La incertidumbre terminó, pero el dolor permanece para María Luisa Núñez Barojas, fundadora del colectivo Voz de los Desaparecidos, quien después de casi cinco años de mantenerse en pie de lucha en la búsqueda de su hijo Juan de Dios, su cuerpo fue localizado y entregado el 18 de febrero.
Desde abril 2017, Núñez Barojas emprendió investigaciones para dar con el paradero de su hijo, tras desaparecer en un paraje de Palmar de Bravo cuando regresaba a casa, junto a dos amigos.
Aunque hoy termina la incertidumbre para María Luisa, aún no hay consuelo, pues el dolor permanece pese a que se les encuentra en esas circunstancia.
“No nos trae paz (encontrarles muertos) se acaba la incertidumbre. El tener un familiar desaparecido es una tortura diaria. Quizá el encontrarlos muertos simplemente acaba la tortura de no saber dónde está, no es un consuelo, el dolor permanece aún cuando se les encuentra en esas circunstancias pues nadie borra el infiero que se caminó”, platicó en entrevista para El Sol de Puebla en diciembre del año pasado.
Para la madre hoy termina la lucha de dar con el paradero de su hijo, sigue la de las demás personas no localizadas, así como la exigencia por el esclarecimiento de los hechos y pugnar porque no haya mayor impunidad.
NO REGRESAN A CASA PERO SÍ A NUESTROS CORAZONES
La noticia sobre el hallazgo del cuerpo de Juan de Dios y sus dos amigos, Abraham y Vicente Basurto Linares,la dio a conocer María Luisa el 18 de febrero.
A las afueras del inmueble de la Fiscalía General del Estado (FGE) la madre dio a conocer la información, la que calificó como una noticia agridulce, pues le hubiera gustado volver a casa con su hijo.
“Queremos compartirles que hoy hemos encontrado a nuestros hijos. Que Abraham, Vicente y Juan de Dios han sido localizados, no como hubiéramos querido y no como hubiera sido, pero ya estarán con nosotros. Han sido localizados sin vida. Están siendo entregados sus cuerpos y ya no van a regresar a casa, pero sí en nuestros corazones”, expresó.
Al mismo tiempo, pidió a las familias con personas desaparecidas que no declinen a su lucha, y reiteró que el acompañamiento del colectivo que lidera llegó para quedarse.
Juan de Dios, en ese entonces de 23 años, salió de Tehuitzo, una comunidad ubicada en Palmar del Bravo, para realizar unos trámites en Tecamachalco.
En el camino, se encontró con Abraham y Vicente, quienes lo acompañaron en su trayecto.
Alrededor de las 9 de la noche, madre e hijo se comunicaron por teléfono, y él le indico que transitaban por una vía en donde había un retén que no dejaba pasar vehículos.
Por ello, rodearían por la carretera federal de Cañada Morelos en un trayecto que se caracteriza por ser solitario. Este fue el último contacto que tuvieron.
URGE IBERO ESCLARECER MUERTE
La Universidad Iberoamericana de Puebla hizo un llamado a la Fiscalía General del Estado (FGE), Comisión de Búsqueda de Personas y al gobierno del estado para esclarecer la desaparición y muerte de Juan de Dios Núñez Barojas.
En un comunicado, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ, la Clínica Jurídica Minerva Calderón y el Observatorio de Participación Social y Calidad Democrática de la IBERO Puebla, solicitaron a las instituciones ya mencionadas garantizar verdad, justicia y medidas adecuadas de reparación; así como un trato digno y humano en el proceso de esclarecimiento de su desaparición.
Además, expresaron su solidaridad y acompañamiento a Núñez Barojas, al mismo tiempo que reconocieron su trayectoria como defensora de los derechos humanos y el acompañamiento a familiares que también buscan a personas desaparecidas.
“María Luisa, como muchas otras madres y familias que buscan a sus seres queridos, se enfrentó a una serie de obstáculos en la investigación, búsqueda e identificación por parte de las instancias responsables, en un estado en el que al menos, 2 mil 537 personas permanecen desaparecidas y no localizadas”, se lee en el documento.