Docentes y trabajadores del Instituto de capacitación para el trabajo del estado de Puebla (ICATEP), plantel Teziutlán, agremiados al sindicato de reciente creación, dieron a conocer que han sido relegados de los puestos de trabajo, algunos de ellos con más de 25 años de antigüedad, arrebatándoles por tanto los derechos labores que han venido acumulando y siendo incluso desplazados de la unidad y de los talleres en los que trabajan.
Daniel Luciano Oliver, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Instituto de Capacitación para el Trabajo, expuso que tras el ingreso del nuevo director del ICATEP Noé Torralba Flores, dio inicio una serie de ataques contra el gremio, siendo incluso desconocidos como trabajadores.
Acusó, además, un presunto desvío de recursos que deberían utilizados para el pago de la plantilla laboral, mismos que son ejercidos ahora a través de la implementación de 60 cursos “fantasma”, que no han sido ejecutados, engañando de esta forma a la población.
De la misma forma, fue Melanie Bañuelos Parra, docente de inglés, dio a conocer que aún se les adeuda cursos que comenzaron a impartir desde el año pasado, sin hasta el momento recibir respuesta alguna, ello pese a que por decreto presidencial se prohibía dejar sin salario a los formadores de este tipo de instituciones, resultando ello de gran preocupación, porque además de no recibir su sueldo, tampoco existe fecha para reiniciar la capacitación, al menos a través del sistema en línea.
Según dijo, la pandemia que originó la suspensión de actividades “ha sido un buen pretexto para ellos, para sacarnos de nuestros centros de trabajo, entonces para nosotros ya es muy difícil el sostenernos, porque ya no tenemos ingresos”, apuntando que al menos en Teziutlán son más de cinco trabajadores, con quienes se mantienen adeudos, los cuales se suman al total de quienes laboran en toda la entidad.
Por su parte, Jehú Hernández Bello, capacitador del área de alimentos, dijo que para las autoridades del Icatep “somos revoltosos, somos incomodos y ciudadanos de segunda”, versión que fue negada, argumentando por el contrario “que nos han hecho a un lado, a tantos años de laborar”, ello tras el pretexto de que son gente que tan solo trabaja bajo contrato, motivo por el que han sido desplazados, echando a perder el trabajo logrado por años dentro de esta institución.