/ jueves 11 de agosto de 2022

Enterrado y en el olvido se encuentra el patrimonio arqueológico de Puebla

En Puebla se tiene el registro de más de tres mil sitios arqueológicos, de los cuales solo siete se encuentran medianamente cuidados

El desconocimiento, la inseguridad y la falta de recursos son algunos de los factores que han dado como resultado que muchas de las piezas arqueológicas existentes en el estado de Puebla no sean conocidas o se queden en el olvido.

Vestigios, idolitos (figuras de barro), monumentos, centros ceremoniales y muchas cosas más son las que podrían perderse, pues ninguno se salva de aquello que los desvaloriza.

De acuerdo con el Centro INAH Puebla, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en la entidad se tiene el registro de más de tres mil sitios arqueológicos, de los cuales solo siete se encuentran medianamente cuidados y abiertos al público.

Se trata de Cholula; Cantona, en Tepeyahualco; Teteles, en Tlacotepec de Benito Juárez; Tehuacán el Viejo, en Tehuacán; Yohualichan, en Cuetzalan; Tepexi el Viejo, en Tepexi de Rodríguez, y Los Cerritos, en el municipio de San Martín Texmelucan.

Estos siete son los que han cumplido con las condiciones para estar abiertos al público, pues el gobierno federal concretó la custodia de los predios, tienen vigilancia, reciben mantenimiento y no interfieren con las investigaciones que el INAH tiene en proceso.

Sin embargo, una de ellas, la zona arqueológica Los Cerritos, ubicada en la comunidad de San Cristóbal Tepatlaxco, Texmelucan, ha sido desatendida, ya que carece de personas que realicen labores de vigilancia y la maleza la ha invadido.

La zona en Tepatlaxco ha sido una de las desatendidas en últimas fechas. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Inseguridad aleja a visitantes

La inseguridad ha generado que las zonas arqueológicas de algunos municipios del estado se pierdan, pues el índice delictivo ahuyenta al turismo que visita la entidad.

San Martín Texmelucan es uno de estos lugares, que se ha visto envuelto el huachicol, los robos, el narcomenudeo, el secuestro y demás acciones delictivas que han ocasionado que se pierdan algunas bases piramidales, como la del Tepematzin, en la colonia Santa María, de Moyotzingo.

Jesús Contreras Hernández, cronista del municipio, relató que el Tepematzin ha perdido su forma original, debido a que está hecho de material de adobe y el descuido de los ciudadanos y autoridades ha ocasionado que la gente lo desvalorice.

Los vecinos tiran la basura en este sitio y de paso lo utilizan como un baño público, sin pensar que es parte de la historia de San Martín, ya que desde la cima se observan los cerros de las demás demarcaciones aledañas, lo que permitía que los ancestros tuvieran el sentido de la ubicación.

Hoy la zona del Tepematzin solo es un cerro más, que no está resguardado por el INAH y que pasa desapercibido por los ciudadanos más jóvenes que no conocen la historia del mismo. Tampoco se visita por los turistas debido a la inseguridad que existe.

En el caso de Los Cerritos, de Tepatlaxco, también en San Martín Texmelucan, no hay visitantes porque no hay difusión del lugar, lo que se suma a que el camino es de difícil acceso, pues es de terracería y no hay guías para narrar la historia del mismo.

La zona arqueológica está constituida por un conjunto de nueve basamentos piramidales, los cuales se ven rodeados de fauna, pero también de siembra. De estos solo uno se descubrió, aunque no en su totalidad. Aquí han saqueado la caseta de información y no hay quien la resguarde, lo cual puede ser peligroso al acudir sin alguien que conozca el lugar y sirva de guía.

La inseguridad ha hecho de San Martín Texmelucan un punto poco visitado por turistas. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Basamentos eran centros ceremoniales

Las comunidades de la entidad poblana custodian la historia y los cerros son claro ejemplo de ello, pues algunos no solo son un montón de tierra y piedras compactadas con el paso del tiempo, sino que guardan basamentos piramidales, los cuales eran utilizados por los antepasados como centros ceremoniales.

Atlixco es uno de los lugares que cuenta con una zona arqueológica. Al poniente del cerro de San Miguel, en la colonia Solares Chicos, se hicieron varios descubrimientos, tales como basamentos piramidales de una profundidad de entre cinco y seis metros. El problema es que está cubierta por tierra, inaccesible para los actuales habitantes del municipio y los visitantes.

En el siglo XX se hicieron excavaciones, por las que se encontró el patrimonio arqueológico. Sin embargo, en ese entonces solo se difundió el hallazgo, pero fue hasta el año 2018 cuando el personal del INAH retomó las investigaciones.

