la entidad, la BUAP, con el nombramiento de Lilia Cedillo Ramírez después de haber ganado –un mes antes—las elecciones en esa universidad.
Por último, fuera de los espacios públicos, el IMCO también exhibe los nulos espacios para emprendedoras formales en la entidad, donde las mujeres ocupan apenas el 18.6 por ciento.
RECOMENDACIONES PARA LA INCLUSIÓN DE MUJERES
Según cálculos del organismo autónomo, una mejor inclusión de las mujeres podría iniciar con la aprobación en el Senado y en los congresos locales un sistema de cuidados con capacidad y presupuesto suficiente para permitir que mujeres tengan tiempo disponible para ofrecerlo en el mercado laboral, si así lo desean.
Otras herramientas importantes serán generar incentivos para que las empresas implementen políticas vida-trabajo para las y los empleados, desarrollar habilidades en las niñas y adultas para que mejoren sus oportunidades en el mercado laboral e incentivar la corresponsabilidad de cuidado en la primera infancia.
