Antes de morir, María Eugenia Ocampo dedicó más de seis años por la defensa del patrimonio cultural de San Andrés Cholula. Hoy, esto se convirtió en un recuerdo para las mujeres que con profunda tristeza salieron a las calles del municipio para exigir justicia tras su muerte.
“Maru no murió, ella está aquí, cuidando a nuestras tierras sagradas y a nosotras, era una mujer valiente, no era de aquí pero amó esta tierra, hoy queremos devolverle un poco de lo que ella hizo, su feminicidio no debe quedar impune, vemos con coraje el silencio de la administración municipal”, expresó el colectivo.
Alrededor de 50 mujeres cercanas a Maru se concentraron en la Plaza Intermunicipal, ubicada a un costado de la zona arqueológica de Cholula, para rendirle un homenaje póstumo con flores, canciones y pancartas.
“Maru, tu muerte nos duele a todas”, expresó el cartel que una de las presentes sostuvo en sus manos, con lágrimas en los ojos exigía al gobierno municipal que se pronunciara en contra de esta y otras agresiones más en contra de las mujeres cholultecas.
El llanto fue incontrolable para las presentes, quienes pasaron frente al pequeño altar que montaron para despedirse de ella. “Maru, hermana, aquí está tu manada”, lograron expresar.
Al acto se integraron pacientes de la víctima, quien además de ser activista fue psicóloga. “Ella me ayudó a recuperar mi alegría, y hoy se la quitaron a ella”, dijo una más, mientras algunos turistas de la zona mostraban curiosidad al observar un gran número de mujeres en la plazuela.
El amor de estas mujeres por María Eugenia quedó marcado en este sitio, donde fue colocada una cruz morada con su nombre, justo frente al Santuario de la Virgen de los Remedios, a quien pidieron por la seguridad de las mujeres que todos los días salen con miedo a las calles, queriendo no ser una asesinada más.
Al terminar el homenaje, las mujeres se dirigieron al que fue el domicilio de Maru, a tan sólo unas cuadras de la Gran Pirámide, ahí aguardaban unos vecinos, mismos que salieron para gritar al unísono: “Justicia para Maru”.
El dolor de los seres queridos de Maru quedó plasmado en la calle 6 Poniente. Cientos de flores adornaron la fachada de la vivienda, en tanto, una gran lona con una fotografía de Maru colgaba de la pared mientras las presentes realizaron un minuto de silencio por su muerte.
“El silencio institucional también es violencia”, compartió una de las inconformes tras el homenaje, pues además de recordar su vida, las mujeres pidieron a las autoridades de San Andrés ejercer de manera inmediata un protocolo de atención y seguridad para las mujeres de esta demarcación. “Hay miedo, porque las autoridades no están de nuestro lado”, dijo una más.