Al lugar se le cataloga como una ciudad milenaria, pues a decir del cronista Germán Huelitl Flores, las muestras encontradas fueron basamentos, aldeas y utensilios que datan del año 1800 antes de Cristo.

También se evidenció el establecimiento de la población indígena en Atlixco, ya que pertenecían a la cultura chichimeca. No obstante, actualmente se encuentra debajo de la tierra y solo en la memoria de los atlixquenses.

Pirámide de Atmala, la única que sobrevive en Zacatlán

En otro municipio de Puebla, Zacatlán, el centro ceremonial prehispánico de la comunidad de San Pedro Atmatla se encuentra cerrado y casi privatizado, por lo que corre el riesgo de desaparecer.

Se trata de una construcción de aproximadamente seis metros de altura, la cual pareciera ser un cerro más del lugar, pues la naturaleza que crece no deja ver con nitidez la forma de la base piramidal.

Hasta el día de hoy este centro ceremonial no está resguardado y los pobladores temen que se pueda perder parte de sus raíces ancestrales, por ello es que hay quienes hacen un llamado urgente al INAH, para que ponga atención en el lugar.

Muere zona arqueológica en Amalucan

Un caso similar es el que pasa en el municipio de Puebla, en específico en el cerro de Amalucan, en donde de acuerdo con los colectivos de arqueología en el lugar hay alrededor de 20 pirámides, entre ellas un centro mayor. No obstante, la falta de interés de las autoridades es lo que poco a poco acaba con ellas.

La mancha urbana es la que ha amenazado dejar en pie esta zona arqueológica, que se encuentra a 25 minutos (en automóvil) del zócalo de la ciudad, ya que se ha desgajado una parte de ésta y se comercializan materiales de construcción en ella.

Las bases piramidales de Amalucan casi no son conocidas y hasta donde se sabe el INAH no las ha registrado como un lugar abierto al público, ya que en su mayoría están enterradas.

Algunos colectivos a favor de rescatar la zona arqueológica piden que las autoridades pongan interés en ella, pues podría perderse si es que no se actúa a tiempo.

Los colectivos de arqueología señalan que en Amalucan hay alrededor de 20 pirámides, entre ellas un centro mayor. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Mancha urbana pone en riesgo vestigios en Xiutetelco

Un municipio más del estado de Puebla en el que se encuentra una zona arqueológica es San Juan Xiutetelco, en donde se tienen registradas 13 pirámides, mismas que cuentan con piezas únicas de culturas como la olmeca, totonaca y mexica.

Aunque aportan valor histórico a la demarcación, no han podido ser excavadas y estudiadas en su totalidad, pues el INAH no cuenta con recursos suficientes y el imparable crecimiento de la mancha urbana tampoco abona a salvarlas.

Son pocos los pobladores que tienen presente la importancia de la zona arqueológica y aseguran que se requieren 90 millones de pesos por cada pirámide para poder preservarlas y evitar que las viviendas y negocios las absorban. Aunado a esto, también se requiere la voluntad de las autoridades para recuperarlas.

De no llegar la fuerte inversión la mancha urbana podría dominar los espacios de esta zona arqueológica. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Pinturas rupestres y petrograbados tampoco se salvan

En Puebla no solo hay vestigios arquitectónicos, sino también hay arte rupestre, mismo que se puede observar en lugares como el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, así como en San Andrés Azumiatla, junta auxiliar del municipio de Puebla.

Dibujos plasmados en acantilados y abrigos rocosos son un tesoro que no ha sido muy estudiado y del cual se prefiere no dar su ubicación para evitar que se vandalicen.

En un lugar cercano a la zona de Cantona en Tepeyahualco de Hidalgo se ubica el cerro Las Águilas, en donde se registraron 34 pinturas rupestres que representan a dioses de los antepasados.

En tanto, en una área colindante denominada el acantilado del Águila hay 48 figuras localizadas en distintas tonalidades de rojo, a excepción de tres manos negras.

El arte rupestre es de relevancia, pues algunos de estos espacios, donde se encontraron los también conocidos como bocetos, todavía son utilizados para adoración de los dioses de los habitantes, lo cual los hace más valiosos.

Se suman las pinturas de San Andrés Azumiatla, en la inspectoría de Rosario La Huerta, en donde también hay arte rupestre, pero en color blanco y que aún cuando las autoridades del INAH las han reconocido, se han dejado en el abandono, por lo que se conoce muy poco de ellas.

Los dibujos o bocetos que se encuentran en los acantilados son una parte fundamental para saber cómo vivían las comunidades, la forma de cazar, los dioses a los que adoraban, así como el calendario de su día a día.

