SOLTEPEC, Pue.- En sus más de 150 años de tradición, la“Gloria de los Judíos” ha tenido cambios significativos, pueslos jóvenes que ahora se golpean representando a los soldadosromanos, visten con playeras de equipos de futbol americano yjeans, sin usar los antiguos sombreros y trajesmulticolores, como lo hacían sus padres y abuelos. La esencia deesta manifestación cultural era expiar los pecados, aunque ahorase hace por evitar que este evento anual fenezca entre lamigración, el Internet, la industria automotriz y el trabajodiario, que absorbe a la comunidad.
Ayer fue Sábado de Gloria, un día de fiesta para loshabitantes de Soltepec, en el que veneran a San Hipólito Mártir,mediante una feria con puestos de comida, grupos musicales y juegosmecánicos. El sello de esta celebración fue menos de un minuto,en el que los participantes se golpearon con lías de ixtle.
Los habitantes de esta comunidad, y de municipios aledaños comoMazapiltepec, comienzan la fiesta desde las 13:00 horas. La Gloriade los Judíos inicia con un ritual, que es la preparación de laslías, pues éstas son puestas en una mezcla de pulque y cerveza,que endurece más el material; posteriormente se trenzan parareforzarlas.
A diferencia de otras tradiciones, en las que personas se autoflagelan, en ésta, los participantes eligen con antelación a unrival, que es a quien golpearán y quien les propinará los azotescon las cuerdas provenientes del maguey.
“Conocí ayer en la tarde a mi rival, en el tianguis; meretó, y pues dije ¡va!, el chiste es pegarse”, describióGuillermo Hernández, quien sentía nervios antes de participar. Asus 22 años, se encontraba en la plaza por tercer añoconsecutivo, luego de que lo hicieron su padre y su abuelo.
Ignacio Pérez Rojas fue otro de los participantes en larefriega momentánea. Antes de ser recibido –con chiflidos yaplausos, como todos los demás- en la plaza pública, describióque la tradición es tan antigua como el recuerdo de sus ancestros.Su padre era conocido como “el rey de las lías”, pero murióel 7 de noviembre pasado, por lo que Ignacio continuará latradición a manera de recuerdo.
“Lo que traes es fuerza. Al sacar toda la fuerza acá, vienela tranquilidad. Aquí viene uno a desahogarse. Sientes que lasangre te hierve pero para eso están los de seguridad y losporteros, que ayudan a auxiliar en caso de que haya problemas oalguien no respete las reglas”, relató.
En efecto, decenas de policías estatales y municipales, semantuvieron vigilantes de la tradición, aunque los porterostuvieron mayor autoridad a la hora de la guerrilla. Éstos sonhombres mayores, que hace varios años también golpeaban, pero quese han retirado.
“Estamos de acuerdo con la policía. Somos una autoridad delmomento”, dijo Isabel Luna, quien llevaba una lía verde, señalde los porteros. Él ya había acordado, desde hace un año, unreencuentro con su viejo rival para este 2017; sin embargo, a las6:00 horas de este sábado fue a buscarlo a su casa para formalizarsu cita pero no lo encontró, por lo que solo fue guardián y nocompetidor.
Eugenio Arellano recuerda que hace al menos 50 años, latradición implicaba una vestimenta completa, con sombrero, capa,enaguas y saquillo de colores. Ahora, los jóvenes asisten sinplayeras o vestidos al estilo cholo.
Los segundos de euforia de los participantes, eran disfrutadospor los cientos de asistentes, que veían la tradición desde lasbanquetas o en las gradas que dispuso el Ayuntamiento de Soltepec.Grababan con sus celulares cada momento, desde que los“judíos” entraron en escena.
Tras este evento, no se registraron incidentes, aunque algunosparticipantes continuaron con el éxtasis y se retaban a seguirgolpeando, a la expectativa de los asistentes, quienes no sedespegaban para observar las colisiones.
Artemio López Damián, lleva 13 años en la actividad. No tienemiedo y tampoco considera la tradición como violenta. Espera quesus descendientes perpetúen esta escena, que los migrantes hanllevado a Estados Unidos, según lo que comentaron diferentestestimonios.
Hay hombres participantes desde los 15 o 17 años de edad peroahora se prohibió esta tradición a las mujeres, aunque en otrosaños sí han participado.
Los organizadores del evento en la comunidad esperan que, con elpaso de los años, se regrese a las raíces de la celebración,pues aunque tiene antecedentes católicos, ahora este es unpretexto que podría servir para golpear y beber únicamente, puesla venta de alcohol, ocurrió al por mayor en este municipiopoblano.