El Sol de Puebla pudo recorrer parte de estos espacios que, sin duda, no deberían perderse, pues las zonas arqueológicas y pinturas rupestres dan valor histórico a la entidad poblana.

El desconocimiento, la inseguridad y la falta de recursos son algunos de los factores que han dado como resultado que muchas de las piezas arqueológicas existentes en el estado de Puebla no sean conocidas o se queden en el olvido.

Vestigios, idolitos (figuras de barro), monumentos, centros ceremoniales y muchas cosas más son las que podrían perderse, pues ninguno se salva de aquello que los desvaloriza.

De acuerdo con el Centro INAH Puebla, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en la entidad se tiene el registro de más de tres mil sitios arqueológicos, de los cuales solo siete se encuentran medianamente cuidados y abiertos al público.

Se trata de Cholula; Cantona, en Tepeyahualco; Teteles, en Tlacotepec de Benito Juárez; Tehuacán el Viejo, en Tehuacán; Yohualichan, en Cuetzalan; Tepexi el Viejo, en Tepexi de Rodríguez, y Los Cerritos, en el municipio de San Martín Texmelucan.

Estos siete son los que han cumplido con las condiciones para estar abiertos al público, pues el gobierno federal concretó la custodia de los predios, tienen vigilancia, reciben mantenimiento y no interfieren con las investigaciones que el INAH tiene en proceso.

Sin embargo, una de ellas, la zona arqueológica Los Cerritos, ubicada en la comunidad de San Cristóbal Tepatlaxco, Texmelucan, ha sido desatendida, ya que carece de personas que realicen labores de vigilancia y la maleza la ha invadido.

La zona en Tepatlaxco ha sido una de las desatendidas en últimas fechas. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Inseguridad aleja a visitantes

La inseguridad ha generado que las zonas arqueológicas de algunos municipios del estado se pierdan, pues el índice delictivo ahuyenta al turismo que visita la entidad.

San Martín Texmelucan es uno de estos lugares, que se ha visto envuelto el huachicol, los robos, el narcomenudeo, el secuestro y demás acciones delictivas que han ocasionado que se pierdan algunas bases piramidales, como la del Tepematzin, en la colonia Santa María, de Moyotzingo.

Jesús Contreras Hernández, cronista del municipio, relató que el Tepematzin ha perdido su forma original, debido a que está hecho de material de adobe y el descuido de los ciudadanos y autoridades ha ocasionado que la gente lo desvalorice.

Los vecinos tiran la basura en este sitio y de paso lo utilizan como un baño público, sin pensar que es parte de la historia de San Martín, ya que desde la cima se observan los cerros de las demás demarcaciones aledañas, lo que permitía que los ancestros tuvieran el sentido de la ubicación.

Hoy la zona del Tepematzin solo es un cerro más, que no está resguardado por el INAH y que pasa desapercibido por los ciudadanos más jóvenes que no conocen la historia del mismo. Tampoco se visita por los turistas debido a la inseguridad que existe.

En el caso de Los Cerritos, de Tepatlaxco, también en San Martín Texmelucan, no hay visitantes porque no hay difusión del lugar, lo que se suma a que el camino es de difícil acceso, pues es de terracería y no hay guías para narrar la historia del mismo.

La zona arqueológica está constituida por un conjunto de nueve basamentos piramidales, los cuales se ven rodeados de fauna, pero también de siembra. De estos solo uno se descubrió, aunque no en su totalidad. Aquí han saqueado la caseta de información y no hay quien la resguarde, lo cual puede ser peligroso al acudir sin alguien que conozca el lugar y sirva de guía.

La inseguridad ha hecho de San Martín Texmelucan un punto poco visitado por turistas. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Basamentos eran centros ceremoniales

Las comunidades de la entidad poblana custodian la historia y los cerros son claro ejemplo de ello, pues algunos no solo son un montón de tierra y piedras compactadas con el paso del tiempo, sino que guardan basamentos piramidales, los cuales eran utilizados por los antepasados como centros ceremoniales.

Atlixco es uno de los lugares que cuenta con una zona arqueológica. Al poniente del cerro de San Miguel, en la colonia Solares Chicos, se hicieron varios descubrimientos, tales como basamentos piramidales de una profundidad de entre cinco y seis metros. El problema es que está cubierta por tierra, inaccesible para los actuales habitantes del municipio y los visitantes.

En el siglo XX se hicieron excavaciones, por las que se encontró el patrimonio arqueológico. Sin embargo, en ese entonces solo se difundió el hallazgo, pero fue hasta el año 2018 cuando el personal del INAH retomó las investigaciones.

Al lugar se le cataloga como una ciudad milenaria, pues a decir del cronista Germán Huelitl Flores, las muestras encontradas fueron basamentos, aldeas y utensilios que datan del año 1800 antes de Cristo.

También se evidenció el establecimiento de la población indígena en Atlixco, ya que pertenecían a la cultura chichimeca. No obstante, actualmente se encuentra debajo de la tierra y solo en la memoria de los atlixquenses.

Pirámide de Atmala, la única que sobrevive en Zacatlán

En otro municipio de Puebla, Zacatlán, el centro ceremonial prehispánico de la comunidad de San Pedro Atmatla se encuentra cerrado y casi privatizado, por lo que corre el riesgo de desaparecer.

Se trata de una construcción de aproximadamente seis metros de altura, la cual pareciera ser un cerro más del lugar, pues la naturaleza que crece no deja ver con nitidez la forma de la base piramidal.

Hasta el día de hoy este centro ceremonial no está resguardado y los pobladores temen que se pueda perder parte de sus raíces ancestrales, por ello es que hay quienes hacen un llamado urgente al INAH, para que ponga atención en el lugar.

Muere zona arqueológica en Amalucan

Un caso similar es el que pasa en el municipio de Puebla, en específico en el cerro de Amalucan, en donde de acuerdo con los colectivos de arqueología en el lugar hay alrededor de 20 pirámides, entre ellas un centro mayor. No obstante, la falta de interés de las autoridades es lo que poco a poco acaba con ellas.

La mancha urbana es la que ha amenazado dejar en pie esta zona arqueológica, que se encuentra a 25 minutos (en automóvil) del zócalo de la ciudad, ya que se ha desgajado una parte de ésta y se comercializan materiales de construcción en ella.

Las bases piramidales de Amalucan casi no son conocidas y hasta donde se sabe el INAH no las ha registrado como un lugar abierto al público, ya que en su mayoría están enterradas.

Algunos colectivos a favor de rescatar la zona arqueológica piden que las autoridades pongan interés en ella, pues podría perderse si es que no se actúa a tiempo.

Los colectivos de arqueología señalan que en Amalucan hay alrededor de 20 pirámides, entre ellas un centro mayor. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Mancha urbana pone en riesgo vestigios en Xiutetelco

Un municipio más del estado de Puebla en el que se encuentra una zona arqueológica es San Juan Xiutetelco, en donde se tienen registradas 13 pirámides, mismas que cuentan con piezas únicas de culturas como la olmeca, totonaca y mexica.

Aunque aportan valor histórico a la demarcación, no han podido ser excavadas y estudiadas en su totalidad, pues el INAH no cuenta con recursos suficientes y el imparable crecimiento de la mancha urbana tampoco abona a salvarlas.

Son pocos los pobladores que tienen presente la importancia de la zona arqueológica y aseguran que se requieren 90 millones de pesos por cada pirámide para poder preservarlas y evitar que las viviendas y negocios las absorban. Aunado a esto, también se requiere la voluntad de las autoridades para recuperarlas.

De no llegar la fuerte inversión la mancha urbana podría dominar los espacios de esta zona arqueológica. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Pinturas rupestres y petrograbados tampoco se salvan

En Puebla no solo hay vestigios arquitectónicos, sino también hay arte rupestre, mismo que se puede observar en lugares como el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, así como en San Andrés Azumiatla, junta auxiliar del municipio de Puebla.

Dibujos plasmados en acantilados y abrigos rocosos son un tesoro que no ha sido muy estudiado y del cual se prefiere no dar su ubicación para evitar que se vandalicen.

En un lugar cercano a la zona de Cantona en Tepeyahualco de Hidalgo se ubica el cerro Las Águilas, en donde se registraron 34 pinturas rupestres que representan a dioses de los antepasados.

En tanto, en una área colindante denominada el acantilado del Águila hay 48 figuras localizadas en distintas tonalidades de rojo, a excepción de tres manos negras.

El arte rupestre es de relevancia, pues algunos de estos espacios, donde se encontraron los también conocidos como bocetos, todavía son utilizados para adoración de los dioses de los habitantes, lo cual los hace más valiosos.

Se suman las pinturas de San Andrés Azumiatla, en la inspectoría de Rosario La Huerta, en donde también hay arte rupestre, pero en color blanco y que aún cuando las autoridades del INAH las han reconocido, se han dejado en el abandono, por lo que se conoce muy poco de ellas.

Los dibujos o bocetos que se encuentran en los acantilados son una parte fundamental para saber cómo vivían las comunidades, la forma de cazar, los dioses a los que adoraban, así como el calendario de su día a día.

El Sol de Puebla pudo recorrer parte de estos espacios que, sin duda, no deberían perderse, pues las zonas arqueológicas y pinturas rupestres dan valor histórico a la entidad poblana.

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